Film policíaco, o drama criminal, pone en escena un proceso penal a partir del siguiente argumento disyuntivo: ¿suicidio, accidente u homicidio? Minimalista estructura narrativa, también escenográfica, localizada en un chalet alpino a medio construir en torno a cuatro personajes: matrimonio de escritores con dificultades financieras en desbandada, hijo invidente siendo testigo único de trágicos acontecimientos y un perro San Bernardo que sirve de lazarillo y experimentador del caído.
Thriller íntimo, virtuoso y diferente, inspirado desde el título por la perfección de ‘Anatomía de un asesinato’, del director vienés Otto Preminger en 1959. Ahora son complejas las relaciones interfamiliares de padre que cayó al vacío, madre sospechosa e hijo abrumado por oscuras revelaciones. Ella, exitosa; él, fracasado y hecho docente a distancia. Sentimientos de culpa por accidente automovilístico en el pasado que dejó discapacitado visualmente al pequeño; juicio en curso e indagatoria del abogado defensor que nos lleva a conocer circunstancias de modo, tiempo y lugar.
Siendo el chico invidente único declarante de la caída aparatosa de su querido progenitor, la presunta responsabilidad materna nos obliga a escuchar revelaciones íntimas de antecedentes bisexuales y rastrear al hombre desaparecido que ya no puede revelar verdades ocultas de sus tensiones hogareñas. Por orígenes heterogéneos este juicio se desarrolla en tres idiomas (francés, inglés y alemán), con traducciones simultáneas desde un tribunal francosuizo.
Su obra maestra de inspiración, Anatomía de un asesinato: proceso judicial e investigación criminal; en el tribunal, la defensa sostiene que el acusado (un militar) reaccionó violentamente y sufrió un ataque de locura (“impulso irresistible”), por cuanto la víctima (el dueño de un bar) violó a su esposa. Disyuntiva: ¿inocente o culpable? Más un análisis exhaustivo de la salud mental de los implicados y diagnósticos de sicología forense; el Fiscal del Distrito asume la defensa por petición de la insinuante y persuasiva mujer del acusado. Búsqueda de verdades ocultas y ética profesional en el ejercicio laboral; en blanco y negro, entre contundentes diálogos y virtuosos movimientos la sobria interpretación como abogado de James Stewart.
Julia Ducournau, en 2021, fue poseedora del segundo principal galardón del Festival Internacional del Film (edición n.o 74), con Titane (Titanio). Segundo largometraje de la ecléctica, perversa y posmoderna realizadora parisina gracias al poderoso metal resistente al fuego y la corrosión; en efecto, bella y joven mujer sufrió un aparatoso accidente de tránsito que destrozó su tapa craneana, ahora reemplazada por una prótesis de acero blindado —la venganza será su catarsis—. Comentarios de medios ses: “Caos de carne y hueso”, “cine mutante que tritura géneros, cuerpos e identidades” y “horror craneano de lazos padre-hija rotos en 10 años”. Se habló del monstruoso Cronenberg y del pánico fantasioso de Lynch.
Pero fue la directora y escritora neozelandesa Jane Campion, primera mujer ganadora de tan preciado galardón, con El piano (1993): de profunda melancolía, sutil e indescifrable, transpira las impresiones más ocultas del alma y se compenetra con el brumoso paisaje oceánico descrito, crea un mundo personal que le concede connotaciones mágicas a la imagen visual y nos sume en lecturas sicoanalíticas. Tras los senderos del naturalismo como destellos inmediatos de los estados anímicos contenidos, Holly Hunter se llevó el Óscar al exteriorizar un universo plagado de confusiones, ternuras reprimidas e instintos o malestares inconfesables.
En esta muestra de películas sas recientes se presenta el melodrama familiar Los hijos de otros (Les enfants des autres, Rebecca Zlotowski, 2022). Porque criar hijos ajenos, cuando se presentan relaciones conyugales efímeras, es un riesgo afectivo que podría afectar las emocionalidades de padrastros o madrastras temporales y sumir a los chicos en una nueva pena por distanciamientos o quiebres del ser querido. En efecto, Rachel es una profesora escolar judía en París que se va a vivir con Ali —trabajador de origen árabe norafricano—, quien a su vez cría a su pequeña abandonada de nombre Leila.
Resultados: convivencia forzada, niñita caprichosa que añora a su madre biológica y lazos de dependencia a punto de volverse insoportables por cuanto esa chiquilla de 5 años no se acostumbra a la idea de una “mujer extraña que duerme en la cama de papá”. Virginie Efira (‘Benedetta’), actriz belga, personifica con empeño a una madre sustituta de cuarenta años cuya tolerancia y aptitudes para adaptarse al nuevo estado civil chocan con sus ansiedades de quedar embarazada antes de que sea demasiado tarde. Tan madura protagonista obtuvo el premio Lumière 2023, y con anterioridad la película fue nominada al León de Oro en Venecia.
Otra de las películas que figuran en la programación es Ese crimen es mío (François Ozon, 2022). Comedia sentimental que asume particularidades detectivescas y judiciales al tratarse de una joven actriz acosada por el productor y en cuya defensa personal golpea a tan abusivo agresor para terminar creyendo ser la autora de un homicidio. Aunque a Ozon se le cataloga como un excepcional autor romántico contemporáneo, esta vez no logró superar aspectos circunstanciales y cayó en lugares comunes al pretender parodiar un asunto menor.
MAURICIO LAURENS