SEÑOR DIRECTOR:
El Ministro de Justicia acaba de confirmar la construcción de una cárcel nacional en Chocontá, similar a la que funciona en Acacías, Meta, obra acogida por otros funcionarios y que posiblemente se hará en la vereda de Saucío. El área es inmensa y está bordeada por la carretera central y el río Bogotá, lo cual permite deducir que su valor es incalculable.
La malaventurada prisión causará al pueblo un enorme e irreparable daño. En primer lugar, nadie querrá vivir en una localidad donde se encuentra una prisión nacional y menos enviar sus hijos a estudiar en la escuela vecina, visitar restaurantes cercanos o residir en casitas vacacionales. En general, toda la tierra del municipio sufrirá una depreciación enorme.
Un establecimiento de esta naturaleza trae enormes problemas a la municipalidad y sociedad chocontana, pues bien es sabido que en los importantes centros carcelarios del país constantemente se presentan actos violentos, crímenes, tráfico de estupefacientes y autogobiernos conformados por los mismos reclusos. A lo anterior hay que sumarle que el enorme desaguadero que producirá la cárcel que contaminará –aún más– el río Bogotá, generando proliferación de ratas, virus y nauseabundos olores.
En conclusión, Chocontá y su gente quedarán estigmatizados ante el resto de municipios. Ahora seremos anfitriones de delincuentes.
Héctor-Bruno Fernández Gómez
SEÑOR DIRECTOR:
El pasado 28 de julio se celebraron las esperadas elecciones presidenciales de Venezuela. Con un resultado que parece no reflejar la verdadera voluntad del pueblo, Nicolás Maduro salió vencedor de los comicios. Mientras los aliados del régimen defienden el resultado, otros gobiernos han salido a condenarlo.
No obstante, lo que es notorio es la falta de afecto natural con los venezolanos por parte del Gobierno Petro, comparando su claramente tiránica forma de gobierno con la de Colombia que, aunque ha tenido crasos errores, no merece ser deslegitimada toda vez que los ganadores en las urnas han sido los que ha dictado la soberanía popular.
Insto a la oposición venezolana —en cabeza de María Corina Machado— a que no desmaye en su lucha por el pueblo que merece un mejor futuro. Ahí cobra vigencia la parte del himno: “Gloria al bravo pueblo”.
Andrés F. Correa Vega
SEÑOR DIRECTOR:
Me llamó mucho la atención la columna de la Superintendente de la Economía Solidaria, en el que se resalta el papel de este modelo, el cual es fundamental para hacer de Colombia un país más competitivo. Y como tal, debe tenerse en cuenta, no solo para el sector empresarial sino para el sector educativo, ya que si desde la escuela se comienzan a trabajar en los principios y valores de la economía social, se podrán crear los cimientos para una sociedad más igualitaria.
Estoy seguro que si hacemos de la escuela una red de aprendizaje cooperativo, el acoso escolar en las aulas irá desapareciendo y la colaboración y la ayuda mutua aportarán para el mejoramiento del aprendizaje y la enseñanza.
Profesor Henry Sarabia Angarita