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El día de...
Cada vez se pierde más el día de las buenas noticias, el día del humor, de la felicidad, de la vida.

SUBEDITORActualizado:
Este 6 de junio el mundo celebró del Día D. Que para otras cositas yo le he puesto suspensivos. El día de... o la noche de... Pero este fue de batalla, de muertos, cuando los aliados en la Segunda Guerra Mundial entraron por miles a suelo francés, oui, monsieur, por aire y agua para liberar los territorios de Europa occidental de las tropas nazis.
Y así vivimos. Pero todo parece empeorar. Yo creo que hasta la muerte ya está cansada. Cada vez se pierde más el día de las buenas noticias, el día del humor, de la felicidad, de la vida. Ahora hay día para todo, día mundial del infiel, día mundial de los calcetines perdidos –un día después de la noche del infiel–, día mundial del yo yo. Pero no veo que haya un día mundial de la tristeza. Sí lo hay, y es necesario, de la lucha contra la depresión, el 13 de enero.
Se me ocurren estas reflexiones porque hoy pensaba escribir un tema amable como para puente festivo del Sagrado Corazón, que ya es desangrado corazón, pero todo es doloroso y repugnante. Podría uno hablar de Trump, que celebraría el día del infiel, condenado por un jurado en Nueva York por pagarle a una actriz de cine porno por no contar que tuvieron una noche de... y lo que pasó después de, pues como lo dejaría con las vergüenzas al aire para el día de... en la campaña en 2006, le pagaron para que comiera callada con plata de los contribuyentes.
Nacimos en este tiempo y en este país doloroso. Pero dejemos propuestas de constituyentes imposibles y pensemos en el día de los niños y las mujeres a salvo.
No quería dañarles el puente, como decía un terrorista dinamita en mano, pero esta semana, en el Valle, otra vez, valle de lágrimas, unos miserables, dicen que cuatro sicarios en motos, asesinaron a dos niños, dos primos, Milan Sánchez, de 8 años, y Yeiko Arias, de 6, al parecer por matar al padre de uno de ellos.
Se le encoge a uno el alma y no halla explicación de hasta dónde se ha llegado en brutalidad, en venganzas y odio, para ser capaces de dispararles a dos niños inocentes, que soñarían con ser como Mbappé o Messi o como Rodallega o Leonardo Castro. O ser un militar o un científico. Pero aquí matan los sueños de los niños todos los días. ¿Qué sentirán hoy los asesinos? ¿Celebrarán el día del sicario? ¿Les pesará algo la conciencia?
Esta desgracia ocurrió cuando acabábamos de secarnos las lágrimas por el incalificable y repudiable crimen de Celeste, la bebé de tres años, en Bosa, del que se acusa al padrastro. La niña, frágil como un polluelo de colibrí, murió por 40 golpes de un monstruo. A ver si hay justicia. Sin rebaja de penas, por Dios. Y ayer vimos que en la Franja de Gaza, un ataque brutal de Israel a una escuela mató a 37 palestinos, entre ellos 14 niños. ¿Qué sentirá Netanyahu? ¿No piensa en el día de... la tregua?
Nacimos en este tiempo y en este país doloroso. Pero dejemos propuestas de constituyentes imposibles y pensemos en el día de los niños y las mujeres a salvo. Ni una, ni uno más. Dejemos los odios políticos y la polarización y paremos la escalada de muerte. Tenemos que lograr un día de la unión, de lucha seria contra estas violencias. Tenemos que lograr algo de paz y tranquilidad. Feliz puente, a pesar de todo. Y no hablen de política, que se daña en paseo.
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