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Santiago de Chile: de 'oasis' de la seguridad a ser un epicentro de la violencia
La capital chilena ha registrado casi 50 homicidios en lo corrido del año.
Una niña de 10 años baleada mientras iba en un carro con su padre, varios hombres apuñalados en distintos barrios, y un ciudadano colombiano acribillado a tiros en un intento de robo a un local de sushi, son parte de las víctimas que ha dejado en Santiago la ola de homicidios con las que arranca este 2024.
Según cifras de las autoridades chilenas, al menos 47 homicidios se han registrado en la región metropolitana en lo corrido de este año, 14 de ellos en una sola semana, y la gran mayoría con armas de fuego. Un violento panorama que no ha tardado en generar alerta entre las autoridades de este país.
“Hay una tendencia al alza de los homicidios en los últimos 10 años, lo importante es poder tener mucha sensibilidad y urgencia por los casos puntuales, pero también tener cabeza fría y responsabilidad para poder trazar una estrategia que nos permita marcar un cambio en esa tendencia” aseguró Constanza Martínez, la delegada presidencial de la Región Metropolitana en Chile.
Aunque la crisis de seguridad se ha ido recrudeciendo en la última década, los últimos acontecimientos han hecho que el tema se convierta en una de las prioridades para el gobierno de Gabriel Boric, a quien le restan más de dos años de mandato, y cuya ministra del Interior, Carolina Tohá, ha sido fuertemente cuestionada por la oposición por el aumento de la criminalidad.
Gabriel Boric, presidente de Chile. Foto:AFP/ Presidencia de Chile
“Es una capital con los problemas de todas las grandes capitales. Pero, evidentemente, con cifras de homicidios que no habíamos visto en nuestra historia. Estamos en este momento con las cifras que Ecuador tenía hace 11 años. Pero, vamos por mal camino y el gobierno sigue tratando el problema como cuando el gran Santiago era una ciudad pacífica, una ciudad donde un carabinero imponía respeto en la sociedad, una ciudad donde las cámaras funcionaban, donde la fiscalía actuaba”, señala a EL TIEMPO el diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Jorge Alessandri, integrante de la Comisión de Seguridad de la Cámara.
Para Alessandri se debe actualizar el tratamiento del crimen y adoptar una estrategia mucho más frontal que vincule el despliegue de militares en los puntos más críticos. Sin embargo, a diferencia de otros países de la región como Ecuador o El Salvador, el gobierno chileno se ha mostrado mucho más reacio a implementar medidas como el estado de excepción para controlar el desborde del crimen en Santiago.
Lista de ciudades peligrosas Foto:EL TIEMPO
“Esto es un fenómeno complejo, no solo de Chile, sino que a nivel internacional. Pero efectivamente, en los últimos meses, por el número de homicidios que se han cometido en la Región Metropolitana, desde que funciona el equipo contra el crimen organizado y homicidios del Ministerio Público, da cuenta de un alza sostenida, alarmante y preocupante”, señala a EL TIEMPO diputado del Partido Socialista, Raúl Leiva, quien también integra la Comisión de Seguridad.
Leiva apunta a otros factores como el crimen organizado y la disputa por el control territorial en algunas zonas de Santiago, por lo que asegura que se deben fortalecer las labores de inteligencia. Un desafío que, según las autoridades locales de la capital chilena, ya se ha puesto en marcha. “Ya estamos invirtiendo 85.000 millones de pesos, vamos a hacer un proyecto especial de la Fiscalía para poder dotarlos de tecnología, un proyecto especial con gendarmería para dotarlos de vehículos blindados y de escáner. Tenemos que tomarnos este tema en serio”, aseguró el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego.
Hay una tendencia al alza de los homicidios en los últimos 10 años, lo importante es poder tener mucha sensibilidad y urgencia por los casos puntuales .
