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Análisis
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Los peligros del uso de dispositivos móviles en niños: así avanza la regulación en Colombia y el mundo
Estudios muestran que el uso de diversos aparatos causan trastornos mentales y actitudes antisociales.
Imagen de referencia. Un menor de edad con celular. Foto: iStock
“Decidí darle una tableta para que se distrajera en reuniones familiares. No había niños en ese espacio, así que para que no se aburriera con los adultos dejé que hiciera algo que a él le gustara. Pero, ahora, pareciera que ya no puede vivir sin ese aparato”, cuenta la colombiana Natalia Guevara, madre de Andrés, de 11 años.
Según la aplicación de control parental que Natalia tiene instalada en el dispositivo de su hijo, Andrés no solo pasa la mayoría de su tiempo viendo videos en YouTube y jugando videojuegos, sino que mucho de este lo destina a navegar dentro de la red social TikTok, para la cual creó un perfil sin autorización de su madre.
Según el estudio ‘Niños digitales’, de la empresa de ciberseguridad Kaspersky, el 45 por ciento de los menores de edad en Colombia cuentan con un perfil en redes sociales, incluso antes de los 14 años. Del porcentaje del estudio, el 36 % de los casos obedecen a menores que crearon su cuenta directamente y sin la supervisión de un adulto.
Además, solo el 24 % de los padres colombianos conocen lo que sus hijos publican en redes sociales y menos de la mitad sabe lo que consumen.
Lo preocupante del panorama es que, según un informe del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el 65 % de los menores entre los 10 y los 13 años dicen haber estado expuestos a contenido violento o inadecuado en dichas aplicaciones. Se referían, por ejemplo, a videos o fotos que mostraban formas de herirse a sí mismos o información sobre cómo lograr estar muy delgado.
Niño - celular. Foto:iStock
Depresión, agresión y actitudes antisociales están relacionadas con los dispositivos móviles
En 2024, Jonathan Hadit, profesor de Sociología de la Universidad de Nueva York, publicó el libro La generación ansiosa, con el que quiso explicar por qué la salud mental de los adolescentes e infantes nacidos después de 1995 se ha visto deteriorada en los últimos años.
El reconocido investigador estadounidense tomó como muestra un grupo de la llamada generación Z, los primeros en nacer bajo el boom de dispositivos y aplicativos móviles, y demostró que existe una clara correlación entre el uso de redes sociales y la reducción del tiempo de sueño, que, consecuentemente, genera una mayor incidencia de depresión, así como elevados niveles de agresión y otras actitudes antisociales por falta de control del impulso.
Hadit también expuso cómo el uso de estas plataformas afecta las relaciones interpersonales.
Por ejemplo, en 2003, los jóvenes entre 15 y 24 años en EE. UU. pasaban más de 150 minutos por día con sus pares, mientras que, en 2019, la media no supera los 40.
En un juego de rol, cada participante tiene responsabilidades y una labor por cumplir. Foto:iStock
En el caso de Andrés, tiene permitido llevar su tableta al colegio siempre y cuando sea bajo la supervisión de un profesor. Sin embargo, en su tiempo de descanso puede usarla aun cuando no lo acompañe ningún docente o adulto.
Es por ello que la comunidad educativa - que incluye a padres de familia, profesores, instituciones y gobiernos – preocupada por los efectos nocivos de los dispositivos móviles en un ambiente escolar, ha impulsado en los últimos años el debate para legislar sobre la regulación de los mismos.
‘Buscando el premio’
Para Horacio Álvarez Marinelli, especialista en educación del Banco Mundial, el problema en sí no son los dispositivos móviles, “el riesgo son los aplicativos que incluyen estos dispositivos porque están diseñados para crear un cierto tipo de adicción para enganchar y hacer que constantemente estés buscando el ‘premio’ inmediato a través del uso”, apuntó el experto en políticas educativas al señalar que el ‘gancho’ es la publicidad de la que se enriquecen las empresas tecnológicas.
Y si bien el debate ahonda en la autodeterminación del individuo para controlar su tiempo en línea, así como qué consume, según Hadit, en una etapa del desarrollo tan vulnerable como lo es la adolescencia es más fácil para las corporaciones provocar comportamientos adictivos y mucho más complejo para la persona ser consciente del mismo.
Depresión, agresión y actitudes antisociales están relacionadas con los dispositivos móviles. Foto:iStock
Conforme a lo que expone el investigador, si en promedio un joven recibe 192 notificaciones o alertas por día, es decir, unas 11 notificaciones por hora, mientras está despierto, es casi imposible que las interrupciones constantes producidas por los distintos aplicativos de los celulares no afecten su rendimiento académico.
Además, estos reducen la empatía y la capacidad de atención en los niños.
Según un estudio sobre los efectos del uso de las tecnologías en la jornada escolar citado en un informe de la Comisión Europea, “el uso rutinario y no educativo de la tecnología digital aumenta las posibilidades de que los niños presenten problemas de comportamiento, incluida la hiperactividad e inatención”.
La investigación de la que sale la conclusión siguió a un grupo de 2.587 de estudiantes de décimo curso de 10 institutos diferentes de Los Ángeles, EE. UU., con una edad media de 15 años sin síntomas significativos de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) por dos años.
Pasado ese tiempo, se comprobó que un aumento de la frecuencia de uso de la tecnología digital se asociaba modestamente con un mayor riesgo (4,6%) de presentar síntomas de TDAH, pero, entre los estudiantes que declararon un uso frecuente de lo digital, este porcentaje aumentó hasta el 10,5 %.
