Hay un interesante proceso que se está dando, y sin duda es una buena noticia para todos los colombianos. Se trata de la exitosa estrategia de repatriación de piezas arqueológicas prehispánicas. El país ha logrado más que un hito en esta gesta durante los últimos años, al conseguir la traída de numerosas piezas que habían salido del territorio.
Los dos más recientes anuncios son la llegada de 15 objetos de las culturas quimbaya y sinú que estaban en Suiza, en manos de coleccionistas e instituciones en ese país, y el haber logrado traer desde Alemania, 77 piezas de las culturas Calima, San Agustín, Quimbaya, Guane y Tairona.
El conseguir esto tiene un gran valor para el país. En el último año han regresado a Colombia 539 piezas arqueológicas. Entre ellas se encuentran hermosas y valiosas narigueras, tunjos de oro, máscaras, recipientes y hasta una urna funeraria.
Lo más importante es que esto ha sido esfuerzo continuo de diferentes gobiernos, lo que muestra, a todas luces, que el continuar los procesos es mejor que destruir lo hecho y comenzar de nuevo.
En septiembre de 2022 regresaron al país 274 piezas traídas de Estados Unidos. La mayor parte de ellas (233) las tenía una ciudadana de aquel país, quien las había heredado de su esposo, adquiridas en los años 70, cuando vivió en Cali. Este proceso de recuperación duró casi cuatro años.
Aún queda mucho trabajo por hacer y debemos seguir impulsando este cometido, sin duda de mediano y largo plazo, con el fin de repatriar el enorme patrimonio cultural precolombino, ya que parte de él sigue en manos de coleccionistas e instituciones en el mundo.
Deberíamos exponer todos estos objetos para que el ciudadano del común conozca la historia y sepa el vacío que se llena gracias al retorno de todas estas piezas, pertenecientes a nuestra cultura.
Un caso para resaltar es el Tesoro Quimbaya, que está en España.
La repatriación es una decisión prioritaria de muchas naciones, tales como Perú, Ecuador, México y, por supuesto, Colombia. No siempre lo logramos. A pesar de la presión diplomática y mediática, el año pasado se vendieron varias piezas en la casa de subastas Millon et Associés, en Francia.
El cuidado del patrimonio es un problema universal, pues exige un trabajo permanente y decisión constante por lo que significan estos objetos y estos monumentos en la historia de un pueblo. A esto hay que sumarle recursos económicos y humanos suficientes, para garantizar su mantenimiento y cuidado.
El patrimonio cultural es importante para cualquier sociedad. Colombia desde hace varios años viene logrando una valiosa tarea, la de la repatriación de las invaluables piezas precolombinas. Hacemos un llamado al Gobierno, para que mantenga la presión diplomática y que asigne lo necesario para seguir avanzando y conseguir más resultados exitosos.
De otra parte, deberíamos exponer todos estos objetos para que el ciudadano del común conozca la historia y sepa el vacío que se llena gracias al retorno de todas estas piezas, pertenecientes a nuestra cultura. Espero que pronto las tengamos todas en una nueva sala del Museo del Oro o de cualquier sede de la red de museos maravillosos que tenemos a lo largo y ancho del país.
Recuperar nuestra memoria gracias a esta labor es una tarea en la que no debemos retroceder. Con energía, responsabilidad, entusiasmo y sin tregua conseguiremos la traída de ese tesoro patrimonial, que aumentará la experiencia cultural en nuestras visitas.
Y hablando de lo que tenemos, es incomprensible lo hecho por las manifestantes, conmemorando el Día de la Mujer. A su paso se pronunciaron dañando y pintorreteando estatuas, rompiendo vitrinas y acabando con estaciones de transporte público. No entiendo qué significa ese actuar. El Día de la Mujer es para recordar lo que somos, lo que aportamos a la sociedad. El destruir no nos enaltece, y de seguro estas mujeres no nos representan a la mayoría.