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Guatemala: ¿por qué posesión de presidente Bernardo Arévalo se retrasó más de 10 horas?
El evento estaba programado para la tarde del domingo, pero se hizo pasada la medianoche.
El nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, saluda desde un balcón del Palacio Nacional de la Cultura en Ciudad de Guatemala. Foto: AFP
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, fue investido finalmente en la madrugada de este lunes después de una maratónica jornada llena de incidentes y de varios meses de incertidumbre, en los cuales el Ministerio Público (Fiscalía) intentó evitar a toda costa su llegada al poder.
La toma de posesión estaba programada para la tarde del domingo, pero se atrasó en más de 10 horas y varios jefes de Estado, entre ellos el rey de España, Felipe VI, dejaron el país sin poder presenciar la ceremonia.
Felipe VI partió de Guatemala en la noche del domingo, tal y como lo tenía programado originalmente, al igual que el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, quien había llegado unas horas antes para acompañar a la comitiva española.
Fue el mismo caso para el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien abandonó la nación centroamericana por la tarde ya que tenía "compromisos" en su país en la mañana del lunes, como señaló a través de sus canales oficiales.
El nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, pronuncia un discurso tras jurar su cargo. Foto:AFP
Las razones de la demora en la posesión
La ceremonia fue retrasada por una inédita jornada parlamentaria en la que los diputados salientes y luego los de la nueva legislatura se enfrascaron en debates a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.
Tras horas de debates, el Congreso saliente declaró independientes a los 23 diputados de Semilla, el partido del nuevo mandatario, argumentando que obedecía la orden judicial que suspendió al partido por supuestas irregularidades en su creación.
Pero en un giro inesperado, luego de instalado el nuevo parlamento, Semilla logró mediante acuerdos con otros partidos políticos que se revirtiera esa decisión. Recuperaron su bancada y consiguieron la presidencia del Congreso.
Así, el diputado del partido de Arévalo de León, Samuel Pérez Álvarez, fue elegido presidente del Congreso de Guatemala para el período 2024-2025.
Pérez Álvarez, de 31 años, se convirtió en el presidente del Organismo Legislativo más joven en las historia del país centroamericano desde la instauración de la democracia en 1982.
La Cámara Baja constituida este domingo para la legislatura 2024-2028 está muy fragmentada, lo cual representa un serio obstáculo para la gobernabilidad que deberá afrontar el nuevo jefe del Estado guatemalteco.
La principal fuerza política es el opositor partido Vamos, que apoya al mandatario saliente, Alejandro Giammattei, y cuenta con 39 representantes. La segunda bancada parlamentaria es la del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), de la excandidata presidencial Sandra Torres, quien en agosto del pasado año perdió en el balotaje frente a Bernardo Arévalo.
El nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo (d), junto a la nueva vicepresidenta, Karin Herrera, durante su ceremonia de investidura. Foto:AFP
En tanto, el Movimiento Semilla, principal apoyo de Arévalo- pasó de tener seis escaños en legislatura 2020-2024 a 23 actualmente. Sin embargo, los diputados de Semilla están suspendidos de sus cargos por orden de un juez penal y de una comisión del Congreso, si bien estas decisiones podrían quedar sin efecto si así lo decide la nueva junta directiva del Congreso y lo vota el pleno de la Cámara.
La incertidumbre en torno a la investidura de Arévalo provocó que los representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, la OEA y presidentes latinoamericanos, presentes en Guatemala, urgieran al Congreso a cumplir con la voluntad expresada por los guatemaltecos en las urnas.
La espera fue tan larga que varios de los dignatarios invitados al acto, como el rey Felipe VI de España, incluso partieron de Guatemala sin ver a Arévalo con la banda presidencial.
Por el contrario, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró que permanecería en Guatemala hasta que Arévalo de León fuera investido como nuevo gobernante, e incluso dejó abierta la posibilidad de cancelar su viaje a Davos para participar en el Foro Económico Mundial si no se resolvían los obstáculos del Congreso para la toma de posesión.
Los incidentes dentro de la Cámara también tuvieron su reflejo en la calle, cuando decenas de adherentes de Bernardo Arévalo se concentraron en las inmediaciones del Congreso y protagonizaron algunos choques con los agentes antidisturbios que custodiaban el recinto, sin que se reportaran heridos ni detenidos.
Simpatizantes reunidos frente al Palacio Nacional de la Cultura en Ciudad de Guatemala aplauden mientras siguen en una pantalla gigante la toma de posesión del nuevo presidente de Guatemala. Foto:AFP
Así fue el discurso de posesión del nuevo presidente
Arévalo fue investido presidente meses después de una arremetida judicial atribuida a su promesa de combatir a los corruptos de la élite política y económica que han controlado los destinos del país.
Arévalo, sociólogo, exdiplomático y filósofo de 65 años, pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora, a quien venció cómodamente con un 60 por ciento de los votos por su mensaje anticorrupción.
Desde entonces, enfrentó una ofensiva judicial que denunció como un "golpe de Estado" para evitar su ascenso al poder.
