De todas las páginas leídas en el año que termina, de todos los espectáculos presenciados, de las historias gozadas y de los premios celebrados, acá están algunos de los que, con más emoción, me llegan a la memoria en estos días.
El descubrimiento de Han Kang, la más reciente premio nobel de literatura, nacida en Corea del Sur en 1970. Su obra nos hace pensar que existen mucho más que cinco sentidos. En sus relatos mezcla con maestría la descripción, la reflexión, la introspección, la suposición…
La puesta en escena de Fabio Rubiano y el Teatro Petra en torno a La Vorágine, en el centenario de esta obra fundamental de la literatura colombiana. Una ingeniosa manera de traer al presente la esencia de la novela de José Eustasio Rivera. Se llama Perderse, una visita a La Vorágine, y esperamos que muy pronto vuelva a las tablas.
Refrendar la iración por Doris Salcedo, quien recibió en noviembre uno de los reconocimientos más prestigiosos del mundo del arte: el Praemium Imperiale en Japón, en la categoría de escultura. ¡Chapeau, maestra!
La lectura reveladora de Esta herida llena de peces, de la joven escritora Lorena Salazar Masso, que nos narra con belleza y profundidad la dolorosa realidad de esa región imponente pero olvidada que es el Chocó.
Esperamos que 2025 lo sea aún más. ¡Feliz año!
La versión cinematográfica de esa conmovedora y valiente novela autobiográfica de Carlos Framb titulada Del otro del jardín, que nos invita a debatir sobre la muerte digna. Protagonizada de manera magistral por Vicky Hernández, Julián Román y Juana Acosta.
El reencuentro con el italiano Alessandro Baricco, que hace casi tres décadas nos hizo delirar con Seda, y que ahora vuelve a mostrar lo mejor de su pluma con un western metafísico –así lo describe– llamado Abel.
El Premio Nacional de Fotografía concedido a Juan Cristóbal Cobo, uno de los más talentosos fotógrafos que ha dado este país. Más allá de una hermosísima propuesta estética y de una increíble demostración de dominio de la técnica, su obra se mete en la realidad de manera irable, cuenta historias, conmueve, entretiene, invita a la reflexión…
Haber disfrutado un Almodóvar refinado y profundo en una de las mejores cintas de su carrera: La habitación de al lado, otra obra que plantea debates impostergables.
Fue, sin duda, un año prolífico para las artes. Esperamos que 2025 lo sea aún más. ¡Feliz año!