Es como de película la historia política de Gustavo Petro. Fue guerrillero, con fusil Kalashnikov al hombro, luego senador, alcalde y presidente. Y hoy es huésped, con Verónica Alcocer, del rey de España, Felipe de Borbón. Manda sobre 47 millones y busca ser premio Nobel de ecología por sus discursos contra USA, el petróleo, los automóviles y los ventiladores en La Guajira. Petro le declaró a Julio Sánchez Cristo que de nobel no usaría el estirado frac, repetiría el liquiliqui de don Gabo.
Antes de subirse al avión para España, Petro lanzó un belicoso y desafiante discurso desde el balcón del edificio presidencial. Allí cometió graves embarradas. Hasta amenazó con sacar al pueblo a las calles al lado de la primera línea. “Eche, no te sofoques tanto”, diría Pambelé. El balcón, lo emociona, pero a miles asustó. Punto.
Desde la peluquería señorera, ellas me exigieron contarles que Letizia Ortiz, esposa del rey Borbón, presentaba un telenoticiero y en una entrevista embrujó al soltero príncipe. Y se le armó la chiripiorca, la familia Borbón rechazó a Letizia por divorciada, hija de una sindicalista y militante en la clase media. Mi amigazo Ricardo Díaz Tuñón me comentó: “Fueron poco demócratas los Borbón con ella”.
Ganó el novio, se casó con Letizia, se salvó de casarse con una melancólica aristócrata de Dinamarca que nunca entendería “esta cena nos salió de puta madre”, como dicen Felipe González, Piqué, Falcao y el histórico abogado de las Farc, Enrique Santiago, quien allí estará con Petro y el canciller Álvaro Leyva.
Presidente Petro, no prometa en España la “paz total” porque está lejanísima, no reclame lo de “Colombia, potencia mundial de vida” porque usted y su canciller ven los crímenes de Rusia en Ucrania en televisión y no han dicho ni mu.
Presidente Petro: disfrute Madrid, vaya al supermercado de barrio, compare precios, está más barato mercar en Madrid que en Colombia y usted lleva 8 meses prometiendo rebajas que no vemos, pero sí planea comprar aviones y autos blindados para políticos.
Preguntan las señoras: ¿doña Verónica, la primera dama, va a Londres a la coronación del rey de Inglaterra? Bravo, viajar es hacer amigos, por eso mi vicepresidenta, Francia Márquez, sale para el África profunda a crear embajadas. Bailar, fumar y viajar es un placer, canta Joaquín Sabina, y colorín colorado...
PONCHO RENTERÍA