En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Exclusivo suscriptores
¿De dónde salió y qué piensa el 'loco' Javier Milei, sorpresivo ganador en Argentina?
El líder de La Libertad Avanza conquistó el voto joven e hirió de gravedad al kirchnerismo.
Javier Milei celebra el resultado de las primarias del domingo. Foto: AFP
Javier Milei, el economista argentino de 52 años que se convirtió en estrella de los debates televisivos y de las redes sociales por sus alocadas propuestas y su melena desordenada, era quizás el único que, en su país, creía que sería el candidato más votado de las primarias presidenciales del domingo pasado.
El promedio de las principales encuestas le daba al aspirante del movimiento La Libertad Avanza una intención de voto en torno al 20 por ciento, mientras que el bloque kirchnerista, liderado por el ministro de Economía, Sergio Massa, alcanzaba 30 por ciento, y la coalición Juntos por el Cambio, donde era favorita Patricia Bullrich —exministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri—, marcaba 31 por ciento.
El domingo, avanzada la noche, el conteo de votos hizo estallar la fiesta en la sede de los libertarios (los seguidores de Milei): 30 por ciento para su candidato, 28 por ciento para Juntos por el Cambio (ganadora Patricia Bullrich) y 27 por ciento para un alicaído Massa, el protegido de la expresidente Cristina Kirchner, gran derrotada de la jornada.
Los tres candidatos, y un puñado de aspirantes con votaciones mucho más bajas, se verán las caras en apenas dos meses, el domingo 22 de octubre, pero desde ya parece difícil que alguno consiga más del 45 por ciento para ganar la Presidencia en esa primera vuelta (o más del 40 por ciento y 10 puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo), de modo que es casi seguro que el domingo 19 de noviembre habrá balotaje (segunda vuelta) entre los dos más votados.
Con el resultado del domingo pasado, Milei ganó un impulso que puede garantizarle su paso a la segunda vuelta que será, eso sí, de pronóstico reservado. El estrafalario economista no tiene ganada la Presidencia, pero pasó de ser un candidato inviable a ser perfectamente viable, por no decir favorito.
¿Cómo este hombre ultraliberal, vocero de la derecha libertaria que promete reducir a mínimos el papel del Estado, rebajar los impuestos y desatar las fuerzas del mercado y de la libre empresa, pudo conseguir este resultado en un país dominado durante décadas por fuerzas que cubren el espectro del centro hasta la izquierda?
Su triunfo fue especialmente amplio entre los jóvenes, pues cerca del 40 por ciento de los electores menores de 25 años votaron por él. Ellos no necesariamente suscriben sus ideas económicas de derecha radical, pero sí sus denuncias contra “la casta política” y la corrupción de las fuerzas tradicionales.
Javier Milei lleva al extremo liberalismo sus ideas de reducción del tamaño del Estado, ya que propone eliminar más de la mitad de los actuales ministerios
“Los jóvenes están contra el statu quo”, ha dicho Milei. Y el año pasado, en una entrevista con Semana, explicó: “El statu quo se volvió de izquierda, entonces hay una rebelión natural (cuyo) inicio fue precisamente con los jóvenes”. De modo que, al menos en Argentina, una gruesa franja de jóvenes es hoy adversa al socialismo del siglo XXI.
Milei ha cuestionado con dureza y hasta palabras de grueso calibre al peronismo, cuyo heredero, el kirchnerismo, ha visto cómo sus líderes, empezando por la expresidenta Kirchner, lucen enlodados por los escándalos de enriquecimiento ilícito, coimas y negociados.
Pero también ha dicho que las fuerzas centristas de Juntos por el Cambio, que gobernaron bajo la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), fueron incapaces de cortar con esas prácticas.
Según le explicó el politólogo y consultor Pablo Touzón a El País de Madrid, “Milei es una máquina de guerra contra la casta, un ladrillo lanzado contra la vitrina de una joyería”. Y agregó: “Si tiene tantos votos, no es porque es liberal, es que interpreta el espíritu anticasta, lo que Podemos hizo en España desde la izquierda, acá se hace por la derecha”.
De izquierda a derecha: Javier Milei, Sergio Mass y Patricia Bullrich. Foto:Archivo Particular
Drogas libres, aborto prohibido
Aunque él mismo ha dicho que sus mandatarios de referencia son Winston Churchill, Margaret Thatcher y Ronald Reagan, y reconoce muchas afinidades con Donald Trump y Jair Bolsonaro, Milei es un personaje mucho más complejo y extraño.
Lleva al extremo liberalismo sus ideas de reducción del tamaño del Estado, ya que propone eliminar más de la mitad de los actuales ministerios, así como numerosos programas de ayuda social que, asegura, son fuente de corrupción y estímulo a la improductividad.
También quiere eliminar el Banco Central de la República Argentina (BCRA), al que culpa de muchos de los males de la economía, por su intervencionismo y su incapacidad para controlar la inflación, que en 2022 rozó el 95 por ciento y pasa ya del 50 por ciento en lo que va de 2023.
Bajar impuestos, eliminar las retenciones a las exportaciones de soya, privatizar empresas públicas deficitarias, reducir el costo de las concesiones a los operadores privados de servicios para que bajen las tarifas, un programa desregulador y liberalizador como ni siquiera Reagan soñó en los años 80.
