Lo que dejó la Constituyente de Maduro en Venezuela

Después de tres años y cuatro meses de funcionamiento, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela llegó a su fin. Y lo hizo sin cumplir la que se suponía era su meta: redactar una nueva constitución para el país.

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Los 550 integrantes que resultaron elegidos en el cuestionado proceso celebrado el 30 de julio de 2017 se congregaron el martes pasado en el Palacio Federal Legislativo para escuchar y aprobar el balance de gestión que ofreció el presidente de la ANC, Diosdado Cabello.

“¡La ANC llegó imponiendo la paz en Venezuela!”, dijo el número dos del chavismo, al referirse al que, desde el sector oficial, se ha exhibido como el logro de la ANC.

De hecho, en otra sesión efectuada el viernes para confirmar el cierre, el mandatario Nicolás Maduro insistió en que el órgano había cumplido con su “misión histórica” de dejar un país “en paz, unido y más fuerte y estable”.

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Sin embargo, nada se dijo de la redacción de la nueva carta magna. “Ese jamás fue su objetivo, sino arrogarse las tareas de la Asamblea Nacional electa en diciembre de 2015 (...). Casi la totalidad de su actividad ha estado centrada en ejercer de Parlamento, pese a no serlo”, dijo la organización a la Justicia en un informe titulado ‘Un fraude constitucional de principio a fin’.

La ANC, que se autocatalogó como un poder supraconstitucional, usurpó no solo funciones del Legislativo, sino también de otros poderes.

Así, su primera gran actuación fue la de sustituir a la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, luego de que se volvió incómoda para Maduro. Nombró, en su lugar, a Tarek William Saab.

La ANC, además, levantó la inmunidad parlamentaria a unos 30 diputados opositores, a quienes negó el derecho al correspondiente antejuicio de mérito al considerar, en consonancia con el Poder Judicial, que todos habían incurrido en delitos comunes. También fue el órgano que convocó cinco cuestionados procesos electorales. El más reciente de ellos fue el del 6 de diciembre y con el que Maduro recuperó el Parlamento.Y dictó o reformó unas 30 leyes, según a la Justicia.

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Entre ellas está la llamada ‘ley contra el odio’, que castiga con hasta 20 años de cárcel a quienes inciten el odio y ha sido usada, según la organización, para procesar a ciudadanos que se manifiestan en las calles o expresan su desacuerdo con las políticas gubernamentales.

La ANC también aprobó la polémica ley antibloqueo, que, según reitera a la Justicia, “ha abierto las puertas al expolio de los recursos y bienes del país (...)”.

A algunas de estas leyes se les puso el calificativo de constitucionales.

“Las leyes constitucionales tienen carácter constitucional, y para cambiarlas debes convocar otra constituyente. Esas leyes están por encima de las leyes orgánicas”, explicó Cabello en una oportunidad.

Algo que a la Justicia tilda de invento y refuta, al recordar que en el ordenamiento jurídico venezolano no existe esta figura.

“Las gestiones de la Constituyente no han redundado en una mejora en las condiciones de vida de los venezolanos, ni siquiera sirvió para su otro gran objetivo: ‘traer la paz’, pese a que su presidente crea lo contrario”, concluyó a la Justicia.

Andreína Itriago

Corresponsal de EL TIEMPO 

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