La idea de implementar el reconocimiento digital facial de quienes ingresan a los estadios de fútbol es un reto que se debe realizar, y para el que se necesitan requerimientos, planeación, diseño y seguridad digital.
Para empezar, se requieren cámaras digitales en todas las entradas para que reconozcan las caras de quienes van entrando. Luego, se va a necesitar cableado, mejor que comunicación inalámbrica, ya que esta puede ser hackeada o alterada para que no preste servicio o lo preste muy mal. Además, se requeriría una pantalla para ver si el aficionado puede entrar o está vetado, lo que seguramente va a necesitar policía, pues ya sabemos cómo son muchos hinchas de este país.
Se va a requerir una aplicación que reciba las imágenes y las procese para compararlas con la base de datos de los aficionados a los que se les ha prohibido la entrada a ese estadio.
Este es un desarrollo que se debe hacer con cuidado y probarlo antes de ponerlo en funcionamiento. Valdría la pena que el IDRD, que creo es la entidad responsable de esto, lo hiciera como se hace un proyecto de implementación de un sistema automatizado, siguiendo los pasos necesarios, como requerimientos, verificación, diseño, implementación y pruebas con la sofisticación que ello exige. Valdría la pena también que se siguiera el proceso de desarrollo de software seguro, es decir, para evitar ser invadido por delincuentes digitales, lo que estoy seguro se va a tratar de hacer.
Pues bien, el país va a ver si esto sí se lleva a cabo esta vez, porque lo planteado hace ya muchos años, que era lo mismo, nunca se hizo. Un aspecto para tener en cuenta es si los que asisten al estadio deben ir a algún sitio para que les digitalicen la cara o solo se va a hacer para aquellos que sean vetados de poder entrar. Será bueno poder hacerle seguimiento a este proceso que ojalá no se quedé en solo ideas.
Los colombianos somos adictos a lo malo y no a lo bueno. Siempre que se propone algo, en lugar de proponerle mejoras para implementarlo óptimamente, nos concentramos en destruirlo por más que le convenga al país. Esta idiosincrasia la tenemos que empezar a cambiar si queremos construir a Colombia.
***
Ya se está viendo cómo se está destruyendo a la Policía y al Ejército, al permitir que los asesinen y los secuestren, y no pasa nada. O sí pasa algo, y es que liberan a los asesinos que están en la cárcel.
GUILLERMO SANTOS CALDERÓN