Estoy contra el aborto porque estoy por el derecho a la vida
Milei extiende sus ideas económicas libertarias a otros campos como el amor y las drogas ilícitas. Se ha declarado creyente y practicante del amor libre —así como del sexo tántrico—, y sostiene que está “en contra del matrimonio como institución”.
Respecto del matrimonio igualitario (uniones de parejas del mismo sexo, entre otras) asegura que no tiene problema con eso, pues considera que “el matrimonio es un contrato” y que cada cual debe poder vincularse como quiera y con quien quiera.
“No estoy para nada de acuerdo con que la homosexualidad es una enfermedad”, dijo hace poco en una entrevista. Para él, se trata de una “elección de cada uno”. Milei también es libertario en el tema de las drogas narcóticas y alucinógenas, pues considera que debemos vivir “en una sociedad libre”.
Y explica: “Si vos te querés suicidar, pues drogarte es suicidarte en cuotas, yo no tengo problema”. Eso sí, advierte que el Estado no debe pagar ni el costo de esas drogas ni del tratamiento de las adicciones: “Si vos te querés drogar, hacé todo lo que quieras, pero no me pidas que yo pague la cuenta”.
Libertario es también en cuanto al porte de armas. Tras dejar en claro que no lleva ni guarda armas, asegura que las armas en manos de la gente que quiera portarlas “le quita poder relativo al Estado, que es el que tiene el monopolio de la violencia (...) ¿Por qué no darles armas a los individuos?”.
En cambio, en cuanto al aborto es prohibicionista en todos los casos, incluso en el de un embarazo por violación: “Estoy contra el aborto porque estoy por el derecho a la vida”. Promete un referendo para tratar de derogar la ley de aborto argentina, que lo permite en varias circunstancias.
La agenda temática incluida en el programa que Milei inscribió de manera formal al registrar su candidatura a las primarias es tan polémica como ambiciosa. Si gana la Presidencia, su desafío será sacarla adelante con un Congreso en el que muy probablemente no tendrá ni siquiera una mayoría relativa.
Javier Milei este domingo. Foto:AFP
La Cámara de Diputados está dominada por Juntos por el Cambio (107 curules) y los kirchneristas de Unión por la Patria (94 curules), y como en las elecciones de octubre solo serán renovadas 127 curules, las mayorías no podrían cambiar de manera significativa.
Una proyección del diario La Nación de Buenos Aires, de cómo quedaría el nuevo Congreso de los Diputados si el 22 de octubre, en la papeleta parlamentaria, los electores de cada región votaran de manera similar a como lo hicieron el domingo pasado, deja ver lo limitado que sería el aumento de los libertarios.
La Libertad Avanza pasaría de 3 a 40 diputados, de un total de 257, y Milei se vería obligado a pactar justamente con algunos sectores de “la casta política” para poder gobernar y sacar adelante sus reformas.
Javier Milei (52 años) saluda a seguidores en la reciente Feria del Libro de Buenos Aires. Foto:Foto:Juan Ignacio Roncoroni. EFE
Sombras pasadas y presentes
Juan Luis González es un periodista y escritor argentino, autor de una exitosa biografía sobre Milei titulada El loco, en la que narró cómo la infancia del hoy candidato presidencial —nacido en Buenos Aires en un hogar de clase media— estuvo marcada por el bullying en el colegio, y por la violencia física y sicológica ejercida en casa por sus padres, con quienes hoy no se relaciona. Su padre lo golpeba casi a diario.
“El día que se anuncia la guerra de Malvinas —contó González a CNN Radio—, Milei miraba la noticia con sus padres y dijo que eso iba a terminar mal. Su padre era muy violento, lo golpeó salvajemente y su hermana se desmayó, tienen que internar a la hermana y la madre llama a Milei para decirle: ‘Karina se va a morir por culpa tuya’”.
Según González, Milei tiene un lado místico acentuado. Dice haber visto tres veces a Jesucristo; gracias a un médium y a su hermana, asegura que habla con su perro muerto que fue en vida como un hijo; y cuenta que el pedido que le hizo el ‘número Uno’ (Dios) para que fuera presidente de Argentina lo decidió a lanzarse a la política.
El presente también tiene sombras. Algunas investigaciones periodísticas apuntan a que, a la hora de conformar listas de candidatos de su partido a diferentes cargos, los aspirantes debían pagar por ser incluidos. Entre los favorecidos, según esas indagaciones, hay representantes de la misma política tradicional que Milei dice combatir.
Pero en todo caso, ahí está Milei, un candidato que hace pocas semanas tenía escasas opciones de ganar la Presidencia y que ahora, tras ganar las primarias el domingo pasado, está en primer lugar del partidor para la primera vuelta que se celebra en nueve semanas.
Con todas su extraña y misteriosa personalidad, y con la inmensa incertidumbre que un gobierno suyo podría traer, Milei se instaló en el escenario político de un país agotado por las sucesivas crisis económicas y harto de la corrupción. Sus excéntricas y muy discutibles ideas, y su inquietante vida, que otrora le habrían quitado cualquier opción de triunfo, lo tienen hoy muy cerca del poder.
El instituto Real Elcano presentó un informe sobre América Latina y la importancia que tiene la région para Europa, con motivo de la presidencia de España en el Consejo de la UE. Foto:EL TIEMPO