La conciencia con el agua

SEÑOR DIRECTOR:

Una vez dadas las condiciones para el racionamiento y control del agua, en este delicado nivel de los embalses, mucha gente se ha dedicado a recoger cantidades de agua, de pronto en forma innecesaria, haciendo colapsar más el problema. Por ello invito a toda la ciudadanía, las empresas y todos los ciudadanos a tomar las medidas necesarias para no incurrir en el absurdo recogimiento de agua innecesaria. Este acto de insolidaridad e inconsciencia podría costarnos muy caro.

Invito a ser conscientes. El agua es importante para toda actividad humana. Nosotros mismos somos 75 % de agua, y el resto del planeta se surte, crece y vive por el agua, que es vida. 

Bogotá

El racionamiento de agua en Bogotá es una medida necesaria para hacer frente a la escasez del preciado líquido y garantizar un suministro equitativo para todos los residentes.

Sin embargo, es importante que las autoridades implementen políticas efectivas para gestionar esta situación de manera justa y transparente, minimizando el impacto en la población y buscando soluciones a largo plazo para mejorar la infraestructura hídrica de la ciudad.

Luna Valentina Oliveros Páez

En 1945, cuando el líder político liberal Jorge Eliécer Gaitán Ayala comenzaba su campaña a la presidencia recorriendo en barco las poblaciones del río Magdalena, se encontró en la misma embarcación con el joven concejal conservador de Soledad, Atlántico, y músico Francisco ‘Pacho’ Galán Blanco, quien viajaba para cumplir contratos con su orquesta.

Fueron varios los días que pudieron conversar en una auténtica amistad no obstante la diferencia de credo político. Tanto fue así que Pacho Galán le prometió escribir un porro, proyecto que cumplió y ocupó el primer puesto en un concurso convocado por la desaparecida casa fonográfica Odeón de Buenos Aires. El título del porro fue A la carga, divisa que Gaitán utilizó cada vez que terminaba un discurso.

Dicha grabación fue realizada en Buenos Aires en un disco de 78 r. p. m. por la orquesta del argentino Eduardo Armani con la voz del cantante Eduardo Farrell.

Es un recuerdo que evocamos al cumplirse en este 9 de abril, el 76.º aniversario de su asesinato.

Qué tristeza. Lo que vemos después de seis meses de guerra en Gaza, desatada luego de que terroristas de Hamás entraron a Israel y mataron a 1.200 personas, es el horror: el desfile de cadáveres, muchos de ellos niños; más de 30.000 muertes, la destrucción de todo, inclusive los hospitales... ¿Qué nos pasa como humanidad? ¿Por qué no se pueden buscar salidas pacíficas? Algo similar ocurre en Ucrania, porque las guerras son parecidas en su crueldad. Deberíamos decir todos los días “no más guerra” y pedir a los organismos internacionales hacer más, mucho más. ¡No más guerras, por Dios!