Ecuador, días cruciales

Si lo que ocurre en Ecuador suele ser seguido de cerca desde Colombia por tratarse de un país vecino con el que existen tantos vínculos, ahora más que nunca es necesario estar atentos a lo que se vive del otro lado de la frontera. El fenómeno que hoy asedia vorazmente a las instituciones ecuatorianas, la violencia derivada del narcotráfico y las economías ilegales, tiene tentáculos por toda la región, Colombia incluida.

De ahí el interés que generaron las elecciones del domingo pasado, que le permitieron pasar a la segunda vuelta a Luisa González, candidata que cuenta con el respaldo abierto del expresidente Rafael Correa, hoy exiliado en Bruselas, con el 33,33 % de los sufragios, y a Daniel Noboa, hijo del eterno candidato Álvaro Noboa –cinco veces aspiró, sin éxito, a llegar a Carondelet–, con el 23,64% de los votos.

En medio de una arremetida violenta feroz e inédita, que puede dejar al país al terminar el año con una aterradora tasa de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes (la de Colombia fue de 26 en 2022), Ecuador votó en calma, pero sin superar todavía el trauma del vil asesinato del candidato Fernando Villavicencio a la salida de un colegio en Quito, el pasado 9 de agosto. Su rostro apareció en el tarjetón.

Vale recordar que esta cita en las urnas fue sorpresiva. En el umbral de un juicio por corrupción del que corría el riesgo de salir mal librado, el presidente Guillermo Lasso acudió por primera vez en la historia a una herramienta que establece la Constitución de ese país llamada “muerte cruzada”, al amparo de la cual disolvió la Asamblea, al tiempo que puso término anticipado a su gobierno. Dadas las circunstancias, quien resulte ganador el próximo 15 de octubre gobernará solo 18 meses.

Si bien era previsible que González llegara a esta instancia, pues desde el comienzo lideró las encuestas, el gran interrogante era por quién podría acompañarla, si el sucesor de Villavicencio, Christian Zurita –muchos le apostaban a un triunfo del voto protesta encarnado en esta figura– o si sería Jan Topic, quien intentó posicionarse como el “Bukele ecuatoriano” prometiendo severas políticas represivas contra la delincuencia. Finalmente fue Noboa quien, en un desenlace que alcanzó a sorprender a muchos, obtuvo el tiquete.

El interrogante ahora pasa por si el resurgir del correísmo, que le permitió salir victorioso en las elecciones regionales de febrero, tendrá la fuerza suficiente para recuperar la presidencia o si Noboa, joven empresario que viene de hacer parte de la Asamblea disuelta por Lasso, logra aglutinar en torno suyo los respaldos suficientes para cumplir el sueño que le fue esquivo a su padre. Una vez más la figura de Rafael Correa, sobre quien pesa una orden de arresto, será el fiel de la balanza, y así muchos crean que con los apoyos de los candidatos que quedaron relegados Noboa podrá ser elegido presidente, no se puede dar nada por sentado.

Por lo pronto, se espera que en estos meses que restan tanto González como Noboa dejen muy claro su compromiso de luchar contra el crimen organizado y también contra la corrupción, lo que por cierto implica dejar que la justicia siga haciendo su tarea toque a quien toque, incluido el expresidente Correa.

EDITORIAL