En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cómo está el clima en Bogotá?
¿Cómo se llama el hijo de Petro?
¿El pico y placa en Bogotá como quedaría para el 2024?

Noticia

Un cuarto propio

Es urgente una apuesta gubernamental renovada, ambiciosa, profunda, concreta y sistémica por la equidad educativa y literaria.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
En estos espacios, la presencia (excepcional) de escritores afros o indígenas no se da porque sea lo natural sino porque fundaciones lo han gestionado. En mi opinión, más allá de la lógica del mercado, yace una responsabilidad sobre la pertinencia, la representación y los aportes de la diversidad étnica y cultural a la construcción del país.
En el libro ‘Un cuarto propio’, publicado en 1929, Virginia Woolf reflexiona sobre las mujeres y la literatura. Narra las dificultades de en un espacio cultural extremadamente reducido, por lo cual plantea la necesidad de un cuarto propio. No solo por temas socioeconómicos, sino por la comprensión de una subjetividad que se menosprecia por las élites ilustradas del momento. Desde una mirada contemporánea, en su libro ‘Los hombres me explican cosas’ lo resume así: su nombre era privilegio y el suyo, posibilidad. La subjetividad puede interpretarse, pero no se reemplaza. La voz de autorreferencia es esencial; no podemos tener una voz en el mundo si nos obligan constantemente a recurrir a traductores.
De inmediato, ‘La tiranía del mérito’, de Michael Sandels, con su análisis sobre las personas que han naturalizado su privilegio, creer que es lo mismo para todos, y no. No es lo mismo. En palabras de Brené Brown, hay variables de poder y perspectiva. Sin embargo, esta conversación se reduce a términos de racismo inverso, segregación y guetos, como lo cuestionó Sher Herrera en un artículo.
Ante el uso despectivo de la palabra gueto, Kevin Soto, de la revista ‘Matamba’, un colectivo de creativos de Marroquín II en Cali, tituló su columna: ‘¡Sí, soy del gueto!’ Nos recuerda que James Baldwin, desde Harlem; Carolina de Jesús, desde las favelas de São Paulo; o Kendrick Lamar, quien ganó el Pulitzer como un rapero de Cotton, influenciaron grandes movimientos culturales desde sus experiencias de vida en los guetos. Así como hay clubes hay guetos; en ambos se gestan procesos creativos, aun con y a pesar de sus connotaciones complejas.
Uno de los argumentos de la conversación con los que coincido es que es urgente una apuesta gubernamental renovada, ambiciosa, profunda, concreta y sistémica por la equidad educativa y literaria. Lo digo por mi experiencia con el plan de lectura y bibliotecas, la ley de bibliotecas, la renovación de la ley del libro, las ediciones bicentenarias de la biblioteca indígena y afrocolombiana, o programas como Renata, Libertad bajo palabra y Fuga de tintas en los centros penitenciarios. Así se critique el rol de organizaciones sin ánimo de lucro que han llevado a cabo proyectos piloto para impulsar transformaciones culturales con capacidades financieras y operativas limitadas, pero que jamás podrán reemplazar la acción de los gobiernos.
Estoy convencida de que en la casa del sector editorial en Colombia cabemos todos, incluso aquellos que hemos estado por fuera. Podemos habitar cuartos distintos y encerrarnos a veces, pero sin dejar de compartir la sala, el comedor y el balcón.
Nota: Agradezco los casi quince años como columnista. Sin embargo, creo –a propósito del tema de hoy– que necesitamos voces más diversas en los medios para poder enriquecer nuestras perspectivas y discursos como país.
PAULA MORENO
En X: @paulamorenoz

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.