Propuestas para estabilizar los precios de energía

El país ha estado debatiendo sobre el desafío asociado a garantizar un servicio de energía eléctrica confiable y asequible. Como frente a cualquier desafío, la mejor forma de abordarlo es entendiendo sus causas. Desde hace varias décadas, en Colombia hemos contado con una matriz energética limpia, confiable y con amplia cobertura. Si hoy estamos en una situación más incierta, caracterizada por alta volatilidad en los precios y el temor sobre el abastecimiento futuro, un primer paso para abordar soluciones es entender qué cambió.

El mercado colombiano de energía esperaba en el periodo 2018-2021 el ingreso de mas de 4.000 megavatios de capacidad, representados en Hidroituango (2.400 MW) y los proyectos eólicos de La Guajira (2.000 MW). De esta capacidad (que representa casi el 20 por ciento de la actual oferta), solo han entrado en funcionamiento 600 MW de Hidroituango. La capacidad adicional de este proyecto, así como el ingreso de los proyectos eólicos, no ocurrirá antes de 2026.

Mientras esto sucede, la demanda de energía en el país ha venido creciendo al 5 por ciento anual, frente a estimaciones iniciales de la Upme del 2,5 por ciento.

En un escenario tan ajustado de oferta y demanda, y frente a una matriz de generación dependiente en un 70 por ciento de la hidroelectricidad, una reducción de los aportes de agua al sistema inmediatamente activa el ingreso de sustitutos (carbón o gas), que han estado muy costosos por cuenta de la guerra en Europa del Este y la devaluación del peso. Lo anterior implica que, ante la más mínima contracción de la oferta, se den saltos abruptos en el precio de bolsa.

Entendiendo entonces que el origen de esta volatilidad en los precios obedece a falta de oferta, el Gobierno Nacional recientemente lanzó una subasta de capacidad orientada a incentivar la construcción de nuevos proyectos, único camino para estabilizar los precios. Para que se realicen las inversiones que requiere el país, es fundamental la estabilidad en la regulación y las señales de mercado, especialmente cuando se trata de inversiones multibillonarias y con larguísimos plazos de recuperación del capital.

Bajo el liderazgo de Acolgén, los generadores hemos propuesto al Gobierno Nacional algunas alternativas para atender el problema real de la volatilidad en los precios, preservando la institucionalidad que ha posibilitado el importante desarrollo del sector.

Una primera propuesta que hemos puesto en consideración del Ministerio de Minas y Energía es establecer un valor tope de venta en bolsa, los ingresos por encima de ese precio de referencia irían a un fondo público que el Gobierno Nacional podría destinar a aliviar algunos componentes de la tarifa final de energía en los estratos más vulnerables.

La segunda propuesta consiste en establecer un programa para que los comercializadores más expuestos a compras en bolsa puedan ampliar su contratación y, por ende, reducir su exposición a la volatilidad de precios a través de contratos de largo plazo bajo la modalidad pague lo generado.

La tercera propuesta consiste en la titularización de la tarifa de los distribuidores de la costa Caribe, para que estas empresas financien las inversiones necesarias para mejorar el servicio, sin aumentar los montos de las facturas de los s finales ni demandar recursos del fisco nacional, esta figura permitiría que estas empresas reciban recursos frescos, respaldados por sus ingresos futuros.

Sin duda, la coyuntura actual exige una concertación de todos los actores para encontrar soluciones técnicas y sostenibles.

CAMILO MARULANDA LÓPEZ

* Presidente de Isagén