Hay gente que por planear tanto el futuro no vive el presente. Vive con amor e intensidad el presente, el hoy; como dice el libro santo: “Cada día tiene su propio afán”. Me preguntas: ¿cómo será el mañana? Te respondo: será fruto de cómo vives hoy. El futuro no viene por arte de magia o por generación espontánea.
Hay gente tan pobre, tan pobre que lo único que tiene es dinero. Sé espiritual, sé una persona de calidad integral. Si lo material no está precedido de lo espiritual, eso material será objeto de tu ambición, de tu codicia, de tu envidia: esto no te dejará dormir en paz y al fin y al cabo, ¿qué llevarás a la hora de la muerte? Nadie se va al cementerio con trasteo. ¿Cuál es el parte que le darás a Dios? Recuerda que lo que tú siembras, eso mismo cosecharás. Ten cuidado con las personas ambiciosas y ventajosas, mañana te engañarán y te venderán por un “plato de lentejas”.
Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a un antiguo profesor. Pronto la charla se convirtió en quejas acerca del interminable estrés que les producía el trabajo y la vida en general. El profesor les ofreció café. Fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una variada colección de tazas, de las más baratas y sencillas a las más costosas y lujosas: porcelana, vidrio, cristal y plástico. Tranquilamente les dejó que escogieran la taza.
Todos iban escogiendo las más decoradas y costosas. Esa es la causa de muchos de sus problemas relativos al ‘stress’, dijo. Continuó: “Les aseguro que la taza no le agregó calidad al café”. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Ahora piensen en esto: la vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc., son meras tazas que le dan forma y soporte a la vida, y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos”.
Los trabajos, el dinero, la posición social, etc., son meras tazas que le dan forma y soporte a la vida, y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos
A menudo, por concentrarnos solo en la taza dejamos de disfrutar el café. La gente más feliz no es la que tiene lo mejor, sino la que ha hecho lo mejor con lo que tiene. No te mortifiques por lo que no tienes o no puedes cambiar. Ten paz. Invierte en lo espiritual. Recuerda: la persona más rica no es la que tiene más, sino la que necesita menos. No le enseñes a tu hijo lo que puede comprar con el dinero. Enséñale lo que no puede comprar con el dinero.
La mejor carta de presentación es tu calidad humana, tu calidad profesional. No pide recomendaciones, tu vida es la mejor recomendación. Quienes viven pidiendo recomendaciones es porque son mediocres; su hoja de vida no la respalda su conducta, sino el ‘personaje’ de turno. Empleador, no pidas recomendaciones, la mejor recomendación es tu conducta. Si has despilfarrado y has vivido desordenadamente, paga las consecuencias. No olvides que al pillo, un día le llegará la cuenta de cobro y con creces.
Deja de quejarte. “No te preguntes qué hace tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”, John F. Kennedy. Si te quejas del gobierno, pregúntate, ¿qué gobernante tú elegiste? Los vagos y desocupados viven arreglando el país y son solo plañideras de la realidad sin transformarla. Antes que programar la vida de los demás, por favor, programa la tuya. Tan fácil que es criticar la faena, ¿por qué no te lanzas al ruedo, a ver cómo lo haces? Si lloras por el ocaso del sol, las lágrimas no te dejan ver las estrellas.
FROILÁN CASAS
Obispo de Neiva