La entrevista de la periodista María Isabel Rueda a la columnista de EL TIEMPO Lucy Nieto de Samper, publicada por este diario a comienzos de la semana, no solo fue una oportunidad para revisar las transformaciones profundas del país, los caminos que ha estado recorriendo la prensa y las maneras como el mundo del turbulento siglo XX desembocó en la crisis del siglo XXI, sino un recordatorio del talante de una verdadera pionera que hasta los 98 años ha conseguido mantener una lucidez irrepetible, un sentido del humor que pone todo en su lugar, y un criterio propio, que siempre arroja luces sobre lo que estamos experimentando y que se lo debe todo a su experiencia tanto en las salas de redacción como en las oficinas de los gobiernos.
La entrevista en cuestión, refrescante porque pone el foco, cuando más se está necesitando, en una figura que en verdad ha contribuido a la construcción de una democracia más seria, más acorde con los retos de esta suma de culturas que es Colombia, es un recorrido por la vida de la periodista Nieto de Samper desde que se quedó viuda en los años de Rojas Pinilla y –a punta del periodismo que le corría por las venas– sacó adelante una familia de cinco hijos. Pasó por la revista Cromos, así como por la radio y la televisión. Y desde que llegó a EL TIEMPO consiguió poner por escrito la defensa de los valores liberales que heredó de la generación de sus padres.
Contar la vida de Nieto es contar la vida de una mujer que sigue siendo fiel a sí misma, que sigue siendo la madre libre y audaz que se enfrentó a la dictadura, abogó por el control de la natalidad, trabajó por su propia Bogotá sin ninguna clase de complejos, defendió a capa y espada la necesidad de una educación que cierre las brechas e hizo lo que pudo para contribuir al fin del conflicto armado interno. Qué suerte contar con sus textos. Qué importantes su vida y su voz para seguir comprendiendo lo que ha estado pasando en este país que no deja de ser un reto para todos.
EDITORIAL