Con el 82,1 por ciento de desaprobación ciudadana, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, deja su mandato gubernamental este lunes y entrega la posta al banquero y empresario, Guillermo Lasso, quien fue su contendor en las presidenciales de 2017.
Lasso, identificado con el Opus Dei, llega al poder luego de dos intentos por hacerse de la Presidencia, en los que enfrentó, en el 2013, al expresidente Rafael Correa y, en el 2017, a Moreno. En esta ocasión logró capitalizar el voto anticorreísta y obtener el apoyo del 52,51 por ciento de los ecuatorianos.
El nuevo mandatario, fundador y líder del movimiento Creando Oportunidades (Creo), ofertó en su campaña gobernar para los 17 millones de ecuatorianos y lograr un “país del encuentro para trabajar por las causas ciudadanas y construir un país unido”.
Ese será su primer reto, conciliar a un país dividido donde el 47,64 por ciento votó por su contendor, el correísta Andrés Arauz. Además, se pronunció por seguir en el camino socialista para el Ecuador, iniciado en el 2007 por Correa.
Un “encuentro” que para el líder indígena y excandidato presidencial Yaku Pérez –con quien Lasso disputó décimas porcentuales para pasar a la segunda vuelta– no será posible por el pasado político de Lasso, a quien identifica con gobiernos neoliberales. “Solamente lo logrará con la banca, con las élites económicas y los grupos de poder, pero no con los ecologistas, los obreros y el pueblo”, resaltó Pérez.
Pero según Polibio Córdova, principal de la firma Cedatos, “hay mucha confianza ciudadana en el nuevo gobierno”. Según datos que entregó a EL TIEMPO, un 45 por ciento de los ecuatorianos consideran que al país le irá mejor en los próximos cuatro años de gobierno de Lasso, y un 55,4 por ciento se muestra optimista del futuro.
Con apenas 12 de las 137 curules en la Asamblea Nacional, Creo se arrepintió, a última hora, de un acuerdo político “por la gobernabilidad” al que había llegado con el bloque de 48 correístas y 18 socialcristianos para hacer una mayoría parlamentaria. Ante la presión de un amplio sector ciudadano y de la opinión, logró el apoyo de independientes, la Izquierda Democrática y cedió sus votos para que la asambleísta del movimiento indígena Pachakutik, Guadalupe LLori, asuma la presidencia de la Asamblea y se logren conformar las comisiones legislativas con la mayoría simple de 70 votos.
Esos acuerdos políticos, según señala Córdova, son aprobados por un 44,1 por ciento de los ciudadanos que consideran que Lasso no traicionó la confianza que recibió en las urnas.
El flamante presidente, que puso fin a 14 años de hegemonía política del correísmo, deberá cumplir con su compromiso de reactivar la economía, bajar las cifras de desempleo y subempleo, incrementar el salario básico de 400 a 500 dólares, enfrentar la inseguridad y el narcotráfico.
En lo económico, el camino se presenta muy árido para Lasso, pues iniciará su gobierno con el 60 por ciento de los ecuatorianos en el desempleo, subempleo y precariedad laboral, según lo señala a este diario el director del Observatorio Fiscal, Jaime Carrera.
La canasta básica se ubica en 700 dólares mensuales, miles de empleados sobreviven con un salario de 400 dólares mensuales; 30 de cada 100 ciudadanos, en línea de pobreza, cuentan con 84 dólares, y un 15 por ciento en extrema pobreza tiene un escueto ingreso de 47 dólares al mes. “Ecuador ha retrocedido 10 años en su ingreso per cápita”, enfatizó el analista.
Según Carrera, recuperar la inversión total de la economía será una tarea difícil. Al cierre del 2020, la inversión interna y externa se redujo en seis mil millones de dólares (6 por ciento del PIB), y para recuperarla “necesita por lo menos una inversión anual de 30.000 millones de dólares (30 por ciento del PIB), para paliar la crisis”.
Con cerca de 417.000 contagiados y más de 20.000 fallecidos, según cifras oficiales, las medidas de bioseguridad para contrarrestar la pandemia de la covid-19 agudizaron la crisis económica del país. Por lo tanto, la reactivación parte de la oferta de Lasso para vacunar a nueve millones de personas en sus primeros 100 días de Gobierno.
“La vacunación es prioridad. Vamos a firmar un acuerdo de provisión de vacunas Sputnik V con Rusia para fortalecer nuestro plan”, anunció Lasso hace pocos días, luego de conseguir la aceptación del Gobierno ruso para venderle sus vacunas al Ecuador.