En Puerto Inírida, la capital de Guainía quieren hacer una reapertura de sus actividades productivas, pero eso sí tienen dos preocupaciones particulares: mantener el control en sus fronteras para que no vaya a ingresar alguien contaminado con el coronavirus y que no se les vayan a restablecer los vuelos comerciales.
Hasta ahora este municipio no tiene el reporte de ningún caso de covid-19 y sus autoridades son conscientes de que la única manera de que aparezca el contagio es por alguien que llegue de otra zona del país o del exterior.
Por eso el alcalde de Inírida, Pablo Acosta, fue uno de los que le pidieron al Ministerio del Interior permiso para reabrir algunas actividades en su municipio.
“Aquí no hay una gran industria, pero queremos es que se abran paulatinamente algunos sectores productivos de la región”, dijo el mandatario.
Pero eso sí fue claro en señalar que es necesario mantener un estricto control en la frontera para evitar que el contagio les llegue.
Básicamente a Inírida únicamente se puede llegar por bote o por avión. “Es necesario mantener un control muy estricto por los ríos, pues estamos en la frontera con Brasil y Venezuela”, dijo Acosta.
Y si bien dijo que en la actualidad lo únicos vuelos que llegan a su municipio son lo que les llevan comida y medicinas, aseguró que es necesario “mantener cerrados los vuelos comerciales” hacia su capital.
“La prioridad es tener controladas las fronteras y seguir con los vuelos comerciales suspendidos”, dijo el alcalde.
De acuerdo con la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, desde el 11 de mayo, 866 municipios de Colombia comenzarán a reactivar la producción y el comercio.
También dijo que seis departamentos, en su totalidad, Putumayo, Vichada, Vaupés, Guaviare, Guainía y Arauca, conformados por 32 municipios, reanudarán actividades.
Mientras tanto, en otros 27 departamentos, que tienen parcialmente el virus –como Antioquia, Boyacá y Cundinamarca- se reactivarán 834 municipios, que han permanecido libres de contagio.
“Mantener estos municipios cerrados, sin actividad productiva, es innecesario, ya que muchos tienen condiciones económicas precarias y en ellos no hay ninguna evidencia de contagio”, dijo la vicepresidenta.
De acuerdo con la vicepresidenta, la decisión se tomó con base en tres criterios: Proteger la salud, recuperar la vida productiva y evitar el empobrecimiento de los colombianos.
“Los alcaldes tienen un papel muy importante, ya que tendrán que determinar algunas reglas. Tienen la facultad, por ejemplo, de definir horarios, toques de queda, controles de ingreso a los municipios; ¡no puede haber transporte intermunicipal para llevar pasajeros a estas poblaciones!, sólo abastecimiento”, explicó.
Las excepciones de la reanudación de actividades económicas, serían para establecimientos como bares y otros escenarios de concentraciones masivas, que puedan propiciar el contagio.
Las pérdidas
De acuerdo con cifras del Gobierno, sólo en marzo se perdieron 1,6 millones de empleos y la tasa de desocupación aumentó 1,8 puntos porcentuales, el nivel más alto en cerca de 10 años (12,6%).
“Siempre ha primado la vida, pero no podemos olvidar que la pobreza también es un riesgo a la vida. Por más que se le mande a la gente un mercado, hay un montón de necesidades que no alcanzamos a satisfacer; hay carencias nutricionales en las familias. Por esa razón, hay que estar par y paso, cuidando la vida y el ingreso de los hogares”, dijo la Vicepresidenta.