Frenar el gasto

SEÑOR DIRECTOR:

Para sanear las finanzas públicas se necesita, primero, frenar el despilfarro, la incompetencia, el incremento de la burocracia nacional e internacional inoficiosa y la corrupción gubernamental. Segundo, fomentar la educación, el emprendimiento y la generación de empresa, riqueza y empleo.

Con solo seguir exprimiéndole los menguados bolsillos a la clase trabajadora con otra reforma tributaria, lo único que el gobierno Petro logrará será someter a más colombianos al hambre e incrementar la desaprobación popular de su gestión. Lo que verdaderamente necesita el país es un mejor desarrollo empresarial, industrial y comercial para generar mayor riqueza y bienestar social. No el deterioro del aparato productivo, ni más pobreza y dependencia de la caridad gubernamental.

En condiciones normales de abastecimiento de agua, los estratos más altos tienden a un consumo mensual de agua mayor que el de los estratos más bajos, sin que esto signifique que derrochan el preciado líquido. En condiciones de escasez, es normal que se pongan restricciones al consumo de agua para evitar posibles racionamientos. Acusar de derrochones a los estratos 5 y 6 sin fundamento, como lo hace la directora de la CRA, para restringirles el uso del agua a un nivel de 10 metros cúbicos mensuales, mientras que a los demás estratos se les restringe el uso a 12 metros cúbicos, es una medida arbitraria que busca castigar injustamente a estos estratos que ya tienen las tarifas más altas por metro cúbico.

Con ovación y de pie despedimos a uno de los más brillantes y completos en las artes escénicas en Colombia, como lo fue Carlos José Reyes Posada. Nació y falleció en Bogotá. 12 de marzo de 1941-15 de septiembre de 2024.

Dramaturgo, guionista, académico, docente, historiador, actor, investigador, director, fundador de los grupos de teatro más icónicos en el país, etc. Con una prodigiosa inteligencia, jamás presumió de su enorme talento, destacándose siempre por su sencillez. Se baja el telón, pero los grandes no mueren, trascienden con la luz de las estrellas.

Muy lamentable que las estaciones de TransMilenio las estén dejando atiborrar de vendedores ambulantes, y más grave aún, que dentro de los articulados suceda tal situación.

Son anormalidades que las autoridades han dejado crecer como espuma. El orden que debe existir en el transporte público de Bogotá es algo que se ha olvidado. Y ahí vemos el pandemonio que lo cubre, terreno abonado para la delincuencia, que medra bajo ese atroz desorden que se vive, repito, en tan importante medio de transporte.