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¿Por qué víctimas de pederastia quedaron inconformes con la Iglesia?
El discurso del Papa fue mal recibido por algunas víctimas presentes en Roma para la contracumbre.
El pontífice, que el jueves al abrir los tres días de debates prometió "medidas concretas y eficaces" para combatir la pederastia y los abusos a los menores de edad. Foto: AFP
En el último día de la histórica, esperada, pero muy discutida cumbre contra la pederastia en la institución religiosa, el papa Francisco se comprometió este domingo a combatir todos los casos de abuso sexual en la Iglesia con la "máxima seriedad".
En un largo discurso, el pontífice argentino comparó la "plaga" de los abusos sexuales a menores con las prácticas paganas del pasado de "ofrecer seres humanos" y reconoció que se trata de un problema "universal y transversal que desgraciadamente se verifica en casi todas partes".
Y es que cuatro días no dan para mucho. Especialmente si lo que se quiere es cambiar el rumbo de un trasatlántico que se mueve con tiempos geológicos y 1.300 millones de personas a bordo como es la Iglesia católica.
Es difícil poner fin a décadas de encubrimiento de la pederastia con tres días de ponencias y trabajos en grupo y una última jornada de misa compartida y el mensaje final del Papa sobre esta problemática.
Parece poco tiempo, pero puede ser suficiente para que a los 190 participantes en la cumbre sobre pederastia eclesial que concluyó este domingo en el Vaticano les queden claros dos conceptos: que nadie es inmune a esta lacra y que por fin se ha acabado el tiempo en que se escondía a sacerdotes y obispos abusadores de niños.
"Vamos a tomar todas las medidas posibles para que tales crimines no se repitan. Que la Iglesia vuelva ser creíble y confiable", clamó una hora después durante el Ángelus en la plaza de San Pedro y aclaró que colaborarán con la justicia de todos los países, "sin encubrirlos o subestimarlos".
Si consigue que esta idea cale entre los del encuentro, todos ellos presidentes de episcopados, líderes de comunidades católicas orientales, superiores de congregaciones o altos jerarcas de la curia romana, el papa Francisco habrá logrado su mayor victoria en seis años de papado. La Iglesia católica empezaría así a recuperar su credibilidad. El resultado de este desafío queda en manos de los 190 participantes.
Es a ellos a quienes ahora les toca transmitir en sus países y comunidades el mensaje recibido en Roma. “En mi opinión no hay nada más urgente en este momento para la Iglesia que la protección de los menores”, afirma el cardenal estadounidense Sean Patrick O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores y uno de los purpurados más concienciados con esta cuestión.
Le tocó afrontarla de frente en la ciudad de Boston, de la que es arzobispo, debido al gigantesco escándalo en que se vio enfangado el anterior titular de esa arquidiócesis y que tuvo repercusión mundial.
Estos cuatro días de ponencias, trabajos en grupos y reflexiones en el Vaticano han provocado una enorme atención mediática que ha sido aprovechada por las asociaciones de víctimas para poner en marcha una suerte de cumbre paralela en las calles.
Quisiera reafirmar con claridad: si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso ese caso será afrontado con la máxima seriedad
El más influyente de los supervivientes es hoy el chileno Juan Carlos Cruz, víctima de Fernando Karadima, el ‘gran satán’ de la pederastia eclesial en el país austral y expulsado por el Papa del sacerdocio el septiembre pasado.
En enero del 2018, Cruz lideró las manifestaciones contra la visita del papa Francisco a Chile en repulsa por su apoyo al obispo Juan Barros, encubridor de Karadima.
Después de que Bergoglio lo recibió, le pidió perdón por equivocarse y le solicitó que hiciera limpieza en la Iglesia chilena, Cruz se convenció de que este papa iba en serio en la lucha contra la pederastia.
“Siento que es un hombre que tiene el corazón en el lugar que corresponde. La cumbre se ha desarrollado gracias a él, pero lo que me preocupa son los obispos, que por un lado le digan que sí y asientan con la cabeza, pero luego vayan a sus países y sigamos con lo mismo”, comentó el militante chileno en Roma, donde organizó la reunión de 12 supervivientes de abusos con los promotores de la cumbre el día antes de que esta comenzara.
