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¡El machismo y los sesgos…! ¡Una cuestión muy debatible!
Las mujeres debemos abrir espacio y ceder control al igual que los hombres lo deben hacer.
Al hablar de machismo quizá tenemos la percepción errada de que se trata de una discriminación por parte de los hombres hacia las mujeres, la cual se ha desplegado a través de la historia de la humanidad; se habla del sexo débil y de las brechas de igualdad entre hombres y mujeres.
Tengo que confesar que a pesar de que en la realidad existe mucha discriminación por parte de los hombres y de las instituciones humanas a lo largo de la historia de la humanidad, las mujeres somos culpables en gran parte de propagar esto, ya que nos encargamos de sobreproteger todas nuestras funciones maternales:
Creemos ser las únicas aptas para criar, las únicas que podemos cuidar a nuestros hijos cuando están enfermos, las únicas que sabemos qué darles de comer, las únicas que sabemos lo que realmente necesitan.
Cuando el papá acuesta a dormir al niño o le da la comida, la mamá lo agradece como si no fuera responsabilidad del hombre; si bien fisiológicamente somos las que podemos darles de comer, culturalmente debemos crear espacios para que los hombres puedan ejercer su papel de padres a cabalidad, tenemos que empoderarlos, compartir, abrirles camino y aceptar que ellos también son responsables de las funciones de criar y educar.
Ángela Angulo Foto:Ángela Angulo
Se dice que hay un gran logro en una empresa cuando al hombre le dan tres semanas de licencia de paternidad, esto me parece muy cuestionable. Los hombres de hoy en día están siendo discriminados constantemente. Las mamás hacen reuniones en los colegios y abren chats que son exclusivos para mujeres; si de milagro entra un señor, lo hacen sentir excluido, siempre los chats van encabezados: “Hola todas…. la reunión quedó fijada para tal fecha”.
Debemos tomar conciencia de que el machismo también está siendo promulgado por las mujeres, quienes pretendemos controlar todas las esferas del cuidado de los hijos. Nosotras merecemos igualdad de condiciones en los campos laboral y económico, ya que la mujer moderna está llamada no solo a proveer económicamente, sino en todas las demás esferas. Tenemos que compartir no solo porque es justo con los hombres, sino porque no debemos echarnos más responsabilidades encima. Hemos logrado avances considerables, pero no es discutible que nos falta mucho para alcanzar la equidad de género, pero ¿y a los hombres? Ellos también merecen alcanzar la igualdad de género en otros aspectos.
Desde que nacemos nos están condicionando: a las mujeres para cocinar, jugar a las muñecas limpiar, buscar marido, etc., y a los hombres, para manejar carros o aprender a través del juego matemático de fichas y bloques, para ser constructores o ingenieros; entonces cuando a un hombre le gustan las labores de la casa, se le reprocha su falta de masculinidad, y si a una mujer le gustan los bloques, se dice que le falta instinto maternal.
Recientemente, un estudio de Google mostró que los códigos fuente desarrollados por las mujeres eran frecuentemente más rechazados que los códigos fuente de los hombres, esta es un área en donde debemos cerrar brechas; adicionalmente, en el mes de julio de este año, Google pagó 118 millones de dólares en un arreglo por una demanda colectiva presentada por más de 1.500 trabajadores que argumentaban que existía discriminación salarial.
Por otro lado, cuando de profesiones liberales se trata, como maestras de la primera infancia o psicólogas, se debe abrir espacios a los hombres.
La autora y feminista Chimamamnda Ngozi Adichie habla de cómo educar a una niña para ser feminista:
“Enséñale a que nunca, jamás, diga tonterías del calibre «mi dinero es mío y el suyo de los dos». (…)
Enséñale que un hombre NO tiene la obligación de proveer. En una relación sana, dicha responsabilidad recae en quien pueda satisfacerla”.
En un mundo en donde llevamos décadas tratando de luchar por nuestros derechos como mujeres y seres humanos plenos, vale la pena preguntarnos cómo podemos nosotras también contribuir, y no es simplemente echándoles la culpa a todos los hombres machistas que han ejercido un poder muchas veces irreal, con el pretexto de tratar de dominar a las mujeres…
¿Qué tal si consideramos que la posición de fortaleza que se le ha delegado tradicionalmente al hombre no es lo que en realidad desea?
Es hora de entender que la naturaleza de cada ser humano tiene unos rasgos particulares que hacen que hombre o mujer independientemente se identifiquen más con algunos de los roles y funciones: algunos hombres son muchísimo más maternales con sus bebés, mientras que a algunas mujeres, por más de que amen a sus hijos, se les dificulta entregarse a las labores de la crianza.
Tenemos que acabar con estos sesgos, las mujeres debemos abrir espacio y ceder control al igual que los hombres lo deben hacer, aunque a veces se sientan amenazados.