En el supermercado me encontré con una amiga inteligente, fervorosa en su petrismo y tesa feminista. Ella es fiel seguidora muy creyente en Gustavo Bolívar, Piedad Córdoba, del buscarruidos alcalde de Medellín, Dani Quintero, y de la alcaldesa bogotana, Claudia López.
De saludo le pregunté si aún seguía gobiernista, ya que su jefe, Gustavo Petro, gobierna con muchas pifias y sus ministras opinan a la ligera sobre temas serios. Me contestó enojada, con mala uva: “Aunque te moleste, y no lo creas, estamos haciendo el mejor gobierno de los últimos ochenta y cinco años en Colombia; acabaremos con la desigualdad, la corrupción y los privilegios”. Me tocó exigirle que opinara del “turismo oficial que nos está costando tiquetes carísimos y viáticos en dólares a cinco mil pesos, pero me respondió en japonés, idioma del que solo sé decir: tuku-suku, que traduce “tiene huevo”.
Enseguida le pregunté cuáles privilegios están archivando. Me respondió de nuevo con mala uva: “se acabaron esos odiosos privilegios en la diplomacia que antes de Petro repartían a primos, concuñados, primas, tíos políticos y cuñados supergenios”. No me convenció. Le dije que hemos visto muchos nombramientos con sello “muy amiguero” desde el palacio presidencial. Punto.
El presidente Petro ama los trinos y enviar mensajes de contenido caliente. En Urabá se despachó contra Estados Unidos al culparlos de llevar a muchos países a la ruina de su economía. Ante esa ‘pifia’, el embajador gringo en Colombia, Francisco Palmieri, se lo transmitió al lentísimo presidente Biden, a sus asesores económicos y a los banqueros de Wall Street. En adelante, los préstamos multimillonarios a Colombia desde Norteamérica serán más difíciles, porque los banqueros y presidentes no son masoquistas y no les dan bola a los insultadores. Punto.
Regresó a Bogotá de su larga gira, por tres continentes, Asia, Europa y Suramérica la alcaldesa Claudia López. Conoció detalles del transporte subterráneo y cómo atajar a los revoltosos encapuchados que a ladrillazos asustan las ciudades. Valiente la alcaldesa Claudia López; ella, antier repudió públicamente la conducta de los indígenas emberás que montaron guerrilla urbana frente al edificio Avianca, en el centro bogotano.
Es difícil gobernar cuando el poder indígena comete infantilismos bochornosos que revientan el transporte citadino. Les toca respetar la ley porque su tono belicoso no los lleva a ninguna parte así ataquen a las patrulleras de la Policía con aguaceros de ladrillazos. El presidente Petro cumplió ochenta días en el poder y opinen ustedes si lo rajan o lo reeligen.
PONCHO RENTERÍA