'El diálogo nacional se va a quedar en palabras porque el gobierno no respeta la independencia del Congreso': Katherine Miranda

Tras la derrota en su aspiración a la presidencia de la Cámara, Katherine Miranda habló con EL TIEMPO sobre la circunstancias que le impidieron hacerse con la dignidad. Responsabilizó al Gobierno y hasta aseguró que hubo presiones indebidas. También hizo referencia a la situación de división en la colectividad y se atrevió a decir que no se va a poder consolidar el acuerdo nacional ante las posiciones que asume el Ejecutivo. 

(Puede ver: Los nueve proyectos que serán prioridad para el gobierno Petro en el primer semestre de la tercera legislatura)

La presidencia de la Cámara la tuve yo asegurada hace dos años, cuando en el marco de los compromisos que hicimos al interior de la Alianza Verde y los otros partidos se había definido que era yo. Las posturas que he tomado frente al Gobierno, y las críticas que he hecho, hicieron que me distanciara del gobierno nacional. En la lógica del gobierno, y ante la necesidad de tramitar una agenda bastante robusta, no le interesa un equilibrio sino una presidencia que se acomode a los intereses del gobierno. Y digo que es con el presidente Petro la pelea porque fuimos congresista por congresista haciendo la pelea y estaban convencidos de su voto hasta hace dos semanas, cuando desde los ministerios comenzaron a llamar a los congresistas para decirles que, si querían sacar adelante sus proyectos, debían apoyar a Jaime Raúl. El presidente lleva dos meses atacándome, incluso lo hizo hoy. Incluso mis compañeros de Cámara me contaron que el tema del mandatario conmigo era personal y que no quería que yo fuera la presidenta.

No lo dije yo, lo dijo el propio Presidente.

Yo he sido bastante crítica, sobre todo en tres puntos en los que he sido bastante crítica con el Presidente. La reforma política, yo le cuestioné porque no estaba de acuerdo con que se le regalara la reelección de los congresistas haciendo listas cerradas y organizándolas de acuerdo a la composición actual del Congreso. Yo dije que eso era eliminar la democracia. También fui crítica sobre el intento de los congresistas de saltar a ministro y viceversa. Luego tampoco les gustó mi denuncia sobre el artículo de expropiación exprés. No aceptaban la autoría y ahora sí lo hacen y hasta dicen que fue mi culpa que no se esté haciendo la reforma agraria. También me cobran que no les haya apoyado la reforma de la salud, pero el tiempo me dio la razón con la crisis en su microintento con la salud de los maestros.

Yo he sido una persona que cree profundamente en la separación de poderes. Envié todas las razones posibles, en público y en privado, que podían esperar de mí garantías, independencia y equilibrio. Pero creo que esos valores los que no le gustaron al presidente Petro. Él tenía claro que no iba a trabajar exclusivamente para sacar la agenda del Gobierno, sino que también iba a sacar adelante proyectos de los congresistas. Iba a buscar que volviera a existir el control político, que ha estado ausente en estos dos años en la Cámara. Al gobierno no le interesaba una persona independiente y garantista de todos los partidos políticos y que promoviera el control político.

No, me costó la presidencia de la Cámara ser independiente y crítica. Me atreví a decir lo que no me gustaba. El hecho de pensar y atreverme a cuestionar me costó la presidencia. Es un costo que asumo con inmensa felicidad. No estoy dispuesta a negociar mi independencia y mi criterio por una presidencia.

No lo sé. No tengo ni idea. Es un hombre desconocido, aún para la propia bancada. No le conocemos su trayectoria. Su trabajo en el Congreso ha sido más bien poco relevante. No me atrevo a hablar mal de él. Yo realmente esper que por el bien del partido, del Congreso y del país, le dé garantías absolutamente a todos los partidos y que no se le olvide que uno los deberes que tiene el Congresista es el control político y que no siga omitiendo el debate y el control al gobierno nacional, como nos ha pasado en estos dos años.

Fue evidente para todo el país. Nunca en una elección de mesa directiva tuvimos la presencia de ocho ministros, director de Planeación, director de Colpensiones y todos sus enlaces revisando los votos de los congresistas. Los estaban obligando a marcar de acuerdo a un color. Eso lo denunció la representante Juvinao, que fue escrutadora. Fue burdo y vergonzoso lo que pasó. Pedimos que retiraran los funcionarios y Andrés Calle lo negó. Hasta me aseguró que no iba a permitir los funcionarios y al final no lo hizo. Había un miedo del gobierno de que los congresistas le hubiesen dicho sí en privado pero en público hubiesen votado a conciencia. Usaron a los ministros para presionar a los congresistas y eso es una práctica indecorosa, sobre todo que el presidente Petro le había pedido disculpas al país por la situación tan vergonzosa de la UNGRD. El llamado al diálogo nacional se va a quedar en palabras porque el gobierno no respeta la independencia del Congreso.

No solo identificados, marcados. Según algunos congresistas, particularmente del Partido de la U, les entregaron el voto ya marcado por Jaime Raúl, con un marcador color naranja. Casi que tenían que mostrar el voto antes de ponerlo en la urna. Eso fue muy grave.

El tema de la escisión es algo que está sobre la mesa desde hace cuatro meses. Se tomó la decisión de que íbamos a retomar la discusión después del 20 de julio, que ya se nos acerca el congreso del partido. Yo solo espero que tengamos un divorcio tranquilo. Es una separación evidente, no nos comportamos como colectividad. No tenemos las mismas posturas o valores. Lo más adecuado por la salud mental de la colectividad, de cada uno de nosotros y hasta del país es que sea un divorcio tranquilo.

No puedo decir cuál es la foto de quiénes se van para un lado y quiénes para el otro. Hasta ahora, se están retomando las discusiones. La foto no está hoy.