Miguel Uribe: 'Los próximos dos años de gobierno, Gustavo Petro va a utilizarlos para buscar la manera de quedarse en el poder'

El senador Miguel Uribe, del Centro Democrático, habla en entrevista con EL TIEMPO de lo que, a su juicio, fueron los dos primeros años de gobierno de Gustavo Petro. Insiste en que esta istración "fracasó".

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El Gobierno de Gustavo Petro fracasó. Las promesas incumplidas, su incapacidad para gobernar y los hechos de corrupción han profundizado los problemas de los ciudadanos. Petro es un activista, no un presidente. Durante este periodo ha sido ineficiente e incapaz para solucionar los problemas. Su negligencia para combatir la delincuencia le está costando la vida a los colombianos. La inseguridad está disparada. Petro renunció a una política de seguridad y le apostó a la impunidad. Sin seguridad no hay paz.

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El Gobierno de Petro ha hecho mucho daño. La incertidumbre y la persecución a los empresarios ha frenado la economía. El costo de vida cada vez es mayor, y con el menor crecimiento económico en dos décadas, las familias colombianas trabajan más, pero les rinde menos. El estancamiento económico ha llevado a menor recaudo de impuestos. La Política social sin iniciativa privada es insostenible. Sin empresarios no hay impuestos para financiar los programas sociales. Mientras la economía va mal, Petro se gasta los recursos en burocracia. El costo del funcionamiento ha crecido más del 50 por ciento. Finalmente, Petro corona sus dos años siendo cómplice del dictador Maduro. En Colombia no habrá paz si en Venezuela no hay libertad.

Puso en la agenda la necesidad de hacer cambios estructurales, sin embargo, su propuesta para solucionarlos solo agrava los problemas. Con el pretexto de modificar lo que no sirve no se puede destruir lo que si sirve. Generó conciencia del malestar que genera sus políticas y su ideología. De alguna manera, la decepción que ha generado abre la posibilidad para consolidar las bases de un nuevo país y la posibilidad de construir un nuevo país que conserve lo que funciones y que resuelva, de una vez por todas, lo problemas de los colombianos.

El presidente Petro no escucha, no reconoce errores y no está dispuesto a reconsiderar sus políticas. Es déspota y autoritario, no sabe construir consensos. Pruebe el odio y el resentimiento y busca dividir a los colombianos. Nombra funcionarios sin méritos ni experiencia. Renunció a gobernar y se dedicó a hacer política. Renuncio a una política de seguridad, maltrata a las fuerzas militares y empodera a los criminales.

Económicamente, la istración Petro ha generado incertidumbre. La inflación elevada, el crecimiento económico estancado y el aumento del gasto público sin mejoras tangibles en los servicios han afectado negativamente a la economía del país. Es crucial que el Gobierno adopte políticas que promuevan la confianza de los inversionistas, estabilicen la economía y reduzcan la inflación para mejorar la situación económica de los colombianos.

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El escándalo de la UNGRD ha tenido un impacto devastador en la imagen del Gobierno de Gustavo Petro. Demostró la naturaleza real de Petro y su Gobierno. La revelación de que más de 95,000 millones de pesos destinados a la gestión de emergencias se utilizaron para comprar apoyos para las reformas ha generado una gran indignación entre los colombianos. Este escándalo no solo muestra un uso indebido de los recursos públicos, sino que también expone la corrupción sistémica que afecta a la istración actual. A su vez, la manera en la que Petro se ha buscado lavar las manos, ha demostrado su hipocresía frente a la corrupción. Le molestaba en la oposición, pero se beneficia de ella en el Gobierno. El gran beneficiario del escándalo de corrupción de la Unidad de Riesgo es Petro, pues la plata que se robaron fue para apoyar su proyecto político.

El presidente ha perseguido a la oposición. Descalifica las movilizaciones sociales y calumnia a quienes lo enfrentamos en el marco de la ley. La falta de un diálogo del Gobierno y su afán de polarizar han dificultado la implementación de políticas y reformas necesarias para el país.

La oposición ha jugado un papel crucial en la denuncia de los escándalos de corrupción y en la fiscalización del Gobierno. Además, a cada critica la acompañamos con una propuesta. Sin embargo, la istración Petro ha tendido a descalificar a la oposición, acusándola de obstaculizar su agenda de cambio.

Esta actitud ha generado un clima de confrontación que ha impedido el avance de muchas iniciativas legislativas y ha profundizado la división política en el país.

Los próximos dos años del Gobierno de Gustavo Petro va a utilizarlos para buscar la manera de quedarse en el poder. A medida que siga empeorando su favorabilidad, se va a radicalizar aún más. Seguirá sin gobernar y continuará atacando la libre empresa, a la prensa libre, a quienes pensamos diferente a él, para evadir su responsabilidad y hablar de una falsa persecución que no lo deja gobernar. Insistirá en la constituyente para aferrarse al poder. Los colombianos tenemos que unirnos para impedir que Petro nos robe nuestras libertades y nuestra democracia. En miras del 2026, tenemos que trabajar juntos para impedir que él o alguien que comulgue con sus ideas llegue a ocupar la presidencia.

Al Gobierno lo que le ha costado es su incompetencia. No ha podido ejecutar las políticas con las que se hicieron elegir. Ahora, los escándalos de corrupción han afectado significativamente la capacidad del Gobierno de Gustavo Petro para implementar su agenda de cambio. Estamos ante un Gobierno derrochón. La corrupción ha socavado la confianza de los ciudadanos en la istración y ha desviado la atención y los recursos de los problemas más urgentes del país. Escándalos como el de la UNGRD, las compras excesivas para la casa presidencial y los viajes en helicóptero de Francia Márquez han erosionado la credibilidad del Gobierno y han generado un clima de desconfianza generalizada. Estos escándalos han dificultado la implementación de reformas clave y han debilitado la posición del Gobierno tanto a nivel nacional como internacional. La falta de transparencia y la corrupción sistémica han impedido que el Gobierno pueda avanzar de manera efectiva en su agenda de cambio, lo que ha resultado en un desempeño decepcionante en áreas críticas como la seguridad, la economía y la justicia social.

La incompetencia de Petro le está costando caro al país, es nuestro deber para que en estos próximos dos años se respete la democracia, Petro suelte el poder y poder llegar a un nuevo gobierno que llegue a mejorarle la vida a los colombianos.