No le digo expresidente, ni senador ni dotor, su camorrera actitud lo asemeja más al profe Hernán Darío el ‘Bolillo’ Gómez o a Pimentel que a un estadista. También tiene su parecido con los comentaristas deportivos, estilo Iván Mejía o Carlos Antonio Vélez, a quienes nada les gusta si no se acomoda a sus intereses. Y sus hinchas, agrego, profe Uribe, se parecen cada vez más a las barras bravas de los equipos ‘tradicionales’.
Inmunidad, y sobre todo impunidad, son dos palabras que definen al profe mesías colombiano. Es increíble que, como bien lo señala Vladdo en una de sus columnas, “a él nadie le ha pasado factura por las fechorías de todos sus buenos muchachos; ni por los cientos de asesinatos cometidos a la sombra de la seguridad democrática; ni por la persecución a los líderes de la oposición, a los que acusaba de terroristas; ni por la muerte de decenas de activistas defensores de derechos humanos –como el aberrante caso del profesor Alfredo Correa de Andréis–; ni por el apoyo que les pedía a los ‘parapolíticos’ en el Congreso; ni por los innumerables casos de funcionarios de su gobierno condenados por delitos que van desde la corrupción hasta el narcotráfico...”.
Aunque podría llenar esta columna con la extensa lista de casos por los cuales debería responder el profe Uribe, solo menciono unos cuantos para subrayar el hecho de que quien tiene a cuestas un nutrido inventario de irregularidades sin castigo es el mismo al que se le llena la boca al hablar de impunidad en escenarios internacionales. Es increíble ver el listado de gente que todavía lo acompaña y de aquellos buenos muchachos que lo acompañaron hasta que terminaron presos o se fugaron. De ellos, el profe algunas veces hace referencia como traidores y a otros los considera perseguidos políticos.
Entre quienes lo acompañan todavía hay dos insignes mentirosos provocadores como Fernando Londoño Hoyos y José Obdulio Gaviria (recomiendo la lectura de la entrevista en EL TIEMPO de Yamid Amat con el hoy vicepresidente, general Naranjo). Entre quienes lo acompañaron, menciono solo algunos nombres: Noguera (preso), Narváez (preso), Santoyo (extraditado), Yidis (presa), Sabas (preso), Arias (prófugo), su primo Mario (preso), Arana (preso), la ‘Coneja’ Hurtado (presa) y Luis Carlos Restrepo (prófugo).
MAURICIO POMBO