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Análisis
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La relevancia de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores: ¿una instancia que perdió su peso en la política exterior?
Las recientes convocatorias para tratar la crisis en Venezuela evidenciaron la fractura de un órgano que pasó de ser el cuerpo consultivo más importante para las decisiones internacionales del Estado, a una instancia ignorada por expresidentes.
Esta fue la segunda sesión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores en la que el tema central fue Venezuela. Foto: Presidencia
"Invitamos a todos los expresidentes a que asistan porque ese es el escenario más importante de planteamientos de Estado, donde nos encontramos los que pensamos de manera distinta y tenemos recorridos políticos distintos, pero ahí es donde realmente se encuentra el país". De esta manera lamentó el canciller Luis Gilberto Murillo la ausencia de varios expresidentes de Colombia a las dos recientes sesiones de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores (CARE) convocadas para abordar situación política en Venezuela.
Tanto Iván Duque (2018-2022), Álvaro Uribe (2002-2010), Andrés Pastrana (1998-2002) y César Gaviria (1990-1994) rechazaron la invitación en dos ocasiones. Juan Manuel Santos (2010-2018) solo asistió a la sesión informativa del pasado 21 de agosto y Ernesto Samper (1994-1998) fue el único que dijo presente en los dos espacios.
Expresidentes de Colombia. Foto:Archivo
Los primeros, a través de cartas o con un simple mensaje en la red social X, plasmaron sus posturas sobre las elecciones venezolanas en lugar de plantearlas ante el mandatario actual en la reunión, como una especie de protesta.
Más allá de las posiciones, y a pesar de que el gobierno de Gustavo Petro recuperó esta instancia, este episodio volvió a dejar en evidencia el bajo momento por el que pasa un órgano que en sus inicios fue el cuerpo consultivo más importante en la política exterior de Colombia. Hoy, en medio de múltiples desafíos para la diplomacia colombiana, expertos ponen en duda el papel de la comisión y su capacidad para influir en las decisiones clave del país en el escenario internacional.
"La época de oro que tuvo en sus inicios no tienen nada que ver con lo que tenemos actualmente. Mi concepción es que esta comisión es básicamente irrelevante y está en crisis", señala Angélica Rodríguez, profesora investigadora de la Universidad del Norte.
Sesión informativa de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. Foto:Cancillería.
A la etapa a la que se refiere la investigadora es a la de 1913 cuando se creó la comisión con el objetivo de acercar al Congreso a la política exterior y así lograr un consenso interno en Colombia que permitiera normalizar las relaciones con Estados Unidos, que se habían complicado tras la separación de Panamá.
Dicha idea no solo funcionó, sino que la instancia fue renovada para seguir asesorando al Gobierno Nacional especialmente en las controversias territoriales con los países vecinos y en los documentos necesarios para la participación de Colombia en conferencias internacionales. La comisión jugó un papel importante en las negociaciones que llevaron al tratado Esguerra-Bárcenas suscrito en 1928 entre Colombia y Nicaragua con el cual el país obtuvo reconocimiento de su soberanía sobre San Andrés.
Ahora bien, ¿qué pasa ahora? Un artículo elaborado por los profesores de la Universidad de los Andes Sebastián Bitar, Catalina Llanos y Carlos Nicolás Cano, y publicado en la Revista Desafíos de la Universidad del Rosario en 2022 da muestra de cómo los cambios en su composición fueron sacando al órgano del mapa de la política exterior.
A medida que fue pasando el siglo XX, la CARE pasó de un 'staff' apolítico y de carácter técnico integrado por expertos en derecho internacional nombrados por el Congreso y el Ejecutivo a un grupo politizado que la fue desdibujando.
“El contraste entre la Comisión de hoy en Colombia y la de la primera mitad del siglo XX no puede ser más evidente. La CARE de hoy es irrespetada e ignorada por los gobiernos. Su composición es política y no técnica, e incluye a del Congreso y expresidentes con agendas y rencillas políticas propias. En cambio, la CARE de las primeras décadas del siglo XX fue un centro de estudio a profundidad de los temas cruciales en la agenda internacional de Colombia. La antigua CARE también fue un factor de unidad política entre el gobierno y los partidos políticos en el Congreso, a pesar de que sus eran expertos en temas internacionales y no congresistas o expresidentes”, indica la investigación.
