Muchos miran cuidadosamente si Petro avanza en sus planes, como lo hizo Maduro, de tomarse institucionalmente al país. Pero seamos francos. Las elecciones no se ganan para gobernar con enemigos. Tratemos entonces de analizar si Petro ha logrado sus intenciones.
En el Banco de la República, por ejemplo, luego del reciente nombramiento de dos nuevos de junta, ¿cómo queda ese balance interno? No hay duda de que los nuevos, Laura Moisá y César Giraldo, tienen más cercanía con Petro que sus dos antecesores, de la seriedad de Roberto Steiner y Jaime Jaramillo, y aunque ninguno de los recién llegados es académicamente descartable, su fuerte no es la política monetaria. El progresismo reúne ya en la junta del Banco a tres “progres”, porque estos dos harán equipo con el ministro de Hacienda, Diego Guevara. La ortodoxia se apoya en su magnífico gerente, Leonardo Villar, y en brillantes jóvenes como Mauricio Villamizar y Bibiana Taboada. En el centro estaría Olga Lucía Acosta, que de alguna manera será el fiel de tan delicada balanza. Ahora: no es fácil “tomarse” la junta del Banco, aunque el entonces presidente Duque alcanzó, por renuncia de varios de ellos, a nombrar a todos sus . Pero ni aun así esta le “jala” a lo que mande el presidente de turno, porque en su estructura existe un equipo técnico totalmente independiente que orienta a la junta y sin cuyo consejo ella no toma decisiones. Que Petro hubiera querido hacer más por apoderarse del Banrepública, no hay duda. Pero por ahora vamos ahí.
Alrededor de Ecopetrol hay más controversia. El exministro Carlos Caballero pone los puntos sobre las íes: “Claramente el Presidente se impuso sobre la junta directiva luego de que esta adoptó, por mayoría, la decisión de invertir en un próspero prospecto petrolero en EE. UU. Destruyó la institucionalidad de la empresa más importante del país. (...) Afectó su rentabilidad y patrimonio y el de sus accionistas, de la nación y los privados, nacionales y extranjeros”... En esa empresa sí que se ha mostrado Petro “como un déspota a quien no le importa destruir con tal de reinar”. Y muchos repasan obligatoriamente el caso PDVSA, en parte porque, como en Ecopetrol, a esta la rellenaron con activistas triple A que le quitaron la capacidad técnica que siempre tuvo. Por fortuna, la junta conserva contención por parte de menos ideologizados y sensatos. Pero gravita el hecho de que Petro nombró en la presidencia a su gerente de campaña, hoy bajo delicadas investigaciones penales que lo deberían hacer insostenible en una empresa que cotiza en la Bolsa de Nueva York. Los próximos resultados nos dirán si perdimos a Ecopetrol o no.
Petro nombró en la presidencia de Ecopetrol a su gerente de campaña, hoy bajo delicadas investigaciones penales que lo deberían hacer insostenible en una empresa que cotiza en la Bolsa de Nueva York
En la Corte Constitucional hay gran preocupación. Hoy las fuerzas están así: como pro-Petro, de acuerdo con las decisiones que han venido tomando alrededor de proyectos bandera como paz total, reforma tributaria, Plan de Desarrollo, el plan de gobernar con planes de emergencia y prescindir del Congreso, el impuesto al patrimonio, el Ministerio de Igualdad, muchos señalan preocupantes decisiones progobiernistas de los magistrados Natalia Ángel y Juan Carlos Cortés, aunque no es que no sean libres de tomarlas; y a pesar de que el exsecretario jurídico de Palacio, Vladimir Fernández, se ha tenido que declarar impedido en muchos de estos temas, sí se sabe que por dentro mueve hilos. De para dónde va el nuevo magistrado Polo sabemos poco; que fue auxiliar del conservador L. G. Guerrero, del liberal Alejandro Linares y hasta de Vladimir. Con cada uno de sus jefes ha sido incondicional. ¿Como Petro lo apoyó, le trasladará su incondicionalidad? Pero ya ahí en la Corte Petro tendría una tripleta, si Ángel y Cortés no desarrollan la obligación de la independencia. Y ahora viene un magistrado ternado por el Presidente y otro por el Consejo de Estado. Del primero es obvio intuir la dirección de sus simpatías; del segundo esperamos independencia. Por fortuna está próxima la presidencia del escrupuloso y brillante magistrado Jorge Enrique Ibáñez, en cuyas manos la Corte tiene amplias garantías de imparcialidad.
La fiscal Camargo no ha logrado disimular que sus investigaciones son lentas y al hijo de Petro parecería estar tratando de ayudarlo hasta donde pueda.
Del procurador Eljach se sabe que es de todos, incluido Petro. ¿Podrá contar este con su apoyo, llegado el momento?
Del Contralor, que me perdone, pero no conozco una sola decisión que haya tomado en contra de las diabluras de este gobierno.
Y en la Cámara de Comercio de Bogotá por fortuna a la obsecuencia petrista de su presidente, Ovidio Claros, se le atravesó la presidencia de junta de Enrique Vargas Lleras.
No alcanza el espacio para seguir con este mapa. Conclusión: el resultado de la toma institucional de Petro es relativo y no categórico, por ahora.
Es decir, país queda.
MARÍA ISABEL RUEDA