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Urnas y armas definirán la agenda geopolítica en gran parte del mundo durante este 2024
Estos son los temas que serán noticias durante este nuevo año que arranca.
El voto latino podría ser el diferenciador en las próximas elecciones de Estados Unidos. Foto: iStock
Las elecciones celebradas en más de 70 países y el impacto de la multiplicidad de conflictos marcarán el 2024 de un planeta en plena transición de poder y en claro retroceso humanitario.
Estas son las proyecciones de lo que será noticia en el mundo, según EL TIEMPO.
El expresidente de Estados Unidos y aspirante a la candidatura presidencial republicana en 2024, Donald Trump, durante un mitin en Hialeah. Foto:AFP
La democracia, a examen
Más de 4.000 millones de personas están llamadas a las urnas durante este 2024, en 76 países, casi el 51 % de la población mundial. Mientras la mayoría de la ciudadanía de estos países votará en democracias plenas o con imperfecciones, uno de cada cuatro votantes participará en comicios en regímenes híbridos o autoritarios.
Países como Rusia, Túnez, Argelia, Bielorrusia, Ruanda o Irán instrumentalizarán estos procesos electorales para tratar de fortalecer a los liderazgos en el poder y ganar legitimidad ante sus ciudadanos, mientras que casi la otra mitad del electorado ejercerá su derecho a voto en países que, en los últimos años, han mostrado una erosión democrática como Venezuela, EE. UU. o India.
Los estadounidenses, por ejemplo, se enfrentan a una posible elección entre Joe Biden y Donald Trump, que tendrá enormes repercusiones para la geopolítica mundial, aunque este último enfrenta cuatro procesos penales que mantienen en vilo las elecciones. Se augura, además, un escenario polémico si se tiene en cuenta que la batalla de 2020 ya estuvo marcada por acusaciones de fraude electoral.
En el caso del país vecino, aún es incierto si Nicolás Maduro cederá a la presión internacional y establecerá un cronograma electoral en el que, además, pueda participar la opositora María Corina Machado.
En México, las presidenciales de junio de 2024 elegirán, por primera vez a en su historia, a una mujer como presidenta del país. Entre tanto, además de las elecciones al Parlamento Europeo, 12 estados de la UE tienen comicios.
En otra gran parte de América Latina, con una profunda crisis de los partidos tradicionales y el auge de las agendas radicales: desde el agresivo punitivismo penal de Nayib Bukele en El Salvador, que aspira a la reelección en 2024, a la irrupción electoral de Renovación Popular en Perú, refundada por el hoy alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, surgen respuestas extremas a los distintos escenarios de crisis sociopolíticas.
Xóchitl Gálvez (izq.) y Claudia Sheinbaum (der), candidatas presidenciales en México. Foto:AFP
La conflictividad desafiará la seguridad
Con guerras abiertas en Ucrania, la Franja de Gaza, Sudán o Yemen, el mundo concentra la mayor cantidad de conflictos activos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Con el temor de que alguno escale a nivel global, sumado a las latencias por la tensión entre las Coreas o China y Taiwán, el panorama para el próximo año es de suma tensión.
Con miras a limitar la impunidad en medio de los combates internacionales, a partir del 1.° de enero se espera que los estados de la ONU firmen y ratifiquen la Convención Liubliana-La Haya para la investigación y persecución del crimen de genocidio, lesa humanidad y crímenes de guerra. Se trata del mayor tratado para la lucha contra la impunidad internacional que facilita la cooperación interestatal en la investigación judicial de estos crímenes, garantiza la reparación para las víctimas y agiliza la extradición. No obstante, los organismos internacionales también se verán desafiados ante el auge de regímenes o dictaduras.
Explosión y regulación de la Inteligencia Artificial
La IA se utiliza en la predicción de resultados en elecciones políticas, analizando datos de encuestas, redes sociales y otros factores. Foto:iStock
Tras la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA), la revolución también trajo consigo una nueva consciencia de los riesgos, aceleración y transformación que supone una tecnología que aspira a compararse con la inteligencia humana, o incluso a mejorarla o superarla. Por eso, 2024 será un año fundamental para la regulación de la IA. La más ambiciosa es la de la Unión Europea (UE) que está decidida a convertirse en la primera región del mundo que se dota de una ley integral para regularla.
