No pocos coinciden, gobiernos y empresarios, en que Colombia debe avanzar hacia la sociedad del conocimiento. Probablemente, la diferencia radica en la forma como se puede llegar a ese propósito. De alguna manera, a la ecuación le hace falta una variable que es muy importante no solo por su aporte a la economía sino por el enorme potencial que tiene asentado en Colombia. Se trata de la industria del software, que en este país viene creciendo a grandes ritmos y que tiene una oportunidad histórica de consolidarse como una de las actividades más relevantes ante los ojos de los colombianos y del mundo.
Este sector no solo es clave para el desarrollo de la economía colombiana en áreas como la ciencia y tecnología, sino que también es crucial en la generación de empleos y el impulso a la competitividad alrededor de habilidades computacionales, necesarias para los retos y las industrias del presente y el futuro. Son muchos los casos en los que ha quedado clara la enorme capacidad de los colombianos de resolver problemas a través de la tecnología y de demostrar con creces las bondades de exportar software nacional a 85 países, que significan ventas por más de 33,9 billones de pesos en el último año.
Recordemos que fueron los esfuerzos e impulsos a la industria de la innovación y la tecnología los que han llevado a países como Estados Unidos, Alemania o Japón a crecer de manera permanente, o, por citar casos más cercanos a Colombia, países como Israel y Estonia, que a partir del desarrollo de esta industria se han consolidado como economías fuertes e interesantes a ojos de inversionistas extranjeros. De ahí que la exportación de software en este momento signifique un trayecto prometedor para el país, pero que debe ser constantemente acompañado de los incentivos correctos desde la política pública y las oportunidades generadas desde el Gobierno para que este se posicione y logre irrigar los distintos sectores donde el país lo necesita.
La industria tiene grandes retos, empezando por la brecha existente de talento de más de 70.000 profesionales para el 2022, un mercado laboral cuya demanda puede ascender hasta 162.000 talentos para el 2025. De ahí que una de las metas de Fedesoft sea promover espacios de educación donde no solo se planteen programas para la enseñanza de habilidades óptimas en la industria, sino que también se genere empleo en la búsqueda del talento que necesitan las más de 14.890 empresas y emprendedores que a hoy hacen parte del ecosistema de software y tecnología en el país.
La exportación de software en este momento significa un trayecto prometedor para el país, pero debe ser constantemente acompañado de los incentivos correctos.
La reforma tributaria planteada por el gobierno actual genera incertidumbre para el sector al estar desincentivando una industria que se ha definido como parte de ese cambio de visión que busca el gobierno actual en torno a las industrias del conocimiento. Una de estas propuestas en las que hemos puesto atención es la limitación en la deducción por inversión en educación a los trabajadores por el 5 % de los ingresos netos, en una industria donde el principal activo es el conocimiento y con una brecha de talento como la que enfrentamos, la formación continua de los mismos se convierte en una necesidad para seguir creciendo y su limitación simplemente haría más difícil conseguir y convertir el talento necesario impactando no solo la productividad de nuestras empresas sino las oportunidades de empleo y cierre de brecha social que desde aquí se plantean.
De no instaurar nuevas políticas que estimulen la inversión y el crecimiento en la industria del software en el país, esta puede verse desacelerada y los empresarios colombianos podrían optar por la movilización de sus negocios e ideas a mercados extranjeros, en especial en una industria que nace siendo global y que tiene pocas barreras de entrada y salida. Desde Fedesoft buscamos que el sector crezca y se fortalezca en Colombia y que se convierta en un potencial exportador estrella dentro de la economía nacional. El software es la respuesta ante la demanda de crecimiento y riqueza en la economía colombiana y el Gobierno debe darle una mano no solo a partir de los cambios en sus políticas, sino también en los impulsos e inyecciones de capital, oportunidades de negocio y apertura de mercados que le darán el título a Colombia de ser, ahora más que nunca, una Colombia origen de software.
XIMENA DUQUE