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Lasso abre diálogo con indígenas para salir de la crisis en Ecuador

El presidente ecuatoriano se sentaría en la mesa con el Conaie para finalizar con el paro.

Manifestantes contra el gobierno de Lasso en Quito, Ecuador. Foto: EFE/ José Jácome

21.06.2022 19:04 Actualizado: 22.06.2022 00:00

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La posibilidad de lograr una mesa de diálogo entre la dirigencia indígena y el presidente Guillermo Lasso se convirtió en una posibilidad con miras a poner fin al paro nacional de indígenas y campesinos, que este miércoles cumple su décimo día y que ya provoca pérdidas por cerca de 100 millones de dólares, además de al menos un fallecido, más de 130 heridos y más de 90 detenidos.

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Justamente, un grupo de al menos 300 organizaciones no gubernamentales se presentaron como mediadores del conflicto social, que escaló con la movilización de miles de indígenas y que tiene sitiada a Quito, la capital ecuatoriana, desde la noche del lunes.

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“Cuente con mi mejor predisposición y la de mi gabinete para participar en un proceso de diálogo franco y respetuoso con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y más organizaciones de la sociedad civil que deseen sumarse, para juntos buscar solución a cada una de las legítimas necesidades de las familias ecuatorianas”, respondió Lasso al acercamiento.

Los protestantes, liderados por Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), obstaculizaron varias carreteras del país, se tomaron edificios gubernamentales y desafían un vigente estado de excepción decretado “por grave conmoción interna” al congregarse en universidades que les han dado apoyo “humanitario”.

Los brotes de violencia, saqueos y agresiones no han sido ajenos durante las marchas del indigenado, que se mantienen pese a las resoluciones parciales que el mandatario tomó el pasado viernes para zanjar la situación y atender un pliego de 10 peticiones que hace la Conaie para dar fin a los bloqueos.

Sin embargo, el movimiento indígena encabezado por Iza exige también que se aprueben el resto de demandas pendientes, como la congelación y reducción de los precios de todos los combustibles, el control de precios de los productos esenciales, un mejor pago a productores agrícolas y frenar la expansión de la minería.

Por su parte, las fuerzas armadas prometieron defender la democracia contra lo que consideran una “grave amenaza”.

En la mesa nos entendemos; si algo no está completo lo más importante es, ya que estamos de aquí, una comisión de alto nivel con mediadores para sentarnos a conversar.

Un gran contingente de militares, apostados en las provincias más exaltadas, trataron infructuosamente de impedir el ingreso de los indígenas, mientras desde la dirigencia de la Conaie se responsabiliza al presidente Lasso por “resolver las demandas del movimiento indígena a partir de la aplicación de la fuerza militar”.

“La democracia de Ecuador está en serio riesgo ante la acción concertada de personas exaltadas que impiden la libre circulación de la mayoría de los ecuatorianos”, dijo el martes el ministro de Defensa, Luis Lara, al advertir que “las Fuerzas Armadas no permitirán que se intente romper el orden constitucional o cualquier acción contra la democracia y de las leyes de la República”.

“Bajen las armas, somos pueblos de paz”, exclamaron por su parte algunos de los más de 5.000 indígenas que llegaron en caravana a Quito.

Y mientras la capital se debatía entre actos vandálicos y numerosos cortes de vías, desde el movimiento indígena surgieron voces de entendimiento.

Luis Pachala, secretario de Gestión de Pueblos y Nacionalidades hablo de la necesidad de diálogo como única solución para superar la crisis.

En esa misma línea, Iza pidió a los manifestantes replegarse y esperar instrucciones. “Necesitamos organizarnos, no podemos generar ninguna condición de vandalismo o caos”, aseguró.

ANA LUCÍA ROMÁN

Corresponsal El Tiempo

Quito, Ecuador