En estos días me referí a la mediocridad en general. Hoy lo quiero hacer de manera puntual.
Gran mediocre el señor Reinaldo Rueda. Increíble que con tamaña nómina solo haya ganado los dos últimos partidos, luego de siete sin goles. Contaba con jugadores de envergadura mundial. Un desperdicio total, un mediocre sin igual. Digo sin igual, pero los hay parecidos. Por ejemplo, nuestro presidente Iván Duque Márquez. Sin preparación alguna, llegó a ocupar tan importante cargo. Basta con oírlo un rato para darse cuenta de que no tiene idea de lo que habla.
Estoy pensando en la llamada “operación Artemisa” adelantada por el Ejército nacional supuestamente para proteger la naturaleza de los depredadores que, para ampliar la frontera ganadera, agrícola o cocalera, destruyen los parques nacionales naturales.
En principio parece todo muy loable y conectado con el propósito superior de proteger los recursos naturales, que son patrimonio de todos los colombianos. ¡Pero faltaba una variable en la ecuación! : estamos en el país del “Gran Colombiano”.
Entonces, en el marco de la operación militar nombrada en honor de la diosa griega de la caza, la luna y los bosques, ¡se captura a un gobernador indígena y se lo acusa de tala ilegal de bosques en área protegida! ¿Así o más demencial?
Mientras la deforestación perpetrada por latifundistas ganaderos, empresas agroindustriales y narcotraficantes continúa su avance, se ataca a quienes, según toda la evidencia económica, social y cultural consignada en innumerables investigaciones científicas, son los principales protectores del medio ambiente contra el avance ecocida del capitalismo neoliberal.
Somos el país de la irracionalidad; empezando por el nombre de la malhadada operación: Artemisa es una diosa griega; si de veras hubieran querido hacer un homenaje a la naturaleza del país, han debido tomarse al menos el trabajo de investigar sobre las diosas selénicas y telúricas presentes en las mitologías de los indígenas colombianos.
Se hubieran topado con personajes fascinantes como Seinekan o Naboba. Pero no. La veneración que demuestran los altos mandos militares por lo ‘europeo’, lo ‘blanco’ y ‘civilizado’ es tan solo un reflejo de su arribismo y su profundo complejo de inferioridad.
Es terrible que hasta las buenas iniciativas, cuando son puestas en manos de la panda de ineptos que gobierna este país, terminen por transformarse en nuevas formas de atropello contra los débiles por parte de quienes manejan el poder para hacer el mal.
MAURICIO POMBO