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Entrevista
Estamos diseñando protocolos más robustos para casos como el de Benedetti: Arlene Tickner
La politóloga y diplomática fue designada como la primera embajadora itinerante para los asuntos de género y política global feminista.
Tickner asegura que no es una feminista militante, pero está convencida de que la igualdad de
género es esencial para construir sociedades más justas y pacíficas. Foto: Néstor Gómez. El Tiempo
Colombia acaba de crear un nuevo cargo con el que da un paso audaz para la implementación de la Política Exterior Feminista, lanzada en marzo de este año: embajadora itinerante para los asuntos de género y política global feminista.
¿Qué significa esto para las relaciones internacionales de Colombia? EL TIEMPO habló con la colomboestadounidense Arlene B. Tickner, que será la primera en ostentar este título.
Como le hago esta entrevista el mismo día en que se conoce del presunto maltrato del embajador ante la FAO, Armando Benedetti, a su esposa, empiezo preguntándole si el hecho de tener una política exterior feminista debería obligar al país, al menos moralmente, a hacer algo más de lo que ha dicho la Cancillería, que es "actuar conforme a la ley".
El canciller fue enfático en condenar todo tipo de violencia contra las mujeres. Sin embargo, la ley y los procedimientos disciplinarios existen por una razón y es importante que surtan su curso. Estamos trabajando en generar rutas de atención y protocolos mucho más robustos para activar en este tipo de casos.
Y sobre el caso de maltrato verbal del entonces canciller Leyva, a la entonces directora de la Agencia para la Defensa Jurídica del Estado, Martha Zamora, y otros presuntos de él hacia su entonces viceministra Laura Gil, ¿algún comentario?
Eso no hace parte de mi responsabilidad, pero lo que sí puedo decir con absoluta certeza es que el canciller Luis Gilberto Murillo está mostrando que es un defensor acérrimo de esos temas y los ha priorizado con acciones concretas.
Entremos en los asuntos de su cargo, que tiene un nombre que infiere una gran responsabilidad...
Sí, genera expectativas inmensas sobre la priorización de los asuntos de género. Mi responsabilidad será introducir estos temas en el trabajo bilateral, multilateral y consular para defender los derechos humanos y mejorar las condiciones de vida de las personas que se priorizan con la Política Exterior Feminista.
Es decir, mujeres en sus diversidades, poblaciones LGBTIQ+, con discapacidad, afros, indígenas, entre otras. Y en el plano internacional seremos una voz que defienda los logros adquiridos en el mundo en estas temáticas, que enfrentan retrocesos y amenazas.
Tickner asegura que no es una feminista militante, pero está convencida de que la igualdad de
género es esencial para construir sociedades más justas y pacíficas. Foto:Néstor Gómez. El Tiempo
¿Cómo se va a traducir esto para la gente que trabaja en el cuerpo diplomático?
El primer paso será diseñar cursos de sensibilización y capacitación en temas de género, que serán obligatorios, y trabajar en que la interlocución con connacionales sea más consciente y sensible frente a estos temas. Se acaba de crear el Grupo Interno de Trabajo en temas de género y política exterior feminista, adscrito directamente al despacho del canciller, lo cual constata su importancia. También llevaremos esta política a los territorios de Colombia.
¿Por qué se necesita este cargo? Entenderá que haya quienes se pregunten por qué esto no lo hace el Ministerio de la Igualdad, además en aras de optimizar recursos...
Obviamente hay temas en los que trabajaremos conjuntamente, como el Plan de Acción de la Resolución 1325; pero mi ámbito específico es fuera de Colombia, mientras que el del Ministerio de la Igualdad es principalmente dentro del país. En cuanto al gasto, la Cancillería representa mucho menos del uno por ciento del presupuesto nacional, y para este nuevo cargo no se amplió la planta global de embajadores. Se trata de una inversión pequeña en comparación con los réditos considerables que puede dar.
Hablemos justamente de esto. ¿En los 2 años que quedan de gobierno, qué alcanzará a hacer?
En términos generales, aspiramos a sembrar las raíces del enfoque de género y de la Política Exterior Feminista dentro del Ministerio y en el quehacer internacional para que las transformaciones perduren más allá del periodo actual de gobierno.
