Así está la puja por las presidencias de Senado y Cámara: entre un panorama decidido y una contienda a voto limpio

Con el fin oficial del segundo año del Congreso comenzaron las pujas por las presidencias del Senado y la Cámara. Como cada año, el Ejecutivo busca que las mesas directivas de cada corporación sean cercanas o por lo menos no entorpezcan su agenda, como ya le ocurrió con la elección de Iván Name.

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Sin embargo, todo apunta que el gobierno Petro tendrá un panorama en el Senado muy parecido al de este año legislativo. Faltando poco menos de un mes para reanudarse el Congreso, el más probable presidente será Efraín Cepeda, cabeza del Partido Conservador, colectividad que por acuerdos tiene la presidencia en el tercer año.

La contienda al interior del partido está casi que aplacada a totalidad. El otro que sonaba para la presidencia es Carlos Andrés Trujillo, pero ha frenado cualquier apoyo su cercanía con el Gobierno y que su nombre ronde el escándalo de la UNGRD.

El pasado jueves, justo cuando se acababa el año legislativo, el Partido Conservador lanzaba un comunicado en el que se confirmaba que Cepeda era su candidato para comandar el Legislativo. Poco a poco se fueron sumando los apoyos. Buena parte de los partidos con asiento en el Senado sacaron los respectivos comunicados anunciando su apoyo a la aspiración.

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Esta movida temprana se hizo con un claro enfoque de evitar cualquier intento desde el Ejecutivo para influenciar la elección, pues, a pesar del antecedente de Angélica Lozano, la mano del Gobierno tiene la fuerza de cambiar resultados. Sin embargo, EL TIEMPO conoció que una de las peticiones que algunos ministros le hicieron al presidente Gustavo Petro es que respete la determinación de los azules y no busque cambiar el resultado.

Aunque Cepeda es contrario a buena parte de los proyectos del gobierno, varios han apuntado -incluso desde las toldas conservadoras-, que este es garantista y que no repetiría movidas como engavetar por varios meses los proyectos, como ocurrió con la reforma pensional. Además, tiene una amplia recepción en el Legislativo, por lo que sería muy difícil tratar de quitarle la elección y esto generaría distancias innecesarias.

Todo esto hace que sea casi un hecho que Efraín Cepeda asumirá como el próximo presidente del Senado, dignidad que ya ostentó en el gobierno Santos. En cambio, la elección en Cámara está totalmente abierta, a pesar de que en el primer año legislativo se comprometió dicha Presidencia a Katherine Miranda.

Este compromiso se hizo justo cuando esta y casi todo el Congreso era cercano al presidente Petro. Sin embargo, vino marcando distancia con el primer mandatario desde entonces y ahora varias de sus posturas son diametralmente contrarias. El Ejecutivo no quiere de ninguna manera tener dos presidentes poco afines a su agenda.

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Por eso, la apuesta desde el Gobierno es lograr que la Alianza Verde o la Cámara -si no logra mover los apoyos en el partido de Gobierno- elijan a una figura distinta a Miranda y que sea de su sector. Luego de depurar este listado, apenas quedan dos con esta condición: Jaime Raúl Salamanca y Martha Alfonso.

El primero no ha tenido una trayectoria tan destacada en los dos años que lleva en la Cámara, pero proviene del grupo del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya. Este ha mantenido buenas relaciones con el Gobierno y esto podría ser determinante para que logre el guiño.

En cambio, Alfonso cuenta con la ventaja de ser ampliamente reconocida en la corporación. Aunque es su primer periodo, ha ganado amplio reconocimiento al ser la ponente de las reformas de la salud y pensional. En ambos proyectos tuvo resultados positivos, aunque luego en Senado se hundió el texto presentado por la exministra de Salud Carolina Corcho.

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La labor legislativa le ha permitido ganar notoriedad y a esto se le deben sumar apoyos ganados en la última semana, como el de la Alianza Verde en Tolima. El gobierno ha indicado que están esperando que se defina alguno de los dos para darle su ‘bendición’ y de esta forma comenzar a pelearle los apoyos a Katherine Miranda.

Esta última cuenta con que tiene los votos suficientes comprometidos en su partido y en la coalición, pues su postulación depende de las otras colectividades de lo que se conoció como Centro Esperanza, para ser la candidata oficial. De lograr mantener este escenario, la única posibilidad que tendría la ficha cercana a Gobierno es lanzarse de la misma manera que hizo Iván Name.

En este caso, sería una disputa a voto limpio, donde el Gobierno partiría con ventaja, pues la Cámara le ha sido afín a sus proyectos, como lo demuestran las votaciones de las reformas sociales. De llevarse la decisión en la plenaria, podría ganar el que quiera el Gobierno. No obstante, no se puede descartar el reconocimiento que ha ganado Miranda en los seis años que ha ostentado su curul. Podría ser, como el año pasado en Senado, una disputa muy apretada que se defina por pocos votos.