El estudio detalla que el carácter técnico de la Comisión se empezó a debilitar en 1974, al modificar la composición de los para obligar a las dos cámaras del Congreso a elegir al menos cuatro congresistas activos y solo dos expertos independientes. Con la Ley 53 de 1982 se incluyeron todos los expresidentes como permanentes, sumados a los cuatro del Congreso, que además debían elegirse, preferentemente, de las comisiones segundas de ambas cámaras, algo que quedó como un requisito en la Ley 955 de 2005. Según el artículo 1 de dicha Ley, la CARE quedó conformada entonces por los expresidentes elegidos por voto popular, dos escogidos por el Gobierno Nacional con sus suplentes y doce congresistas de las Comisiones Segundas Constitucionales. Además, con la modificación del Estatuto de la Oposición al menos un miembro y un suplente de los escogidos debe ser de partidos de oposición y, adicionalmente, un miembro y un suplente deben serlo de partidos independientes.
El canciller Murillo junto con el expresidente Ernesto Samper. Foto:Presidencia
"Al incluir un número tan alto de congresistas, se rompió el principio de confidencialidad en las reuniones de la CARE y se volvió poco operante este órgano, que debía estudiar a fondo los temas de relevancia internacional de Colombia (...) La CARE pasó a ser más un cuerpo político al que se le rendían informes sobre la política exterior y no un cuerpo consultivo que asesorara al presidente", concluye en una de sus partes el mencionado estudio.
Una tesis que comparte el docente e investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, Manuel Alejandro Rayran: “Claramente los partidos políticos y las Comisiones Segundas llevan sus disputas políticas a un escenario que es de Estado. Los expresidentes también tienen sus agendas propias lo que ha llevado que no logren separar sus discusiones políticas con una necesidad de Estado”, comenta.
En la sesión informativa que lideró el canciller Murillo, los presentes coincidieron en la idea de que la política exterior de Colombia debe ser una política de Estado y no en función de los gobiernos de turno. En ese sentido se ofreció cooperación al Canciller para fijar unos lineamientos permanentes con base al respeto de la democracia.
“Los conceptos expresados por todos los coincidieron en ese sentido. El interés nuestro es el de cooperar con el gobierno en la toma de decisiones en asuntos de política exterior”, manifestó el excanciller Julio Londoño.
La crisis en los gobiernos de Duque y Santos
Iván Duque, expresidente de Colombia Foto:@IvanDuque
La endeble acogida que tuvo la reciente convocatoria del Gobierno a la CARE no es nueva. En el gobierno de Iván Duque no se convocó ni una sola vez, solo acatando una orden del Consejo de Estado, luego de que el senador Antonio Sanguino interpusiera una acción de cumplimiento para que se convocara esta organización. En ese momento se llamó para obtener información de las acciones que ha adelantaba el Gobierno a nivel internacional para ayudar a reactivar la economía en medio de la pandemia. No obstante, al expresidente Duque se le reclamó no convocarla por las tensiones diplomáticas con Caracas.
En el gobierno anterior, el de Juan Manuel Santos, la comisión entró en un momento delicado tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que asignó una parte del mar alrededor del archipiélago de San Andrés a Nicaragua en 2012. Los integrantes fueron informados de las gestiones del proceso ante el Tribunal de La Haya. En aquel entonces no quisieron ir los expresidentes Uribe y Pastrana.
“Queda muy claro como todas esas distintas visiones no logran ningún tipo de acuerdo. Los expresidentes y los participantes del Congreso que intervienen tienen muchas veces unas posturas personales”, sostiene la investigadora Rodríguez.
¿Un aire?
A pesar del panorama anteriormente descrito, los analistas consultados por este diario creen que la CARE no es un caso perdido, sino uno al que se le puede dar un aire. “Yo creo que es posible reactivarla y rescatarla más allá de sus ejercicios de polarización y de ineficiencia política. Es una cuestión de volver a las raíces de ese órgano: que sea técnico, sobre todo de tipo apolítico”, subraya Rodríguez.
Y agrega: “Habría que pensar en un ejercicio de reconfiguración, no solamente de quienes es la integran sino desde una perspectiva mucho más técnica; que sea capaz de realizar recomendaciones rigurosas de política exterior basada en estudios y experticia”.
Para Rayran, una mejora a corto plazo pasa por una mayor capacitación de las Comisiones Segundas de Cámara y Senado y que sus dejen de llevar sus agendas políticas a las sesiones.
Por lo pronto, solo el tiempo dirá que tan beneficiosa fueron las recientes sesiones convocadas por el gobierno Petro y si se nota algún cambio en la gestión política para una salida negociada a la crisis poselectoral de Venezuela.