Estamos desarrollando un proyecto financiado por la cooperación alemana, con participación de la Cepal, en el que somos responsables de diseñar un curso de formación en temas de género, que será utilizado por las academias diplomáticas de México, Chile y Colombia.
Firmamos un acuerdo con el Departamento de Estado de Estados Unidos para crear un Centro de Excelencia para la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad, lo que consolidará a Colombia como referente mundial en intercambio de conocimiento y buenas prácticas en seguridad y la paz con lentes de género e interseccional.
"Aspiramos a sembrar las raíces del enfoque de género y de la Política Exterior Feminista dentro del Ministerio y en el quehacer internacional para que las transformaciones perduren más allá del periodo actual de gobierno".
A propósito de esto, es paradójico que solo una mujer, Vera Grabe, sea protagonista de las actuales negociaciones de la Paz Total. ¿Cómo le explicará usted esto al mundo cuando hable de Política exterior feminista, que tiene como uno de sus pilares la Paz Total?
Celebro el hecho de que Vera Grabe sea la primera mujer en presidir una delegación de negociación de paz en el mundo, además en momentos en que la participación de las mujeres en los procesos de paz ha disminuido. Dado que está empíricamente comprobado que donde hay participación de mujeres los acuerdos de paz son más robustos y duraderos, en lo que sea de mi alcance insistiré en la importancia de ello.
En Argentina, Milei eliminó de tajo todo lo que sonara a feminismo en el Gobierno, desde el Minigualdad hasta el cargo de embajadora para la Política Exterior Feminista. De hecho, el antifeminismo es bandera política de algunos movimientos y hay quienes responsabilizan al feminismo de generar por rebote un fortalecimiento de la derecha. ¿Su cargo va a quedar blindado ante la posibilidad de que eso pase en Colombia?
Rechazo de tajo la afirmación de que el feminismo es responsable de fortalecer a la derecha, pero no hay duda de que, igual que otros proyectos transformativos, el feminismo genera reacciones. Por eso se discute si es ventajoso o contraproducente utilizar la etiqueta feminista o si debemos hablar de política exterior con enfoque de género.
Armando Benedetti. Foto:Archivo particular
Más allá de la etiqueta, lo fundamental es blindar las políticas y acciones en beneficio de los derechos y la igualdad de las mujeres y de otros sectores vulnerables. Veo difícil, por ejemplo, que futuros gobiernos, de izquierda o de derecha, supriman los esfuerzos de capacitación de las plantas de la Cancillería, o el acompañamiento a los consulados y a Migración Colombia para generar mayor sensibilidad en el trato a la colombianidad en el exterior y a las personas migrantes.
Suecia, que fue el primer país en tener Política Exterior Feminista, en 2014, en 2022 decidió dejar de llamarla así. Si eso pasó en Suecia, que ha estado históricamente a la vanguardia de los temas de género, ¿qué podemos esperar nosotros?
El caso de Suecia es interesante, suprimió la etiqueta de política exterior feminista y sin embargo sigue teniendo un enfoque de género muy fuerte en su política exterior. Hay muchos logros y derechos adquiridos en la materia que están bajo asedio, como producto del auge de la extrema derecha en el mundo.
Pienso que a los gobiernos progresistas les ha faltado más audacia a la hora de confrontar estas estrategias regresivas de la extrema derecha. Yo soy feminista orgullosa y ruidosa, y respeto profundamente a las organizaciones de mujeres y feministas en Colombia y en el mundo, porque han liderado avances fundamentales en nuestras sociedades.
Entonces no tengo miedo, no me parece productivo ni honesto huir del término 'feminismo'. Lo que sí creo que tal vez haga falta mayor y mejor pedagogía sobre lo que significa un ethos feminista, como a mí me gusta describirlo.
Ya le voy a preguntar por el ethos feminista, pero antes, ya que me dice que es feminista orgullosa y ruidosa, me llama la atención que no sea más reconocida de esa forma. Los periodistas siempre la hemos consultado como internacionalista y experta en seguridad, no en feminismo...
Pues no soy militante ni he trabajado en organizaciones de la sociedad civil. En ese sentido no soy un referente del feminismo; pero soy una convencida de la importancia de la igualdad de género para garantizar sociedades más justas y pacíficas. Soy una defensora comprometida de los derechos sexuales y reproductivos.
