Colombia: el impacto económico que tendrá la guerra entre Israel y Hamás en el país

El reciente ataque de Hamas a Israel ha generado sorpresa y preocupación a nivel mundial, suscitando interrogantes sobre una posible escalada del conflicto en Medio Oriente y cómo afectará económicamente a Colombia.

Al menos cuatro canales o vías proyectan la incidencia de este agravamiento del conflicto en la economía colombiana, que se prolongarán en la medida en que el

conflicto perdure:

Las cotizaciones del crudo se vieron afectadas por la guerra Rusia-Ucrania y los subsiguientes recortes de producción de la OPEP. Recientemente, estos precios tendían a estabilizarse alrededor de 90 dólares por barril. La región de Oriente Medio, donde se ubican Israel y Palestina, es crucial en la producción y exportación de petróleo y gas, lo que puede influir en sus precios debido a la inestabilidad en la región.

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El conflicto puede agravarse considerando los países implicados y las fuertes retaliaciones por parte de Israel. No obstante, en caso de que no se profundice es improbable que los precios se disparen de manera permanente por encima de los 100 dólares por barril. Aunque puede haber limitaciones en la oferta global de crudo, la demanda está disminuyendo debido al bajo desempeño económico de economías demandantes como China, el sudeste de Asia y Europa.

Un incremento en el precio del petróleo de larga duración tendría impactos positivos en las cuentas de Ecopetrol. De hecho, en los días posteriores al estallido del conflicto, las acciones de la compañía subieron. El Gobierno también se beneficiaría, ya que recibe una parte de las utilidades generadas por Ecopetrol con estos precios.

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No obstante, cotizaciones más altas del crudo y la gasolina también obligarán a un mayor ajuste en el precio interno de esta última, con efectos desfavorables sobre la inflación y el poder adquisitivo de los colombianos. Por último, un mayor precio del petróleo durante un tiempo prolongado podría impulsar una revaluación del tipo de cambio.

En cuanto al gas, si el conflicto se profundiza y se prolonga, los precios internacionales subirían también. Este aumento podría tener un efecto perjudicial sobre la generación eléctrica en Colombia que es dependiente de este combustible, causando un aumento de las tarifas de la energía que afectaría a hogares y empresas.

Desde el fin de la pandemia y aún durante este período, los mercados financieros internacionales han experimentado creciente volatilidad. Parte de esta volatilidad está relacionada con la gran liquidez proporcionada durante la pandemia, que luego se empezó a retirar a través de políticas monetarias contractivas debido al aumento de la inflación a nivel global. Similar a lo ocurrido con la guerra de Ucrania, con el inicio del conflicto entre Israel y Palestina, es probable que Estados Unidos transfiera recursos adicionales para respaldar a su aliado Israel.

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Otra consecuencia del conflicto se traduce en un aumento en la aversión al riesgo. Los conflictos geopolíticos suelen generar incertidumbre y aversión al riesgo entre los inversionistas. En busca de seguridad, algunos de estos inversionistas podrían trasladar sus activos hacia aquellos considerados más seguros, como los bonos del tesoro de EE. UU. y el dólar estadounidense, lo que podría aumentar la demanda y el precio del dólar en otras monedas, incluido el peso colombiano. Esto también podría llevar a tasas de interés más bajas de los bonos del Tesoro.

Adicionalmente, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) podría ajustar su política monetaria en respuesta a los eventos geopolíticos. Si el conflicto tiene un impacto significativo en la economía global, la Fed podría disminuir las tasas de interés más rápidamente de lo esperado para estimular la economía, lo que también afectaría las tasas de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos.

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Las remesas son fuentes cada vez más importantes de ingresos en divisas para Colombia, y han seguido aumentando desde la pandemia. Solo el año pasado alcanzaron los 9,500 millones de dólares. Aunque un porcentaje muy bajo proviene de Palestina o Israel (las remesas provenientes de este último país apenas alcanzaron los 7 millones de dólares en 2022), si la guerra afecta la economía de otros países debido a una desaceleración global, podría tener un impacto mayor en las remesas que llegan a nuestro país y, por ende, un efecto negativo en las familias receptoras y el consumo interno.

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En 2020 entró en vigencia un TLC con Israel que se había negociado en 2013. Con este país se tiene una balanza comercial superavitaria. A julio de 2023, las ventas de Colombia fueron de 375 millones de dólares, mientras que las compras fueron de 52,6 millones de dólares. Los principales productos de exportación de nuestro país en 2022 fueron carbón, café, flores, productos de madera y partes de aviones. Por su parte, los principales bienes que se adquirieron en Israel en 2022 fueron aparatos eléctricos (64 millones de dólares), aparatos ópticos (23,7 millones de dólares) y reactores nucleares, calderas y máquinas (15,8 millones de dólares).

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También hay flujos de inversión de cierta magnitud de Israel a Colombia. Según el Ministerio de Comercio, entre 2002 y 2020 estos flujos alcanzaron los 57 millones  de dólares anuales, principalmente dirigidos a los sectores de transporte, agropecuario y comercio.

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Por su parte, con Palestina no hay registros de comercio de importación o exportación con Colombia, según la OMC, ni de inversiones. Colombia tiene unas relaciones comerciales relativamente importantes con Israel, país que ocupa el puesto 22 como destino de las ventas externas de Colombia y del que importa bienes de alta tecnología. Esta relación comercial está protegida por un tratado de libre comercio.