SEÑOR DIRECTOR:
No necesitamos más muestras del cambio climático en todo el planeta, bien sea las lluvias que arrasan con comunidades, vías, sembrados, ganado y fauna destruidos, los incendios forestales o la contaminación.
En vez de ponernos a comprar la hoja de coca, que es a todas luces ilegal, propongo que compremos la basura que está inundando los ríos, los mares, los canales de aguas lluvias, permitiendo así que la fuerza de las aguas arrastre todos los desperdicios que nosotros los humanos lanzamos a esas fuentes hídricas, como, latas, vasos y botellas plásticas, colchones, muebles, creyendo que solamente es algo más y no hará daño al medioambiente. La gente puede generar una fuente de ingresos recogiendo de las calles, de los ríos, del mar, de las carreteras esa basura contaminante y convertirla en dinero para su sustento. Limpiando nuestro hogar evitamos las tragedias que estamos viendo. Esa es una buena colaboración y una gran inversión del Gobierno para ayudar a salvar el planeta. Y que esta propuesta se extienda a todos los rincones de este hermoso hogar llamado planeta Tierra.
Jorge Trujillo Mejía
SEÑOR DIRECTOR:
Por radio, el secretario de Gobierno de Bogotá prometió considerar sanciones aplicables a quienes arrojen escombros a los canales de aguas de la ciudad, responsables también de la inundación en los humedales de Torca y Guaymaral. En la NQS esta práctica es legión abiertamente y sin embozos, impunemente. ¿Por qué la Alcaldía interviene solo cuando hay desastres, muertes o por peticiones ciudadanas? ¿Acaso no son funciones regulares y obligatorias del Dadep, Secretaría de Ambiente o de Movilidad salir a las calles a verificar que tales cosas no ocurran? Esta pereza, flojera, pasividad y desidia no pueden seguir ocurriendo.
Sulia Alfonso
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SEÑOR DIRECTOR:
Es de urgencia prioritaria que sean limpiados de basuras y desperdicios todos los canales de aguas negras y claras en toda Bogotá, o en los siguientes años o décadas la ciudad y sus alrededores sabaneros estarán expuestos a una gran inundación sin precedentes. Una inundación quizás solo superada desde aquel diluvio que sufrieron los muiscas y su ciudad, Bacatá, hace unos 12.000 años en todo el altiplano cundiboyacense, pero en esta ocasión tecnológica del siglo XXI no habrá un segundo Bochica que con su varita mágica detenga de una vez por todas un diluvio.
Fernando Cortés Quintero
SEÑOR DIRECTOR:
‘Los cuatro pecados capitales’ de Bogotá son la almojábana, el buñuelo, la empanada y la garulla. Garulla con masato era el destino obligado cuando montábamos cicla, desde el barrio Castilla-Baviera hasta Soacha, con los amigos de infancia. Inolvidable garulla, tan injustamente olvidada como el torbellino en Bogotá. No así el peto caliente con a y la natilla del Tía; la empanada de arroz del Chu-king; el chocolate de La Florida; la milhoja del Cyrano; el cábano del Ley; el agua de a con queso de la Puerta Falsa... Que me condenen por amar las sabrosas galguerías de mi amada Bogotá.
Mayo Monroy