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ONU acusa a Irán de 'intensificar' la represión contra las mujeres dos años después de la muerte de la joven Mahsa Amini

La muerte de Amini el 16 de septiembre de 2022 provocó protestas en las que jóvenes iraníes pidieron el fin de la República Islámica.

Manifestantes piden a las Naciones Unidas que tomen medidas contra el trato que reciben las mujeres en Irán, tras la muerte de Mahsa Amini. Foto: AFP

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AFP Y EFE

PERIODISTA13.09.2024 08:03 Actualizado: 13.09.2024 08:06

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Expertos de la ONU acusaron este viernes a Irán de "intensificar" la represión contra las mujeres, dos años después de la ola de protestas desencadenada por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, la joven arrestada por violar el código de vestimenta.

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Dos años después del inicio del movimiento "Mujer, vida, libertad", "el gobierno iraní intensifica sus esfuerzos para suprimir los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas, y para aplastar las últimas iniciativas de activismo femenino", advirtió la misión internacional independiente de investigación sobre Irán en un comunicado.

Desde abril pasado, las autoridades estatales "refuerzan las medidas y políticas represivas a través del llamado Plan 'Noor', alentando, sancionando y aprobando violaciones de los derechos humanos contra mujeres y niñas que desafían el uso obligatorio del hiyab", según estos expertos, que no hablan en nombre de la ONU.

Mahsa Amini solo estuvo unas horas arrestadas antes de ser llevada al hospital. Foto:Mahsa Amini

El consejo de derechos humanos de la ONU había encargado a este grupo de expertos llevar a cabo una investigación, en la que las autoridades iraníes se negaron a participar, tras las enormes manifestaciones que sacudieron a Irán a partir de septiembre de 2022, después de la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, de 22 años, arrestada por la policía de la moral por no llevar correctamente el hiyab.

El gobierno iraní intensifica sus esfuerzos para suprimir los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas

Cientos de personas, incluidos de las fuerzas del orden, murieron durante este movimiento de protesta, y miles más fueron arrestadas por participar en las manifestaciones, que las autoridades describieron como "disturbios" orquestados por países occidentales.

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Dos años después, las fuerzas de seguridad "intensifican los patrones preexistentes de violencia física, incluidos golpes, patadas y bofetadas a mujeres y niñas que son percibidas como reticentes a respetar las leyes y regulaciones sobre el uso obligatorio del hiyab", señalaron los expertos de la ONU, citando como ejemplo decenas de videos.

Según ellos, las autoridades refuerzan el control sobre el uso obligatorio del hiyab en los espacios públicos y privados, "recurriendo cada vez más a la vigilancia, incluidos drones".

Concentración en Australia para conmemorar el primer aniversario de la muerte bajo custodia de Mahsa Amini. — Protestas por la muerte de Masha Amini. Foto:EFE

También advierten que un proyecto de ley, "hiyab y castidad", que prevé sanciones más severas, está a punto de ser aprobado por el consejo de guardianes.

Además se muestran profundamente preocupados por una "nueva tendencia" de condenar a muerte de mujeres activistas, sentenciadas por infracciones relacionadas con la seguridad nacional.

Las mujeres iraníes se resisten a la imposición del velo

Pese a la represión, muchas iraníes continúan la lucha luciendo su cabello al aire en las calles del país y rechazando el velo, símbolo innegociable de la república fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.

La muerte de Amini ha convertido no llevar velo en un gesto de resistencia y desobediencia civil

En las calles de Teherán, pero también en cafés y tiendas, se observa a muchas jóvenes con la cabeza descubierta y muchas ni siquiera llevan un velo sobre los hombros, un gesto aparentemente trivial, pero lleno de significado.

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“No me pongo el velo desde las protestas. La muerte de Amini ha convertido no llevar velo en un gesto de resistencia y desobediencia civil”, dice a Efe Leila, empleada de una tienda de electrodomésticos de Teherán.

La muerte de Amini fue “la gota que colmó el vaso” para muchos iraníes “hartos de la situación del país” y que anhelan una "democracia laica con libertades", asegura la mujer.

Irán fue uno de los primeros países en tener un brote masivo después de China y Corea del Sur a principios de este 2020. La curva de contagios iba a la baja en abril y mayo, pero nuevamente se dio un repunte en junio tras la reapertura de mercados y bazares el 20 de abril, las mezquitas el 12 de mayo y los cafés y restaurantes el 26 de mayo.
Los más de 3.500 nuevos casos confirmados el 5 de junio es el nuevo récord que superó al del 30 de marzo.
El ministro de Salud, Saeed Namaki, criticó a la gente que ignoraba las reglas de distanciamiento social: "La gente se ha vuelto completamente descuidada con respecto a esta enfermedad. Si no respetan los protocolos de salud debemos prepararnos para la peor situación", dijo a la agencia de noticias iraní.
Por su parte, el presidente Hasán Rohaní ha advertido que las restricciones deben reintroducirse si el brote empeora. — Mujeres en Irán. Foto:EFE

Incluso tras el regreso a las calles de la capital de la temida Policía de la moral a mediados de abril y la detención de mujeres que no se cubren, Leila continúa sin ponerse un hiyab a pesar de las advertencias de sus amigos.

Una de las detenidas por no llevar el cabello cubierto fue Samira, una guía turística de 27 años, quien fue metida a la fuerza en una furgoneta por las agentes de la moral.

“Este sistema es un enemigo de las mujeres”, dice a Efe Samira, quien fue liberada de una comisaría tras la firmar un documento comprometiéndose a cubrirse el cabello.

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Para reimponer la prenda islámica, las autoridades han recurrido a la confiscación de vehículos, latigazos e incluso castigos como la limpieza de cadáveres.

Todo esto ha sido bautizado como “guerra contra las mujeres” por la premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi, quien continúa su activismo feminista desde la prisión Evin donde está encarcelada.

Una “guerra” que continúa cada día. En las últimas semanas las autoridades han denunciado a la actriz Sahar Dolatshahi por “realizar actos contrarios a las normas islámicas” por bailar en una escena de una serie y a la directora de cine Rakhshan Bani-Etemad y la interprete Baran Kosari por asistir a la presentación de una película sin taparse el cabello.

En una caso más grave, activistas han denunciado que una mujer de 31 años quedó paralítica tras recibir un disparo en la espalda por parte de las fuerzas de seguridad en julio cuando conducía sin velo, algo que las autoridades han negado.

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