La reforma política propuesta por el gobierno de Gustavo Petro pasó este martes una dura prueba en el Congreso de la República.
La esencia de dicho proyecto es “la paridad, la alternancia y la universalidad”, aseveró el ministro del Interior, Alfonso Prada, durante la discusión, la cual es prioritaria para el Gobierno, pues abarca su propuesta del “cambio”.
Aunque este acto legislativo que promete acabar con el clientelismo y la corrupción electoral contó con el respaldo de las mayorías en el Senado, donde comenzó a ser discutida en segundo debate desde el miércoles de la semana pasada, sufrió algunas modificaciones.
Se eliminó, por ejemplo, la posibilidad de establecer el voto obligatorio durante dos periodos para fomentar la cultura política en la ciudadanía. La plenaria acogió las proposiciones que pedían su abolición del proyecto, pues consideraban que se vulneraban las libertades ciudadanas. Además, algunos sectores argumentaron que no votar también podría ser considerado como una expresión válida dentro de la democracia.
Seguiremos adelante y vamos a cumplir el mandato popular.
El mandato popular es el cambio y arrancar
el sistema clientelar
de raíz en el país
Lo que sí se salvó, pero fue objeto de un largo y polémico debate, fueron las listas cerradas, las cuales son consideradas el corazón de dicha reforma constitucional la cual, argumentó el senador Roy Barreras, ponente de la iniciativa, permitirá “limpiar la política colombiana y cambiar el sistema clientelar”.
Sin embargo, hubo una fuerte discusión, pues algunos senadores como Jota Pe Hernández, de la Alianza Verde, dijeron que si no fuera por el voto preferente nunca hubieran llegado al Congreso de la República, pues su ubicación en la lista de su partido fue por debajo de la posición 50. Pero frente a esto, los promotores de la iniciativa explicaron que primero debe de haber un proceso de democracia interna en los partidos.
Al final se aprobó que estas listas serán cerradas para corporaciones públicas durante dos periodos desde el 2026 y será opcional posteriormente.
Entre los otros puntos claves aprobados ayer por la plenaria del Senado, que discutió más de seis horas el proyecto, están la financiación, limitación de periodos en corporaciones públicas y democracia interna.
Sobre la financiación, que también tuvo una fuerte discusión, se acordó que “preponderantemente” estatal y anticipada.
De otro lado, tal y como está el proyecto que ahora pasará a la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, quienes hagan parte del Congreso, asambleas o concejos solo podrían reelegirse durante tres periodos.
Esto, explicó Barreras, permite una renovación en el Congreso, por ejemplo, pero otros sectores argumentaron que podría perderse experiencia.
Además, la plenaria avaló que un congresista en ejercicio podrá ir al Ejecutivo, como a un ministerio, por ejemplo, si los partidos así lo deciden. Esto podría, según los ponentes, “dinamizar las colectividades”.
Ahora a este proyecto le quedan por superar seis debates en el Congreso: cuatro en Cámara y dos en Senado.
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