Desatando la condena de la comunidad internacional, la Fiscalía intentó retirarle la inmunidad a Arévalo, desarticular su partido y anular los comicios, argumentando que hubo anomalías electorales.
El académico de 65 años fue investido finalmente como jefe del Estado pasada la media noche al término de una jornada en la que estuvo en riesgo la cesión de poder.
Dicho retraso, según señalaron algunos diputados de oposición, tenía como intención un "golpe de Estado". También lo había advertido el mismo Arévalo de León el 1.° de septiembre pasado, cuando acusó a la fiscal y jefa del Ministerio Público (Fiscalía), Consuelo Porras, de querer evitar su investidura.
El nuevo Presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo (izq.), jura su cargo ante el nuevo Presidente del Congreso, Samuel Pérez. Foto:AFP
El presidente saliente, Alejandro Giammattei, no se presentó personalmente en el Teatro Nacional para la ceremonia de traspaso e hizo llegar los símbolos institucionales por medio de su secretaria.
Su vicepresidente, Guillermo Castillo, con quien se encuentra distanciado desde 2020, sí estuvo presente en la ceremonia y entregó su cargo a la química bióloga Karin Herrera.
Giammattei envió a su secretaria personal a entregar la banda presidencial al Congreso, según confirmaron varias fuentes, y de igual forma expresó que no estaría en la investidura del nuevo gobernante.
"Ante el riesgo de llegar a media noche sin iniciar los actos protocolarios, en este momento hice entrega de los símbolos de la Presidencia al Congreso de Guatemala", puntualizó el presidente saliente mediante sus canales oficiales de comunicación.
La ley guatemalteca estipula que el presidente debía dejar su puesto este domingo, después de asumir sus funciones hace cuatro años, el 14 de enero de 2020, en el inicio de su período como gobernante.
Giammattei hizo una entrega final de su informe final del Gobierno el pasado viernes, pese a que desde que se instauró la democracia en 1986 todos los presidentes que se despiden han asistido el 14 de enero al Congreso para ser relevados.
Así las cosas, Arévalo de Léon recibió la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, Samuel Pérez Álvarez, elegido también en el cargo este domingo, debido a la ausencia de Giammattei.
Ante el riesgo de llegar a media noche sin iniciar los actos protocolarios, en este momento hice entrega de los símbolos de la Presidencia al @CongresoGuate para que se me dé por separado del cargo como lo establece la Constitución de la República. pic.twitter.com/I5TUTYBYG8
Arévalo ingresó al Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, donde se desarrolló la ceremonia de investidura, al son del concierto para violín y orquesta "La Primavera", del compositor italiano Antonio Vivaldi.
El presidente recién investido ha prometido la llegada de una "nueva primavera", como la que protagonizó el Gobierno de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, entre 1946 y 1951, en una de las istraciones de más desarrollo para el país centroamericano.
Acompañado de su esposa, Lucrecia Peinado, el presidente caminó en medio del recinto teatral entre aplausos y sonrisas, pese a las más de diez horas de retraso de la ceremonia.
En su discurso de posesión, el nuevo presidente de Guatemala prometió rescatar las instituciones de su país de la "corrupción" e "impunidad". "No permitiremos que nuestras instituciones se dobleguen otra vez ante la corrupción y la impunidad", dijo en el acto solemne.
"La crisis política de la que estamos emergiendo nos ofrece la oportunidad única de edificar una institucionalidad democrática robusta y saludable, sobre los escombros de este muro de corrupción que empezamos a derribar, uno a uno, ladrillo tras ladrillo", afirmó.
Con música y bailes, ondeando banderas, miles de seguidores de Arévalo festejaban en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional, desde cuyo balcón los saludó el nuevo presidente esta madrugada.
"Nunca más el autoritarismo", dijo Arévalo, al señalar que Guatemala libra una lucha contra "fenómenos autoritarios como la cooptación corrupta de las instituciones".
"No nos dejen solos, nosotros no nos daremos por vencidos", clamó a la comunidad internacional.
Analistas advierten que lo más duro está por venir frente a las enormes expectativas de la gente y la previsible continuación de la ofensiva de la Fiscalía.
Arévalo dijo que esta misma semana le pedirá la renuncia a la fiscal general Consuelo Porras, a la cabeza de la ofensiva judicial y sancionada por Washington por "corrupción" y por "socavar la democracia". Pero una renuncia de Porras es poco probable, según los analistas.
En su discurso, Arévalo dijo reconocer la "deuda histórica" con las comunidades indígenas y prometió desarrollar inversiones en servicios básicos como salud, educación y vivienda.
Tras su investidura, se dirigió a una concentración de cientos de indígenas en las afueras de la Fiscalía para agradecerles su apoyo. "Vamos a trabajar para terminar con la historia de marginación y exclusión".
La Guatemala que hereda Arévalo ocupa el puesto 30 de 180 países en el ranking de corrupción de Transparencia Internacional y con 60 % de sus 17,8 millones de habitantes en la pobreza, uno de los índices más altos de América Latina.