Varias personas asistieron al discurso del papa Francisco durante el último día de la cumbre sobre pederastia que se celebra en el Vaticano. Foto:EFE
Fue el primer momento en que fueron protagonistas las víctimas, con cuyo estremecedor testimonio se abrieron las sesiones de la reunión.
A los 190 líderes de la Iglesia católica presentes les tocó escuchar experiencias como esta: “Desde que tenía quince años mantenía relaciones sexuales con un sacerdote. Esto duró trece años seguidos. Estuve embarazada tres veces y tres veces él me hizo abortar. Simplemente porque no quería un preservativo ni un método anticonceptivo. Y cada vez que me negaba a tener relaciones, me pegaba”.
Ya se lo advirtió el Papa a los participantes en su breve pero contundente discurso de apertura. Quería que escucharan “el grito de los pequeños que piden justicia” y hacerlos conscientes de que tenían sobre ellos la atención del mundo.
“El pueblo santo de Dios nos mira y espera de nosotros no solo simples y obvias condenas, sino disponer medidas concretas y efectivas. Es necesario concreción”.
Mientras Francisco les decía estas palabras a los presentes, varios sacerdotes les entregaban una lista con 21 puntos para desarrollar por la Iglesia a fin de conseguir marcar un punto de inflexión.
El discurso fue mal recibido por algunas víctimas presentes en Roma para la contracumbre, que esperaban una respuesta más contundente. "Solo 'bla, bla'. Todo culpa del diablo. No me sorprende, me decepciona", comentó el suizo Jean Marie Furbringer, de una asociación de víctimas.
Entre ellos está la publicación de un vademécum práctico para saber los pasos por seguir cuando surge un abuso o el aumento de la edad mínima para contraer matrimonio hasta los 16 años.
Otro punto importante planteado por el pontífice fue el de que se debe “informar sobre un caso de abuso a las autoridades civiles y a las autoridades eclesiásticas superiores de acuerdo con las normas civiles y canónicas” y “acompañar, proteger y atender a las víctimas, ofreciéndoles todo el apoyo necesario para su completa sanación”.
Pero también dijo que es necesario avanzar en la formación de los obispos, superiores, clérigos y agentes pastorales para concienciar sobre las causas y consecuencias de los abusos sexuales.
Rechazo a las palabras de Francisco
A través de las protestas, concentraciones y continuas comparecencias ante la prensa han tratado de ganarse a la opinión pública mundial para denunciar las vergüenzas del Vaticano y exigirle al papa Francisco que pase de las buenas palabras a los hechos.
La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina expresó este domingo un fuerte repudio a la histórica cumbre del Vaticano contra la pederastia en la Iglesia Católica, al calificarla como un "acto de simulación e hipocresía".
"Hemos presenciado un nuevo acto de simulación e hipocresía por parte de funcionarios de un Estado independiente, incumplidor serial de Convenciones internacionales sobre Derechos Humanos", señaló la Red en un duro comunicado titulado 'El pastor mentiroso'.
Entre otras medidas, impulsarán denuncias internacionales contra el Vaticano, pedirán la apertura de archivos de la Iglesia y la realización de registros de abusadores eclesiásticos.
Aspirantes a ser curas serán analizados
Una de las propuestas del papa Francisco indica que se deben realizar “evaluaciones con expertos a los candidatos a curas o a la vida consagrada”.
Además se deben realizar programas de formación inicial y permanente entre los seminaristas y candidatos al sacerdocio o vida religiosa para consolidar “su madurez humana, espiritual y psicosexual”.
El Papa también dio un paso adelante y en cierta forma abre a la Iglesia, pues insta a “colaborar con medios de comunicación y personas para distinguir y reconocer los casos verdaderos de los falsos” en las denuncias de pederastia.
Y también pude incluir a expertos laicos en las investigaciones y juicios canónicos por abusos.
Destruyeron archivos
La Iglesia católica destruyó archivos con datos de autores de abusos sexuales, reconoció ayer el influyente cardenal alemán Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, durante la histórica cumbre en el Vaticano sobre la lucha contra la pederastia.
“Los archivos que hubieran podido documentar estos actos terribles e indicar el nombre de los responsables fueron destruidos”, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, quien añadió: “En lugar de castigar a los culpables, fueron las víctimas las que fueron reprendidas y silenciadas”. Marx lideró un informe que documenta 3.677 casos de abusos cometidos por 1.670 clérigos en los últimos 70 años en Alemania.