Dijo Aristóteles, en su tratado de biología, una frase que explica el Día de los Santos Inocentes: “El hombre es el único animal que ríe”. Se les atribuye tanto a Lincoln como a Bonaparte el proverbio de “reír para no llorar”. Si algo ha salvado a Colombia de caer en la desesperanza, eso ha sido el humor. Si algo ha hecho más llevadero este año lleno de nerviosismos políticos y noticias de la violencia, eso ha sido la atención, tan colombiana, a los lapsus y los osos de los líderes.
Y llegado el final del año, en un día como hoy vale la pena, en forma más distendida y respetuosa, desde luego, volver la mirada a hechos que tuvieron relevancia en su momento, entendiendo que somos humanos, no infalibles, y que las circunstancias llevaron a los protagonistas a un posible oso, que solo debe servir de sana lección y, por qué no, para el humor.
Durante el 2023, este gobierno, como los anteriores, ha servido bien a los humoristas. El Presidente, célebre por trasladar el debate a sus redes sociales, ha tenido rachas de posts que piensan en voz alta: “Mmmmm”, escribió hace poco. De antología la foto de su rodilla raspada para explicar una ausencia de días. E inolvidable su descache en aquel mensaje del 11 de septiembre: “Con Isabel Allende, hija del presidente compañero Salvador Allende, una de las mejores escritoras de Latinoamérica”.
Este Gobierno, como los anteriores, ha servido a los humoristas. Por los lados de la oposición tampoco escampó.
El 2023 pasará a la historia por ser el año, de no creer, en el que el embajador en Nicaragua participó en una marcha por el aniversario de la revolución sandinista, el ministro de Salud aseguró que Colombia había servido de experimento para probar las vacunas contra el covid-19, un senador reconocido se valió de ciertas letras de reguetón para argumentar en favor de la regulación del cannabis y el ministro de Hacienda tuvo que reconocer que los sueldos de varios funcionarios se habían pagado tres veces por una falla en el sistema.
Pero por los lados de la oposición, por supuesto, tampoco escampó: el 2023 será siempre el año en el que un vehemente congresista acusó al Presidente de subir setecientos pesos el precio del Chocorramo, un excandidato presidencial reveló que un sacerdote le aconsejó callar un caso de corrupción y un senador ventiló la lista de mercado de la Casa de Nariño, pero no todos los productos iban a parar a la mesa de la familia presidencial.
Fue un año de elecciones regionales: el hombre araña de Sabanalarga, el aspirante a la alcaldía de Plato que hizo un video entre mujeres semidesnudas, el candidato a la alcaldía de Chía, Batman Camargo, con su logo de superhéroe, y las campañas desesperadas que ofrecieron pedicures o videos adultos de OnlyFans entraron a la colección de las más grotescas cruzadas electorales de estos tiempos.
Hoy es, de nuevo, el Día de los Inocentes. Se celebró, en un principio, en memoria de los niños que el rey Herodes ordenó asesinar. Más adelante, en la Edad Media, se hizo costumbre aprovechar la fecha para parodiar los gestos de la Iglesia. Desde entonces ha sido claro que el humor no solo nos critica y nos corrige, sino que, tal como pasa aquí en Colombia, consigue redimirnos. Feliz jornada para reírnos de nosotros mismos.
EDITORIAL