Pero el debate de la gobernanza va de la mano de la carrera geopolítica por liderar la innovación tecnológica y, a diferencia de la UE, en el caso de EE. UU. y China, eso significa, además, el desarrollo de su aplicación militar. Ambos países buscan afianzar su liderazgo, y la primera cumbre mundial sobre seguridad de la IA, convocada por el primer ministro británico, Rishi Sunak, se convirtió en el punto de encuentro de los grandes poderes globales –públicos y privados; tecnoautoritarios o abiertos– intentando regular o influir en los debates sobre regularización en curso. La cumbre tendrá una segunda edición en Seúl y una tercera en París, ambas en 2024.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, y el líder del principal partido laborista de la oposición, Keir Starmer (izquierda), durante la apertura del Parlamento. Foto:AFP
Una mayor protesta social
Los altos precios globales de las materias primas, las continuas interrupciones en las cadenas de suministro, los elevados precios de los alimentos y la debilidad continua de las monedas frente al dólar seguirán alimentando el descontento social en 2024 y 2025. En la mayoría de los países, los salarios no han aumentado tan rápido como la inflación, lo que dificulta a los hogares más pobres comprar productos básicos. Esto podría desencadenar disturbios sociales, expandiendo las protestas a pequeña escala. En un escenario extremo, las protestas podrían impulsar a los trabajadores en las principales economías a coordinar huelgas a gran escala exigiendo aumentos salariales que se equiparen a la inflación. En América Latina, países como Argentina, Perú y Brasil son susceptibles de ver un incremento de la protesta social en 2024.
Los expertos advierte que, es probable, que los eventos climáticos extremos empiecen a ocurrir de manera más sincronizada. Las sequías severas y las olas de calor, sumadas al regreso del fenómeno de El Niño, podrían exacerbar esta situación y llevar a temperaturas globales récord en 2024. “Estos eventos climáticos, combinados con factores geopolíticos como el colapso de un acuerdo de exportación de granos entre Rusia y Ucrania, podrían ejercer un estrés operativo más alto en industrias dependientes de materias primas, como la agricultura, la minería y la manufactura. Si los eventos climáticos extremos tienen un impacto significativo en la producción, esto daría lugar a la escasez, lo que afectaría las cadenas de suministro globales y, una vez más, añadiría presiones inflacionarias al alza”, advierte el Economist Intelligence Unit.
Incendios, sequías, inundaciones fueron algunos de los problemas estudiados por investigadores de la ONU. Foto:AFP. Archivo
Resaca económica y sostenibilidad de la deuda
En 2024 serán más visibles las consecuencias económicas de la sucesión de crisis experimentadas en los últimos años, especialmente el impacto del aumento de los tipos de interés para hacer frente al mayor repunte de la inflación en cuarenta años tras la crisis energética de 2022. Asimismo, el endurecimiento de las condiciones de financiación limitará la política fiscal, tras el rápido aumento del endeudamiento, para hacer frente a los impactos del covid-19 y la guerra en Ucrania. En este contexto, el crecimiento será débil.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no espera que la inflación se sitúe en el objetivo de la mayoría de bancos centrales hasta 2025, lo que augura tipos de interés elevados durante un largo período de tiempo, sobre todo si se vuelve a tensionar el precio del petróleo en un contexto de elevada incertidumbre geopolítica. La previsión de crecimiento del FMI para 2024 es del 2,9 %, una tasa muy similar a la estimada para 2023. Sin embargo, el enfriamiento será dispar por economías.
Este fondo promueve la estabilidad macroeconómica y financiera mundial. Foto:iStock
Desbordamiento humanitario
Las guerras y la violencia impulsaron el desplazamiento forzado a escala mundial hasta una cifra récord estimada de 114 millones de personas a finales de septiembre de 2023, según Acnur. Solo en los primeros seis meses de 2023, se presentaron 1,6 millones de nuevas solicitudes individuales de asilo a nivel mundial, la cifra más alta jamás registrada. Lo preocupante es que este incremento en el número de refugiados y desplazados no ha ido acompañado de un refuerzo de la ayuda internacional necesaria para cubrir sus necesidades.
Eso sumado a que el alza continuada del precio de los alimentos en 2024 y el impacto de las condiciones meteorológicas adversas en la producción agrícola pueden empeorar todavía más esta situación. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de Naciones Unidas prevé que entre 105 y 110 millones de personas necesitarán asistencia alimentaria al menos hasta principios de 2024, con un aumento de las necesidades en las regiones de América Latina y el Caribe y África Austral.