En mi pasada columna hablé del duelo Federico-Hernández como el más probable escenario de la primera vuelta y resalté el perfil de Marelen Castillo, ‘vice’ de Rodolfo Hernández, como una carta ganadora. En este texto, que espero sea tan premonitorio como el anterior, me atrevo a decir que el triunfo de Hernández estará ligado en gran medida a esta caleña de 53 años
Marelen hará que los indecisos se vayan con Hernández y logrará hacer entender a muchos otros que la construcción de la equidad se logra con estrategias bien planeadas y desarrolladas (no con saltos al vacío), con sincero y profundo arraigo del tema social y con enfoque claro, como lo han logrado ella y su equipo en la Corporación Universitaria Minuto de Dios. En esta institución se ha hecho realidad la premisa de que el ascenso social y económico se encuentra en la educación y no en limosnas y seudorreformas, que son pan de hoy y hambre de mañana.
En Uniminuto, Marelen ha desempeñado, entre otros cargos, los de vicerrectora general, rectora del área Virtual y a Distancia y directora de Proyectos Estratégicos (hoy en licencia no remunerada de este cargo). En esta institución, orientada especialmente a los estratos 1 (20 por ciento), 2 (48 por ciento) y 3 (30 por ciento), de gran parte del territorio nacional, se han otorgado títulos técnicos, tecnológicos, profesionales y de especialización, en sus 182 programas, presenciales y a distancia, que llegan al campo. Mentes maestras han hecho el milagro del ascenso personal y social de los menos favorecidos y Marelen es una de esas mentes lúcidas y con gran liderazgo; así también lo reconocen sus colegas.
Se trata de una mujer empoderada, segura de sí misma, con una formación profesional sólida que le permite hablar con propiedad y soltura y distinguir la retórica de la práctica.
Se trata de una mujer empoderada, segura de sí misma, con una formación profesional sólida que le permite hablar con propiedad y soltura y distinguir la retórica de la práctica, sobre todo, con una hoja de vida limpia y de excelencia. Ella, que se declara una ciudadana de a pie, criada sin lujos, sabe lucir en sus presentaciones en público sobria y elegante, con excelentes maneras y acertada dialéctica, elementos fundamentales a la hora de representar a Colombia ante el mundo en la vicepresidencia o en la presidencia, en un caso eventual. No queremos más mujeres figurín en el alto gobierno, pero tampoco podemos caer en el otro extremo. Marelen es la justa medida.
Su formación como bióloga y química, como ingeniera industrial, como poseedora de una maestría en istración y Gestión de Empresas y un doctorado en Educación con énfasis en Liderazgo, Organización, Educación y Gestión istrativa, es el mejor testimonio del poder de la educación en el logro de progreso personal. Esta trayectoria académica es el complemento ideal para un hombre maduro como Rodolfo Hernández, fogueado en la función pública, pragmático en la toma de decisiones transformadoras y conocedor de la política. Ella, como él, no pertenecen a ningún partido político y eso les permitirá cumplir con la promesa de sacar del escenario a los corruptos e ineptos que gobierno tras gobierno viven de las finanzas públicas sin merecerlo.
Ojalá esta dupla sea el final de una campaña marcada por el odio y las patrañas. Queríamos centro. Aquí lo tenemos.
SONIA GÓMEZ GÓMEZ