El más reciente informe de mercado laboral del Dane, publicado el lunes pasado, trajo unos resultados favorables. A pesar de distintas señales de desaceleración de la economía colombiana, la tasa nacional de desempleo registró un 9,3 por ciento en el mes de junio, dos puntos porcentuales menos que en el mismo período del año pasado. Esta medición de un solo dígito no se presentaba desde noviembre del 2022 y es la más baja en un período de cinco años.
Las cifras de la organización nacional estadística muestran un crecimiento de poco más de un millón de nuevos puestos de trabajo, especialmente en áreas como la istración pública, defensa y otras –con 269.000 empleos– y actividades profesionales y técnicas –266.000 personas ocupadas– que responden por dos tercios del crecimiento. Analistas atribuyen este desempeño a una dinámica positiva de generación de empleo público, relacionada con los momentos del ciclo electoral.
En el caso de los desempleados, el reporte señala una reducción de alrededor de 419.000 ciudadanos. La brecha de género en materia laboral, esto es, la diferencia en los niveles de desempleo de hombres y mujeres, también cayó a 3,9 puntos porcentuales –una de las más bajas en los últimos nueve años–. En términos de informalidad, la tasa nacional bajó asimismo unos 2,5 porcentuales, a 55,7 por ciento, frente a la del mismo mes de 2022. Aunque registran tal reducción, estos índices de trabajo informal en el país siguen siendo graves y preocupantes.
El reto para los próximos meses es sostener esta tendencia positiva en el mercado laboral mientras la economía transita por la desaceleración.
Un nivel de desempleo en un solo dígito, en momentos en que las señales de desaceleración de la economía nacional siguen reflejándose en múltiples frentes, es indudablemente una tendencia bienvenida. En otras palabras, estos registros pintan un mercado laboral que resiste, por distintas vías, el freno que varios sectores productivos vienen experimentando en los últimos meses y evidencia recuperación en estas estadísticas. Lo anterior no significa que no se deba prestar atención por parte del Estado y las empresas a los bajos niveles de generación de puestos de trabajo en áreas como el comercio –88.000 nuevos ocupados– y las industrias manufactureras –58.000–. La construcción, potente motor de empleo, solo contribuyó en junio con alrededor de dos mil.
El reto para los próximos meses es sostener esta tendencia positiva en el mercado laboral colombiano mientras la economía transita por la desaceleración. Este dinamismo se junta a otros indicadores como las tasas de interés, la inflación o la tasa de cambio, que permiten mejorar las perspectivas económicas del país en lo que resta de 2023. Mantener este horizonte requerirá asimismo políticas estables en torno a las normas laborales y a la creación y el sostenimiento de los puestos de trabajo. Este es un aspecto que debe ponderar la próxima discusión del proyecto de ley de reforma laboral que presentará el Gobierno Nacional en los meses siguientes.
En conclusión, sostener esta tendencia favorable requerirá un camino menos incierto para la economía y para las empresas generadoras de trabajo, así como estimular a sectores como el comercio, las industrias y la construcción con políticas contracíclicas.
EDITORIAL