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¿Cómo compara la política exterior de los gobiernos de Santos y Duque?

El exembajador en EE. UU., Gabriel Silva Luján, afirma que este gobierno no tiene política exterior.

Gabriel Silva Luján, exministro y exembajador de Colombia en Estados Unidos.

Gabriel Silva Luján, exministro y exembajador de Colombia en Estados Unidos. Foto: Claudia Rubio. Archivo EL TIEMPO

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¿Cree que la política exterior de este gobierno ha sido acertada?
Partamos de que este gobierno no tiene política exterior.
Puede que no les guste a todos la que hay. Lo que corresponde es medir su eficacia…
La política exterior tiene que defender el interés nacional, y creo que este gobierno no lo hace por una razón muy profunda y definitiva y es que su política exterior no está atada al interés nacional, sino a una agenda de política interna. Desde el tema de Venezuela, pasando por los que han seguido a partir de ahí, han sido condicionados y pensados no en función del interés nacional, sino de los intereses políticos de corto plazo de este gobierno, del Presidente e incluso del partido de gobierno.
Pero ¿qué hacer por ejemplo con Venezuela, que heredamos del gobierno Santos como una anfitriona alcahueta y desvergonzada de las Farc y del Eln en su territorio?
La política exterior, además de requerir coherencia y estrategia coordinada integral, también necesita efectividad. Creo que Venezuela tomó ese camino de hostilizar al gobierno Duque porque este comenzó a hacerle jugadas, que resultaron muy ineficientes. Por ejemplo, el concierto en la frontera, la movilización humanitaria, el cerco diplomático, eso fue un fracaso, de entrada. Produjo una provocación y de paso nos dejó al margen de cualquier solución negociada con Venezuela.
¿O sea que para usted, el único camino con Venezuela es la salida negociada?
Sí. Y, desafortunadamente, este gobierno no lo entiende así. De hecho, Colombia terminará siendo, a este paso, espectadora de un proceso que ya está andando, de conversaciones de Maduro, en el que participan Europa, China, Rusia, Cuba… al cual se aproxima Estados Unidos. Seremos receptores pasivos de una solución al tema de Maduro acordada entre otros países del mundo, que no va a ser la que mejor se acomode a los intereses nacionales.
Ya que habla de solución negociada, ¿por qué durante el gobierno Santos no se negoció la salida de las Farc y del Eln del territorio venezolano?
Las Farc sí se salieron de allá, como resultado del proceso de paz del gobierno Santos.
Pero allá siguen…
Se devolvieron las disidencias, por los errores cometidos con el desarrollo del proceso de paz en este gobierno. El manejo de las relaciones con Venezuela tenía la función de hacer viable un proceso de paz, mejorando las relaciones con Venezuela y desactivando un factor de perturbación tan tremendo como fueron unas Farc activas como las que teníamos. En eso sigue el Eln. Y me atrevería a lanzar una tesis un poco herética: el Eln está fortaleciéndose en Venezuela y en Cuba como resultado de la hostilización a esos países que lleva a cabo el gobierno Duque.
También gravita sobre nuestras cabezas la incógnita de qué va a pasar en la era Biden en nuestras relaciones con EE. UU...
Esas relaciones, fundamentales para Colombia, han tenido características consistentes en todos los gobiernos, menos en este, de manejarse con una visión bipartidista, trabajando con republicanos y demócratas. Pero cuando se patrocina, se promueve y se permite, incluso, que funcionarios del gobierno participen de manera directa o indirecta en la promoción de la campaña de un candidato, rompe el eje de las relaciones bilaterales. Con eso que dicen que no importa, que Biden nos quiere mucho, que nos va a dar palmaditas en la espalda, no estoy tan seguro. Creo que va a haber consecuencias por una intervención tan directa en las elecciones en los Estados Unidos como nunca se había visto antes.
