La salida del ministro de Educación, Alejandro Gaviria, anoche, representa el nuevo tono con que el presidente Gustavo Petro quiere manejar las relaciones con su equipo de Gobierno.
La forma como se anunció su salida, en una alocución a las 7 de la noche, en la que, si bien agradeció los aportes y disensos que el exrector de la Universidad de los Andes expresó al gobierno, el funcionario se había vuelto incómodo para varios de sus colegas y para el propio mandatario, particularmente por la reforma de la salud.
No era la primera vez que Gaviria veía cercana su salida del Gobierno. De hecho, hace pocas semanas se supo que su permanencia en el cargo dependía de una retractación a declaraciones hechas en torno a la reforma o, en su defecto, a expresar apoyo irrestricto al jefe del Estado, cosa que él hizo a través de un trino.
Sin embargo, la filtración de una carta firmada por él y por sus colegas de Hacienda, Agricultura y el director de Planeación Nacional –todos con título de doctorado en Economía de prestigiosas universidades– el pasado fin de semana, en la que hacían serios reparos al costo de la reforma, alborotó nuevamente el ambiente en Palacio de Nariño. Para muchos, ese fue el detonante, la tapa que rebosó los ánimos. Las horas de Gaviria estaban contadas.
Si bien el anuncio de la salida del ministro de Educación estuvo acompañado también de las ministras de Cultura, Patricia Ariza, y del Deporte, María Isabel Urrutia, que algunos califican como un intento por hacer ver que se trataba de un remezón sin distingos políticos, la verdad es que ellas se van más por falta de resultados que por sus relaciones con el Presidente de la República.
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los servicios prestados
por los ministros.
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En el caso de las ministras, ambas mostraron, además, su inconformidad porque contaron que ni siquiera les avisaron sino que se enteraron por televisión. Aunque la jefa de Gabinete, Laura Sarabia, dijo que sí se les había informado. Lo cual muestra el sinsabor de la situación.
Pero ¿cómo interpretar la inesperada decisión del jefe del Estado? Por un lado, Petro quiere dejar claro que no está dispuesto a que se sigan filtrando los inconformismos o las pujas internas por temas tan delicados como las reformas que se avecinan. También quiere enviarles el mensaje a sus ministros de que la lealtad es a toda prueba, con lo cual gana la línea radical de su equipo, es decir, la de voces como las de Carolina Corcho, ministra de Salud; Irene Vélez, ministra de Minas, y Susana Muhamad, de Ambiente, quienes han expresado en los consejos de Gobierno la falta de solidaridad de algunos de sus colegas.
“Estamos en un momento decisivo para nuestras reformas y necesitamos más cohesión y determinación”, dijo anoche Petro. EL TIEMPO estableció que en la mira de esta nueva posición que adopta el presidente Petro también están los ministros José Antonio Ocampo, de Hacienda; Cecilia López, de Agricultura, y Jorge Iván González, director de Planeación Nacional.
Ellos son considerados por algunos del alto gobierno como los “neoliberales” y el propio Petro ha hecho saber que no está contento con algunas de sus posturas, que tienden más a advertir sobre los riesgos de las reformas que se quieren impulsar y entorpecen los avances del Gobierno.
En el caso de González, no deja de sorprender su encasillamiento de “neoliberal” al lado de los demás ministros, pues él ha sido un reconocido intelectual de izquierda que ha acompañado a Petro en el pasado y que para varios representa una de las voces sensatas en el Ejecutivo.
Si bien esta crisis ministerial puede considerarse “normal”, lo cierto es que varios analistas interpretan que Petro va camino de radicalizar no solo su discurso sino su equipo en momentos en que las reforman llegan al Congreso.
Cada vez es más vehemente en defender las reformas sin dar espacio a las críticas y en respaldar a sus ministros y ministras aunque se equivoquen. Anoche, en su alocución, la primera línea estaba conformada por la ministra Corcho y Laura Sarabia, jefe de gabinete, dos de las voces cantantes en el equipo de gobierno.
Seguiremos buscando consensos y acuerdos para consolidar y profundizar nuestras reformas
No obstante que en su alocución Petro dejó entrever que está dispuesto a aceptar modificaciones a las reformas, pero es poco el margen que da para ello. Porque la voz más crítica de la reforma de la salud en el gabinente ya no estará más.
“Seguiremos buscando consensos y acuerdos para consolidar y profundizar nuestras reformas”, finalizó anoche Petro.
Carolina Giraldo, representante de Alianza Verde (partido de la Coalición de Gobierno), resume lo ocurrido en una frase: “Sería bueno que nos explicaran si cada vez que un funcionario no esté de acuerdo con el Presidente o con alguna reforma, lo van a sacar. La inestabilidad del gabinete no es positiva”.