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Posible victoria del ‘Trump brasileño’ causa alarma internacional
Jair Bolsonaro haría cambiar la ideología de Brasil y ocasionaría giros a nivel regional y mundial.
El candidato ultraderechista del partido PSL a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro. Foto: AFP
Hace un par de meses parecía casi imposible que el ultraderechista Jair Bolsonaro, conocido por sus declaraciones de tinte machista, racista y homófobo, pudiera ser el presidente de Brasil.
En medio de manifestaciones sociales como el movimiento de mujeres Ele Não (Él no), Bolsonaro ha ido ganando fuerza. Tanta que obtuvo, con un 46 por ciento, la mayoría de votos en la primera vuelta presidencial del domingo pasado, distanciándose de su rival político, el heredero del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, Fernando Haddad, quien se quedó con el 29 por ciento de los sufragios.
Lo cierto es que entre más crece Bolsonaro en las encuestas, en especial desde que recibió una puñalada durante un acto de campaña a inicios de septiembre, más preocupación se levanta tanto en América Latina como en el mundo, pues se teme que si el ultraderechista llega a la presidencia, no solo provocaría un giro rotundo ideológico en su país –que ha estado en mayor medida gobernado por la izquierda desde los inicios del siglo XXI–, sino que cambiaría las relaciones y alianzas políticas, económicas y sociales de Brasil a nivel regional y mundial.
Con una de las campañas electorales más polarizadas que ha tenido ese país, Bolsonaro personifica una derecha extrema, mientras que Haddad simboliza el retorno de la izquierda al poder. Los dos se enfrentarán de nuevo en las urnas en el balotaje del 28 de octubre.
“Bolsonaro representa una minoría dentro del arco ideológico tanto en Brasil como en América Latina. Él se transforma en una opción electoral y política en la medida en que expresa un sentimiento de hastío y rechazo a la corrupción, a la violencia social y a la fermentación de los partidos políticos tradicionales”, afirmó a EL TIEMPO Guillermo Holzmann, analista político y consultor de la Universidad de Valparaíso.
Y eso es quizá lo que lo ha hecho crecer más en los sondeos. En la última encuesta de Datafolha, publicada esta semana, Bolsonaro –quien ha sido defensor de la dictadura militar de su país entre 1964 y 1985– tiene un 58 por ciento en la intención de voto, frente al 42 por ciento de Haddad.
En lo político, estiman los expertos, el ultraderechista puede llegar a tener afinidad con algunos gobiernos. “Va a haber un acercamiento en función de la proximidad política e ideológica”, explicó Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano.
De hecho, varios países latinoamericanos con gobiernos de derecha dejaron ver su posición. El presidente chileno, Sebastián Piñera, destacó que comparte “en gran medida” el plan gubernamental para el progreso de la economía brasileña presentado por Bolsonaro.
Además, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú felicitó la realización de las elecciones y afirmó se evidenció la convicción que comparten ambos países.
Por su parte, el canciller argentino, Jorge Faurie, destacó que Bolsonaro es una “nueva figura” que logró mantener “una diferenciación con las siguientes fuerzas políticas”.
Pero a los guiños que Bolsonaro ha conseguido en Latinoamérica hay que sumarles los que vienen desde otras partes del mundo.
El ministro de Interior italiano de ultraderecha, Matteo Salvini, celebró su éxito en la primera vuelta del domingo pasado. A este se juntó la líder sa Marine Le Pen, quien, aunque lo criticó por decir cosas “extremadamente desagradables”, dijo no verlo como alguien de extrema derecha.
El izquierdista Fernando Haddad se enfrentará con el ultraderechista Jair Bolsonaro el próximo 28 de octubre. Foto:AFP
Al estilo de Trump
Sin embargo, así como tiene adeptos, Bolsonaro también ha prendido las alarmas en su campaña. La senadora uruguaya Mónica Xavier dijo que los resultados en los comicios son preocupantes porque demuestran un respaldo a la “apología de régimen antidemocrático”.
Asimismo, la OEA pidió moderación a los candidatos para “reducir la polarización social”, pero Bolsonaro declaró que no suavizará su discurso.
Los analistas estiman que ante una victoria de Bolsonario en la segunda vuelta, los países con los que Brasil no tendría un trato cercano serían México, Venezuela, Bolivia y Ecuador. “Bolsonaro no se mezcla con la izquierda”, expresó Fabrício Chagas Bastos, investigador brasileño de la Universidad de Melbourne.
Además, preocupa que el ultraderechista haya mostrado su simpatía por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “Soy irador de Trump. Él quiere un EE. UU. grande, y yo quiero un Brasil grande”, dijo Bolsonaro, que también comparte su postura sobre el derecho a portar armas.
Pero no es solo eso. El candidato promete seguir el ejemplo del mandatario estadounidense, pues ha planteado que retiraría a Brasil del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Por eso hay quienes expresan inquietud. “Es una enorme preocupación (...) que un país tan importante como Brasil se pueda salir del Acuerdo de París”, afirmó el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
En lo económico, Bolsonaro había hablado en campaña sobre el retiro del país del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Pero hay quienes creen que se trate de una amenaza compleja de cumplir, pues “mientras Brasil y Argentina no posean una plataforma suficientemente sólida, es muy difícil que se deshaga (ese mercado de integración)”, opinó Holzmann.
Bolsonaro representa una minoría dentro del arco ideológico tanto en Brasil como en América Latina
Además, el mismo Bolsonaro matizó esta semana la posibilidad de una salida del Mercosur al decir que no se retiraría si gana. “Lo que sería beneficioso para la economía del país es que abra sus fronteras”, teniendo una actitud más abierta a la globalización, “lo cual implicaría la disminución de aranceles y las medidas proteccionistas”, dijo Malamud.
En cuanto a lo social, los expertos estiman que con Bolsonaro en la presidencia de Brasil, las que más sufrirían serían las minorías. De hecho, el ultraderechista propone un cambio de agenda sobre los temas de discusión prioritarios y ha enfatizado lo relevante que le parece la igualdad de género, además de desaprobar el homosexualismo.
Esto, dicen los analistas, se debe a la influencia que tienen los evangélicos sobre él. “Los pentecostales tienen una bancada importante, y en esa búsqueda ven a Bolsonaro como el aliado”, dijo Aldo Jofre, asesor político en Brasil, quien destacó el peso de la Iglesia Universal del Reino de Dios en ese país.
Para Chagas Bastos, “el sueño que propone Jair Bolsonaro es que Brasil vuelva a los años dorados de un pasado que nunca ha existido”. Por eso son cada vez más las voces que expresan su preocupación, pues con Bolsonaro en el poder cambiaría no solo el escenario lationamericano, sino que también se abriría la puerta para el avance de la ultraderecha en la región.