¿A cuáles funcionarios del gobierno que supuestamente le hicieron campaña a Trump se refiere?
La evidencia que se ha mostrado indica la presencia del embajador en los EE. UU. en acciones de apoyo a la campaña de Trump. Y, claramente, el partido de gobierno estuvo involucrado en esa campaña.
El manejo de las relaciones con Venezuela tenía la función de hacer viable un proceso de paz, mejorando las relaciones con Venezuela y desactivando un factor de perturbación
Mire cómo son las cosas. Rusia, China e Irán, que son promotores y aliados de Venezuela, la consienten mucho. No solo con protección militar, sino que hasta la inundan de vacunas. En cambio nosotros, con nuestro aliado, EE. UU., estamos como en una especie de limbo… ¿Debemos temer una retaliación?
Es un error gigantesco que luego de arrodillársele a Trump y hacer todo lo que él quería, de soportar toda clase de vejámenes y de actitudes inaceptables en diplomacia, eso no haya producido ningún resultado. Colombia ni siquiera hizo política internacional cuando surgió el covid-19 como para generar verdaderas solidaridades. Arrancaron mofándose de las vacunas rusa y china, y mire dónde vamos. Ahora tendremos que enfrentar el resultado de ese alineamiento absoluto con Trump y la falta de creatividad en la relación bilateral.
Habla de alineamiento de este gobierno con Trump. Pero bajo Santos, Trump incluso mandó a Colombia a un delegado suyo para que acompañara las negociaciones con las Farc. Ustedes colaboraban con ese gobierno mientras les interesó…
El apoyo de los Estados Unidos, como Estado, como país, al proceso de paz es el resultado de una política bipartidista en las relaciones bilaterales. Porque, obviamente, ni a Trump le interesaba ni conocía realmente el proceso de paz. Que fue una iniciativa del Gobierno colombiano, respaldada por los Estados Unidos y por todo el mundo, y no impuesta a nosotros por nadie.
Con mucho respeto, le comento lo que dicen: que el expresidente Santos está escarbando en sus os con Estados Unidos a ver cómo ahonda esta distancia con Colombia…
A él y a mí nos han acusado de ello, lo cual es absolutamente falso. No albergamos un propósito distinto que servirle al país. Decir lo contrario es una urticaria que les tienen a Santos y a su gobierno. Lo que le está pasando a Duque, con toda su política exterior, es culpa del gobierno Duque, de nadie más.
¿No estaba obligado a contarnos el embajador cubano todo lo que sabe acerca del posible atentado en Bogotá?
El Gobierno prefirió filtrar al público la información confidencial diplomática, que es lo más sagrado, en vez de aprovechar ese gesto de responsabilidad de Cuba para contribuir a la seguridad nacional. El Gobierno lo volvió un escándalo, fue un gesto que merecía la máxima confidencialidad y discreción diplomáticas. Cuba es una isla pequeña, con poca población y poder económico, pero una potencia diplomática. Este gobierno no la ve así, no sabe cómo lidiar con ella. Prefieren las teorías del castrochavismo para consumo político interno que una política bilateral eficaz con Cuba.
¿Usted realmente cree que aquí cabía la confidencialidad? ¿No teníamos los bogotanos derecho a saberlo?
Era legítimo y hasta obligatorio por razones de seguridad compartir la información con la señora alcaldesa y con las Fuerzas Armadas. No así con la opinión, con el único propósito de castigar a Cuba, para enrarecer el ambiente y, repito, justificar las historias del castrochavismo.
El hecho de que un medio de comunicación haya revelado el contenido de unos computadores de un señor alias Uriel del Eln, donde se evidencia que esta guerrilla, como ya lo hizo en el pasado, financia candidatos en Ecuador, ¿da para afirmar que el Gobierno colombiano está interfiriendo en sus elecciones?
