La inseguridad y la crisis económica son los principales retos del próximo presidente de Ecuador, que tendrá diecisiete meses para dirigir un país políticamente complejo, y a la expectativa de los efectos del fenómeno de El Niño y una eventual merma de ingresos.
La correísta Luisa González y el empresario Daniel Noboa se disputarán la Presidencia el 15 de octubre. Quien gane deberá culminar el período para el que fue elegido Guillermo Lasso.
Ecuador cerró el 2022 con la mayor tasa de muertes violentas de su historia, al registrar 25,32 por cada 100.000 habitantes, pero la tendencia para este año puede llegar, e incluso superar, los 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, le dijo a EFE el experto en seguridad Fernando Carrión.
“La tasa de crecimiento de la violencia de Ecuador es la más alta de América. Y eso haría que, al finalizar este año, Ecuador esté localizado, probablemente, en el tercer lugar de los países más violentos de la región”, indicó.
Muestra de esa espiral de violencia atribuida al crimen organizado está en el asesinato, el 9 de agosto, del candidato presidencial Fernando Villavicencio, acribillado a la salida de un mitin en Quito, y después de haber denunciado que había recibido amenazas de muerte.
Uno de los mayores focos de la violencia que sufre el país son las cárceles, donde han sido asesinados más de 400 reclusos desde 2020 en una serie de masacres entre bandas rivales, que han trasladado sus disputas de las calles a las prisiones.
La inseguridad tiene también un “costo económico enorme” y una “afectación muy grave en la producción y el consumo”, señala el analista económico Alberto Acosta Burneo, quien llama la atención sobre el impacto de esta situación en la inversión y el crecimiento.
Al próximo gobernante le espera un “entorno bastante complejo”, porque la situación externa se ha deteriorado, las tasas de interés internacionales siguen subiendo, y eso hace que el financiamiento externo sea más costoso y escaso.
“El mercado de capitales sigue cerrado para el país”, recuerda Acosta Burneo. Esa debilidad de los mercados internacionales y una caída en precios de ciertas materias primas, particularmente el petróleo, han hecho que el año empiece con déficit fiscal”, detalla el especialista, a lo que se suma una prima de riesgo en torno a los 2.000 puntos.
A esto se adhieren los eventuales efectos del fenómeno de El Niño, que se prevé para fines de año.
“Según información oficial, la caída de la economía va a ser de entre 10.000 y 12.000 millones de dólares, que sería superior a lo que cayó con la pandemia del covid-19”, comentó Carrión.
Este economista prevé que “se va a caer la producción agrícola, ganadera, la infraestructura de las carreteras, de energía eléctrica, (la construcción de) escuelas”, lo que incrementará la pobreza, la desigualdad y la violencia.