En la tan civilizada Italia se está fraguando un movimiento antivacuna y antipasaporte covid que terminará necesariamente convirtiendo a sus adeptos en una de las más bajas castas del tejido social hindú, y es la casta de los intocables. Centenares de miles de italianos han decidido decirles no a las vacunas y no permiten a los hijos ser vacunados, como lo testigos de Jehová. Y no aceptan las decisiones de muchos gobiernos europeos de querer imponer un pasaporte verde para poder frecuentar localidades públicas como restaurantes, teatros.
“Entre los epidemiólogos existe una opinión compartida de que una cobertura de vacunación más amplia dentro de la población, en cualquier país, habría limitado y limitaría la circulación del coronavirus en general, mitigando los efectos de la propagación de la variante delta”.
Se ha demostrado que las vacunas son muy eficaces para proteger a las personas de las formas graves de covid-19, que provocan ingresos en las UCI y muertes. El riesgo de infección también se reduce significativamente, aunque los raros casos de infección de la variante delta entre los vacunados han demostrado, en algunos estudios evaluados por los CDC, una capacidad para propagar el virus tal vez similar a la de los infectados no vacunados.
La prioridad sigue siendo vacunar al mayor número posible de personas, dejando de lado por ahora las valoraciones sobre la posible necesidad de una tercera dosis
La escasa disponibilidad de vacunas contra el coronavirus para los países en desarrollo puede desacelerar no solo su crecimiento económico, sino también el crecimiento mundial, según un nuevo informe del Fondo Monetario Internacional (FMI). Desde hace meses, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estado pidiendo a los países más ricos que compartan más dosis con los más pobres, pero los llamamientos han provocado pocos avances y han expuesto a las economías menos desarrolladas al riesgo de nuevas infecciones y oleadas. Especialmente debido a la propagación de la variante delta.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, criticó a los países más avanzados acusándolos de “codicia” por mantener una evidente disparidad en la distribución de vacunas. A continuación, recordó que la prioridad sigue siendo vacunar al mayor número posible de personas, dejando de lado por ahora las valoraciones sobre la posible necesidad de una tercera dosis para potenciar la protección que ofrecen las vacunas hasta ahora autorizadas.
SALVO BASILE