Y, como lente conceptual, en mi trabajo académico siempre he hecho uso del feminismo para hablar de política exterior y seguridad; por ejemplo, para plantear el papel nefasto del militarismo como ideología que normaliza ciertos comportamientos y tipos de violencia.
En el discurso que usted dio recientemente en la Tercera Cumbre sobre Políticas Exteriores Feministas, en México, dijo que el ethos feminista es lo que nos puede llevar a imaginar políticas para atender muchos problemas que no se han podido resolver con los paradigmas que han operado históricamente, es decir, con los patriarcales. ¿Qué es lo que puede hacerse diferente con el ethos feminista?
"Pienso que a los gobiernos progresistas les ha faltado más audacia a la hora de confrontar estas estrategias regresivas de la extrema derecha".
Al abogar por la eliminación de todas las formas de desigualdad, exclusión, discriminación y violencia basadas en género, raza, etnia, clase social, orientación sexual, discapacidad, entre otras, el feminismo toma partido enérgicamente por los grupos sociales más vulnerables, comenzando por las mujeres, y reivindica sus derechos y su participación activa en todas las esferas de la vida nacional e internacional. Además, ofrece herramientas para imaginar y concretar otros mundos posibles.
Ese tipo de mensajes en la interpretación de algunos hombres y de algunas personas que han estado en posiciones de poder y privilegio significan que ahora tienen que hacerse a un lado, y por eso se genera a veces tanta resistencia, no solo a la palabra 'feminismo', sino a lo que el feminismo busca. ¿Qué hacer para que en nombre del feminismo no se hagan esas malas interpretaciones o no se generen injusticias u otro tipo de desequilibrios?
Una de las grandes ficciones de la extrema derecha es que las mujeres y las políticas que favorecen a las mujeres han desplazado a los hombres blancos. Pero el retraso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en todo lo asociado a igualdad de género, para dar un ejemplo, evidencia que esto no es cierto. Es esencial avanzar en la socialización de masculinidades distintas a las dominantes, que están en la raíz de la reproducción del patriarcado.
"El feminismo toma partido enérgicamente por los grupos sociales más vulnerables, comenzando por las mujeres, y reivindica sus derechos y su participación activa".
¿Por qué su base será Washington?
Washington concentra muchas actividades relacionadas con género y política exterior feminista, entonces mi acreditación va a ser ante la OEA. Además, el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Jineth Bedoya brinda una oportunidad importante de acción en todo lo relacionado con violencia sexual.
Bueno, y qué tal que le toque Kamala Harris como primera presidenta de Estados Unidos...
Pues no debería opinar sobre campañas, pero como fue histórica la elección de la primera mujer presidente en México, sería histórico para Estados Unidos la elección de la primera mujer, afrodescendiente y asiática. Creo que a Biden hay que reconocerle la decisión de retirarse, la cual pateó el tablero de la campaña de Trump, que estaba montada en torno a atacar al presidente por viejo.
¿Usted, que es estadounidense, con este cargo público colombiano puede votar para las elecciones de Estados Unidos? Y si me puede decir por quién va a votar... (risas)
Sí puedo votar en esas elecciones. Y ya te puedes imaginar (risas)
¿Con este segundo cargo en lo público se despide de su vida académica o solo le llega en un momento muy oportuno por todo lo que pasó en la Universidad del Rosario con usted y con otros docentes a los que les cancelaron los contratos?
Llega en un momento muy oportuno, sí. Pero yo soy académica. He dedicado más de 30 años al trabajo intelectual, a la enseñanza, a la investigación, a la formación de opinión pública. Eso nunca lo voy a dejar. Si voy a volver a un espacio universitario, está por verse cuando termine este trabajo.
¿En Colombia? ¿O este trabajo también marca el regreso a su país de origen?
No, vivo en Colombia desde 1986, con pequeñas interrupciones para hacer mi maestría y doctorado en Estados Unidos. Considero a Colombia mi hogar. Colombia me ha brindado una trayectoria profesional y personal que nunca habría tenido en otro lado y quiero mucho a mi segundo país.