Por ende, “los niños que pasan más tiempo utilizando dispositivos están más aislados, lo que les impide aprender competencias sociales y provoca problemas emocionales y de comportamiento”, resumió.
La ley en Brasil prohíbe el uso de dispositivos móviles tanto en aulas como en el recreo. Foto:iStock
Los países que han avanzado en regular el uso los dispositivos móviles entre niños y jóvenes
Actualmente, a nivel global, menos de una cuarta parte de los países cuenta con leyes o políticas que veten los celulares en los colegios, según la Unesco.
Eso sumado a que los que buscan restringirlos, apelan, en la mayoría de los casos, a que“no hay forma de comprobar que el uso del celular pueda mejorar el aprendizaje”, explica el experto Álvarez al destacar que “la cantidad de estudios que demuestran los problemas de aprendizaje es abrumador”.
Por ejemplo, en Francia, uno de los primeros países en avanzar al respecto, desde 2018 está prohibido por ley el uso de teléfonos celulares en establecimientos escolares. Aunque hay excepciones: se permite su uso para fines educativos o urgencia médica. Otros países como China, Suecia o Australia han tomado decisiones similares.
Otros países como China, Suecia o Australia han tomado decisiones similares.
En lo que respecta a América Latina, recientemente, Brasil se convirtió en el primer país de la región en obligar a que los alumnos no usen sus celulares en las escuelas de primaria y secundaria, tanto en aulas como en el recreo, para “salvaguardar su salud mental, física y psíquica”.
Y es que, “prohibir los teléfonos móviles en las escuelas mejora el rendimiento académico, especialmente en el caso del alumnado con bajo rendimiento”, dijo la Unesco en un informe de 2023. Aunque, al mismo tiempo, “proteger al alumnado de las tecnologías nuevas e innovadoras puede ponerlos en desventaja”, advirtió.
El mismo presidente de Brasil, Luis Inácio lula da Silva, subrayó al momento de sancionar la ley que, desde que él asumió el gobierno, ninguno de sus ministros u otros funcionarios tiene permitido usar el celular mientras participe en reuniones oficiales, porque al igual que sucede en los colegios, “distraen” a quienes los utilizan.
Además, el gobierno de Lula también adelanta investigaciones en contra Meta, TikTok, Google, X y otros gigantes de la tecnología para exigirles la verificación de las publicaciones y así reducir la desinformación en redes sociales.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) establece que los niños menores de 9 años no deben tener a redes sociales. Foto:iStock
¿Cómo va Colombia?
Si bien el país aún no cuenta con una legislación de este tipo, desde 2024, 27 colegios privados de Bogotá que pertenecen a la Unión de Colegios Internacionales (Uncoli) tomaron la iniciativa de prohibir el uso de celulares durante la jornada escolar.
Con el lema ‘Desconectar para conectar’, Uncoli espera darles a los jóvenes de estos planteles educativos “la oportunidad de vivir al menos 8 horas al día libres de las influencias negativas de estos aparatos”, según destacan.
Ana María Saavedra, investigadora posdoctoral de la Universidad de Stanford y quien lidera desde esta institución, junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, la prueba de Uncoli, comentó a este diario que, por ejemplo, “los rectores de los colegios reportan que los estudiantes durante el recreo están realizando más actividad física y se observa una mayor interacción entre pares”.
“Creo que acá en Colombia tenemos un caso de estudio bastante interesante. Una vez se termine el estudio de Uncoli, servirá como un referente a nivel mundial”, consideró Saavedra.
Pero, para que esta normativa sea exitosa, lo importante es que las familias “se unan a este esfuerzo, retrasando tanto como sea posible la entrega de dispositivos móviles a los niños y jóvenes, y regulando de manera aún más estricta el a las redes sociales”.
Y es que, por consejo de la Agencia Sueca de Salud Pública, los niños menores de dos años no deberían pasar nada de tiempo frente a la pantalla, mientras que los niños de dos a cinco años podrían estar una hora en total al día; los de seis a 12 años, dos horas como máximo; y los adolescentes, tres horas como máximo.
Pero, en Colombia, de acuerdo con el estudio de Kaspersky, 4 de cada 10 niños con edades entre cero y seis años interactúan con un celular o tableta, mientras que siete de cada 10 ya tienen su propio teléfono de los 7 años en adelante.
Por ello, el 93 % de los padres colombianos encuestados reconoce que es crucial disponer de herramientas que faciliten funciones como monitorear, proteger y orientar a sus hijos sobre buenas prácticas de higiene digital.
Por ahora, en el Congreso de Colombia se discute el Proyecto de Ley 261 que busca prohibir el y la creación de cuentas en redes sociales para menores de 14 años sin autorización expresa de sus padres o tutores.
Además de servir como cuaderno digital, las tabletas les permiten a los estudiantes realizar consultas de datos en tiempo real. Foto:iStock
No obstante, hay quienes señalan que el celular, como dispositivo móvil, permite acceder a una gran cantidad de información y a recursos educativos que contribuyen al desarrollo de la alfabetización digital.
Entre estos se encuentra Catalina Romero, cofundadora de Karisma, una organización en Colombia que promueve que las tecnologías digitales protejan los derechos humanos fundamentales y promuevan la justicia social, y quien dice estar preocupada de que los niños no estén involucrados durante el proceso en el que se toman estas nuevas directrices.
“Hay que recordar que los alumnos también hacen parte de la comunidad educativa y, según la Convención sobre los Derechos del Niño, los menores tienen que estar involucrados en todas las decisiones que afecten sus vidas”, apuntó Romero, quien considera que educar a una persona involucra integración antes que restricción.