En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Opinión

Política y justicia

No es la primera vez que en el país se pretende influir fallos judiciales, confrontándolos con la voluntad popular.

Alt thumbnail

ABOGADO Y COLUMNISTAActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Este domingo se realizó en México una extraña jornada electoral para la elección popular de un gran número de magistrados de los que aquí llamaríamos de "altas cortes" y jueces de diversas categorías. Hay que recordar que la propuesta vino del anterior presidente Andrés López Obrador, originada aparentemente como reacción a decisiones judiciales en contravía de los intereses del Ejecutivo.
(Le puede interesar: Tres paros nacionales).
En algún momento el presidente Petro, molesto por fallos judiciales en contra de nombramientos o actos de su gobierno, sugirió que lo mismo podía hacerse en Colombia. No es la primera vez que en nuestro país se pretende influir –o controvertir– fallos judiciales, confrontándolos con la voluntad popular.
En 1990, cuando la Corte Suprema estudiaba el decreto de estado de sitio que contra la normativa vigente desataba un proceso de reforma constitucional, el presidente Gaviria, probablemente enterado de que inicialmente había una mayoría en contra de la iniciativa, intervino en la televisión –no con la frecuencia de ahora– para decir que "veintitrés magistrados, por importantes que fueran, no podían ir en contra de la voluntad de cinco millones de colombianos" –el 45 por ciento del censo electoral de entonces– que expresaban el "clamor popular" por el cambio. Es sabido que, a última hora, por dos votos de mayoría, la Corte dio vía libre a la propuesta gubernamental que a la postre produjo un buen texto político y jurídico.
Los resultados en México, hasta ahora, muestran una bajísima votación que no supera el 15 por ciento.
En el fondo de esta discusión está la compleja relación entre política y justicia. Solo en muy pocas ocasiones en nuestra historia constitucional hemos contemplado la elección popular de los órganos judiciales, aun cuando no han faltado propuestas como la del líder e ideólogo conservador Álvaro Gómez Hurtado sobre elección popular de jueces. La Constitución de 1853 contempló la elección popular de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del procurador general de la Nación. Esa facultad fue derogada en la Constitución de 1858.
Justicia y política deben andar por carriles distintos. Sobran los ejemplos, basta el de la Comisión de Acusación.
Sin embargo, hasta hoy, de alguna manera Gobierno y Congreso elegidos políticamente han tenido alguna injerencia –unas veces más que otras– en la integración de la "cúpula judicial". En términos generales y cuando solo había dos altas cortes, la Suprema y el Consejo de Estado, sus integrantes eran elegidos por el Congreso de ternas que hacia el presidente. Con ese sistema se eligió la llamada "Corte irable" de 1934, bajo el gobierno de López Pumarejo. Al procurador lo elegía la Cámara de Representantes de terna que enviaba el presidente.
Irónicamente fue en el plebiscito de 1957, votado ese sí masivamente por más del 70 por ciento del censo electoral, en el que, con la excepción de la elección del procurador, se desligó totalmente de toda intervención política –por la cooptación– la integración del Poder Judicial y estableció la carrera que solo vino a hacerse realidad, con fallas aún vigentes, años después. Esa despolitización total fue reversada en el 91 por un cuerpo "constituyente" elegido por la tercera parte del censo electoral.
Aparte de eso, por disposiciones transitorias, varias veces los presidentes han nombrado directamente magistrados. En 1886, la primera elección de magistrados de la Corte y los tribunales la hizo Núñez. En 1979, la reforma Turbay le confirió al presidente la facultad de nombrar el primer Consejo de la Judicatura, que ejerció con mucho tino y respeto. Por precepto transitorio de la Constitución del 91, la primera Corte Constitucional se integró por dos magistrados nombrados por el presidente, uno por la Corte, otro por el Consejo de Estado, uno por el procurador general y los dos restantes de terna del mismo presidente.
En Colombia sería un verdadero disparate, y mucho más si tiene tufillo de revancha, someter la justicia a los avatares –financiación incluida– de un proceso electoral.
En 1989, cuando los narcos introdujeron un mico para supuestamente someter la extradición a consideración del pueblo, pero lo que perseguían era tumbarla, Barco prefirió hundir todo el proyecto, antes que someterlo a una "carnicería". Justicia y política deben andar por carriles distintos. Sobran los ejemplos, basta el de la Comisión de Acusación.

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.