Que unas pruebas en reserva y, supuestamente, protegidas por la cadena de custodia aparezcan en los medios en plenas elecciones en Ecuador no deja de generar justificadas suspicacias. El manejo de la entrega de esas pruebas obedece a los intereses de la política interna, arriesgando la relación con Ecuador. Y luego viene el show del viaje del Fiscal, que no fue una forma diplomática, correcta, jurídica de hacer las cosas. No se puede sino leer ahí un intento de perturbar las elecciones en Ecuador, lo mismo que pasó en Estados Unidos, por lo que aquí hay un patrón. ¿Qué tal que Arauz, correísta, sea presidente? Pues nos va a pasar lo mismo que con Biden.
¿O sea que usted raja al Gobierno en sus relaciones con Venezuela y Cuba, pero no hay responsabilidad de esos gobiernos en sus obligaciones con Colombia?
Con Venezuela había la posibilidad de mantener un diálogo, si no hay una hostilización provocada por el interés del presidente Duque en crear un conflicto que le servía políticamente a nivel interno. En cuanto a Cuba, la presencia allá de dirigentes del Eln le permitía un acercamiento discreto con el Eln, si no vuelve ideológico el problema, y lo maneja más pragmáticamente.
Ocurrió la masacre de la Escuela de Policía. ¿Debimos pasar la página porque, como afirma el expresidente Santos, no es antiético cometer asesinatos en medio de unas negociaciones si no hay todavía pactado un cese del fuego?
El Gobierno hizo lo correcto en romper las relaciones con el Eln y suspender el proceso de paz. Llevarlo a la esfera de lo internacional es lo incorrecto. Eso es perder instrumentos de acción. El Gobierno se ha ido quedando atrapado, solitario, se le están cayendo los muros encima, ya no tiene ningún liderazgo en América Latina. Se ha autoeliminado de una cantidad de diálogos posibles, lo cual hace que en política exterior no tenga con qué ni con quién jugar. No era necesario arrinconar a Cuba con lo del Eln, por lo que hoy, en cierta forma, ya casi que la convierte en víctima.
A lo mejor ustedes cuadraron muy mal con el Eln un proceso que pretendían que continuara bajo este gobierno. Dejaron obligada a Colombia a proteger al Eln en caso de una barbaridad, como fue la masacre de los estudiantes…
Las conversaciones iniciales con el Eln exigían ese manejo. Si el Gobierno rompió las relaciones con el Eln, las cosas se desarman como se arman.
¿Fue correcto dejar ‘armado’ al Eln en Cuba para que luego de semejante atentado terrorista sus jefes tuvieran la garantía de devolverse, protegidos por el Gobierno colombiano?
Estoy de acuerdo con que la palabra ‘armado’ no es la correcta. Lo que quiero decir es que si los acuerdos con el Eln y la solicitud a Cuba de que jugara ese papel se hicieron por la vía del Derecho Internacional, pues rotas las conversaciones, la presencia del Eln en Cuba se desarma por la misma vía.
Un comentario sobre Nicaragua, que está tomando decisiones sobre el mar colombiano…
El multilateralismo también se abandonó en este gobierno. Nos hemos comportado como malos ciudadanos del mundo. Por ejemplo, desafiar a la Corte Internacional de Justicia con las declaraciones del embajador Rangel afecta nuestros intereses en litigio con Nicaragua.
O sea: ¿usted es de los que creen que el gobierno Santos nos dejó un paraíso y que este gobierno lo está convirtiendo en el infierno?
Colombia está lejos de haber quedado convertida en el paraíso después del gobierno Santos, pero el juicio de la historia sí va a ser muy claro. Había unos procesos en curso que llevarían a una situación bastante mejor para el país, que se interrumpieron, en gran medida, por las razones de política interna en apoyo a unas tesis de extrema derecha. El presidente Duque se la ha jugado por esas tesis y el país es el que ha perdido. Duque se ha dedicado a justificar sus fracasos e improvisaciones echándole la culpa de todo a Santos. Como dicen los gringos, grow up, Presidente.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

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