El “oasis” que se desvaneció
Han pasado casi 5 años desde que el expresidente chileno Sebastián Piñera asegurara que Chile era “un verdadero oasis, en medio de esta América Latina convulsionada”, 10 días después de esa declaración su país se sumiría en el llamado estallido social que, durante varios meses, puso a prueba las instituciones, como carabineros, y sus protocolos para el control del orden público.
Un desborde de manifestaciones y de actos delictivos que solo pudo contenerse tras la llegada de la pandemia y de los estrictos confinamientos en 2020.Un contexto al que se sumó la crisis migratoria que ha sido todo un desafío para los últimos dos gobiernos, que han tenido que endurecer sus normas para evitar la masiva llegada de ciudadanos venezolanos, en su gran mayoría, a través de pasos no habilitados, y así lograr atajar a los criminales que logran infiltrarse entre los migrantes que buscan huir de la violencia y de la falta de oportunidades en sus países. Y, aunque este fenómeno había afectado particularmente las zonas del norte de Chile, es claro que Santiago también se ha convertido ahora en un territorio fértil para la delincuencia.
Guardia Nacional verifica a migrantes en busca de estos tatuajes vinculados a la pandilla venezolana. Foto:NYPD
“Dentro de las detenciones de personas extranjeras, ellos manifiestan la necesidad de tomar los territorios, y los territorios se toman, según declaraciones de ellos mismos, a punta de bala”, explica a EL TIEMPO el exprefecto de la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, Eduardo Labarca, quien asegura que el aumento de fenómenos como el sicariato era algo que no se veía en su país y que guarda una estrecha relación con bandas venezolanas como el Tren de Aragua.
“Santiago y, en realidad, Chile era uno de los países más seguros de Latinoamérica teniendo números de homicidios, tasas de homicidios, comparado a países del primer mundo como Suiza. Los homicidios que existían en Chile eran homicidios en riña, luego en el nivel de violencia de hace 10 años atrás, los primeros homicidios eran entre venezolanos o colombianos y eso empezó a llevarse a las bandas nacionales, que empezaron a equiparar su nivel de violencia y muchos de ellos, con algún poder adquisitivo, empezaron a subcontratarla”, destaca.
Y es que la región metropolitana cerró el año pasado con un incremento del 12% de los homicidios, de acuerdo al balance de las cuatro fiscalías regionales que apuntaron al crimen organizado como el principal motor de este incremento de la violencia. La mitad de los asesinatos, de los últimos días, se han concentrado en el sector occidental de la ciudad que es el que abarca la mayoría de comunas populares y de bajos recursos.
Sin embargo, los expertos en seguridad afirman que la ola de violencia que se vive en Santiago no es un fenómeno inconexo del que sacude a otras capitales latinoamericanas que han visto ascender el número de homicidios, asaltos y secuestros durante la última década.
“Chile podía vanagloriarse, demostrar que era de los países más seguros de Latinoamérica junto con Uruguay y Costa Rica, y hemos visto que tanto en Costa Rica como en Uruguay están espantados también por la ola de homicidios. Claramente lo que sucedió fue que ese crimen organizado que estaba concentrado en algunos países latinoamericanos se expandió hacia otros territorios más tranquilos”, afirma en diálogo con EL TIEMPO Jorge Araya, experto de seguridad de la Universidad de Santiago.
Araya destaca que Chile se volvió un lugar atractivo para las bandas criminales porque su población tiene un poder adquisitivo superior a la mayoría de los países latinoamericanos y por lo tanto vender la droga al consumidor chileno era conveniente, pero, además, tiene puertos en los que el embarque de drogas hacia Europa y en Estados Unidos levantaban menos sospechas.
Actualmente, Santiago concentra casi la mitad de los homicidios a nivel nacional por lo que desde el mediados del año pasado se puso en marcha el Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), un grupo multidisciplinario conformado por policías y fiscales, que está dedicado, exclusivamente, a investigar delitos de homicidio y secuestros que mantienen en alerta a la que fuera una de las capitales más seguras y pacíficas de la región.