La polarización opaca la fiesta del fútbol: el grito ‘fuera Petro’ en el Metropolitano

La alegría por la victoria de la selección Colombia sobre Brasil (2-1) ha sido afectada por un ruido que nada tiene que ver con la fiesta del fútbol: la polarización política que impera en el país y que se manifestó la noche del jueves en los gritos de en el estadio Metropolitano de “fuera Petro”, que llevaron a Antonela, la hija de 15 años del Presidente de la República, a abandonar el escenario deportivo el pasado jueves. 

(Le puede interesar: 'Hay límites que jamás deberían pasarse': Verónica Alcocer tras cántico en Barranquilla)

"Mi hija de 15 años tuvo que salir del estadio de Barranquilla. Dirigieron el cántico de la oposición contra ella, una mujer menor de edad. Cobardes". Les gusta es que bombardeen a los niños, fusilen a los jóvenes y se roben el erario. Adictos a la sangre", les dijo el presidente Petro en su cuenta de X a quienes gritaron en el estadio. 

Esa posición, que fue compartida por los sectores políticos afines al mandatario, se ha encontrado con respuestas de quienes lamentan la afectación a una menor de edad, pero que aseguran también que la expresión de la gente en las tribunas no estaba dirigida contra Antonela sino contra el gobierno de su padre, a quien además señalan de ser uno de los principales motores de la polarización política, ahora desde la Casa de Nariño.

 “Ninguna niña y ningún niño, ni en Colombia, ni en el mundo, tienen por qué soportar este tipo de expresiones violentas y llenas de odio”, dice el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF. “Rechazamos lo ocurrido en Barranquilla e instamos a la ciudadanía, en todo el país, a promover entornos seguros y protectores para la niñez”, pide la entidad.

Este debería ser un propósito común al margen de cualquier postura política. Desde la oposición se argumenta que el propio presidente Gustavo Petro, que ha reclamado en otros momentos en los que su hija ha concentrado los reflectores de la opinión pública y los medios, paradójicamente la ha expuesto públicamente, como cuando ella apareció a su lado durante el famoso 'balconazo' de comienzos de año, en el lanzamiento de las accidentadas reformas sociales del actual gobierno.  

Diversos testimonios hablan del grado de dificultad para la mayoría de las 46 mil personas que estaban en el recinto deportivo precisar que la joven estaba allí. De hecho, se ha dicho que la consigna a gritar contra Petro en el Metropolitano empezó a moverse días atrás a través de Tik-Tok, cuando nadie tenía idea de que la Primera Dama y los hijos del Jefe de Estado iban a asistir al palco de honor del partido. 

Esta semana el Opinómetro de Datexco mostró que un 64 por ciento rechaza la gestión del jefe del Estado. Cuatro puntos más que la encuesta de Invamer de octubre, que pone su desfavorabilidad en 60 puntos.

(Lea: 'Cobardes': presidente Petro dice que su hija tuvo que salir del estadio tras cántico)

En sucesos recientes las muestras de desacuerdo con sus políticas públicas a través de las expresiones verbales -que son una herramienta legítima de una democracia- han sido evidentes. Se vio en el discurso de la ministra de Deporte en Pereira cuando ella mencionó el tema de la ‘paz total’; en Suba, localidad de Bogotá, durante una de las 'tomas' de Bogotá que Petro hizo en plena campaña electoral, y en una ceremonia militar, también en la capital, cuando se chifló al Presidente por llegar tarde. 

También en el Metropolitano ya había sido blanco de los gritos de “fuera, fuera” el representante del Pacto Histórico Agmeth Escaf, quien tuvo a su cargo la comisión séptima de la Cámara durante la discusión de la reforma de la salud, ejercicio que le dio visibilidad nacional.

En las últimas horas, varias de las voces más representativas de esta colectividad han insistido en tratar de centrar el tema en la hija del jefe del Estado. ¿Será así o estos sucesos mencionados muestran que un sector de la sociedad no está satisfecha con el gobierno y esta es la forma de expresarse?

"¿Cuánto odio se puede enquistar en nuestra sociedad? ¿No han sido suficientes seis décadas de guerra? Tramitar por vía de la violencia las diferencias es la principal característica del conflicto armado. Celebrar insultos a una menor de edad es un acto de pequeñez y mezquindad", dice el analista Gabriel Cifuentes.

"Los menores, según el artículo 44 de la Constitución, serán protegidos contra toda forma de violencia física o moral. Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás", agrega José Gregorio Hernández, expresidente de la Corte Constitucional.

Ahora bien, ¿puede silenciarse las opiniones en una concentración de miles? ¿Por qué cuando el líder de izquierda Gustavo Bolívar invitaba a chiflar a los antecesores de Petro, también en los partidos de la Selección Colombia, era un gesto supuestamente democrático y hoy no?

(Lea también: 'Está por fuera de todo código': petrismo condenó cánticos en el estadio Metropolitano)

¿Por qué los mismos activistas que se encargaron de convertir en tendencia la agresión verbal contra el expresidente Iván Duque delante de sus hijos en EE.UU. hoy se muestran alarmados?

En ese momento, un hombre se le acercó y lo grabó mientras le decía: “narcotraficante”, “paraco” y “asesino”. "No soy fan del expresidente Iván Duque ni de su gobierno, pero la manera como lo increparon es inaceptable. Porque lo vivimos también lo rechazamos", expresó en su momento Martín Santos, hijo del expresidente Juan Manuel Santos, en defensa del exmandatario y líder del Centro Democrático, CD.

La situación es en todo caso una nueva manifestación del deterioro de la discusión pública. Hace unos días cuando un grupo de manifestantes quemó un muñeco con la figura del presidente Petro, el expresidente Uribe hizo un llamado de atención: “La seriedad del Centro Democrático se pierde y los argumentos se olvidan cuando personas salen a quemar muñecos que imitan al presidente de la República. Dejan sin autoridad para reclamar seguridad”.

No se trata, sin embargo, de un fenómeno local. Hace un mes, en Madrid, el presidente de España, Pedro Sánchez, fue abucheado y pitado en el desfile del Día de la Fiesta Nacional: "Fuera, fuera", le gritaban.

El presidente Lula da Silva fue abucheado en el Maracaná, en la ceremonia de apertura de los Juegos Panamericanos Río de Janeiro 2007, en Brasil; y la otra cara de la moneda y también en el mismo estadio, el presidente Michel Temer, sustituto de la suspendida Dilma Rousseff, se le gritó en coro “Fora Temer” durante la apertura de los Juegos Olímpicos.

(Lea: Miguel Uribe: 'Romper la regla fiscal destrozará la economía de Colombia')

La silbatina era tan previsible al punto que las autoridades del Comité Olímpico ocultaron a Temer durante toda la ceremonia. "Después de este maravilloso espectáculo, declaro abierta la XXXI edición de los Juegos Olímpicos", dijo Temer en el que debió ser uno de los discursos más breves dados en una inauguración olímpica. "Pero ni siquiera el volumen repentinamente alto de la música ni los fuegos artificiales lograron disimular el desafecto de los presentes por el abogado de 75 años”, dicen las crónicas periodísticas de lo ocurrido allí.

En conclusión, la silbatina por una muchedumbre a un gobernante es habitual en las democracias aunque los juicios de valor se multiplican con toda clase de efectos a través de las redes sociales. Unas redes que el jefe del Estado ha convertido además en su herramienta predilecta para comunicarse con el país. 

POLÍTICA