El representante a la Cámara por el departamento del Putumayo, Carlos Ardila, y el director de la Unidad de Gestión de Riesgo, Eduardo José González, hablaron con EL TIEMPO exponiendo cada uno de los puntos de la reconstrucción de
Mocoa y los compromisos que aún faltan por cumplir.
Lo Pendiente
El representante Carlos Ardila destaca algunos de los pendientes que como Mocoano ha evidenciado en su municipio desde que se presentó la tragedia el pasado 31 de marzo del 2017. El director de la Unidad de Gestión de Riesgo responde desde la entidad los compromisos del Gobierno Nacional.
“Hemos llegado a cumplir 35 días sin agua en Mocoa, que como capital de un departamento es preocupante porque si así es el casco urbano imagínese el área rural”, señaló el congresista, quien además aseguró que las causas son las fallas técnicas del acueducto recién construido que cuando llueve, no puede tratar el agua.
“La fuente de captación no era la apropiada para esta obra, porque cuando se registran lluvias, el agua presenta mucha turbiedad y, según ha certificado el gerente de Aguas de Mocoa, es técnicamente imposible tratarla. Es decir, cuando llueve, en la ciudad no tenemos agua”.
El director de la Unidad de Gestión del Riesgo afirmó que "a final del mes de abril, se espera que el acueducto cuente con una capacidad total de abastecimiento de 229 litros por segundo, para lograr una cobertura en suministro de agua al 100 % de la población de la ciudad”. Y que mientras tanto, seguirán apoyando el abastecimiento de agua potable “a través de carrotanques a los puntos priorizados: hospitales, centros educativos y centros de atención de primera infancia”.
Las lluvias, sin embargo, no solo dejan a Mocoa sin de agua potable, sino que además, producen incertidumbre en sus habitantes que viven con miedo a que los ríos vuelvan a crecer y repetir la tragedia del día de la avalancha, pues dos años después, no cuentan con obras de mitigación de riesgo que hagan frente a las consecuencias de un inminente desastre natural.
“No se ha dado ninguna obra de mitigación de riesgo, ya se realizaron los estudios para determinar cuáles en concreto deben construirse pero aún no se ha empezado su edificación. Hoy en Mocoa cada vez que llueve es una pesadilla, la gente sigue con miedo, tiene una incertidumbre grandísima porque después de la tragedia del 31 de marzo, se han presentado nuevas emergencias que por fortuna no cobraron vidas humanas pero si ocasionaron daños materiales”, afirmó el representante Ardila.
Hay esfuerzos de la gobernación y hay esfuerzos de la nación, pero de manera desarticulada y eso al final se ve reflejado en que no se van a llevar a cabo la construcción de las obras
El gobierno nacional se comprometió a que antes de terminar el mandato dejará construidas las obras de prevención de desastres.
“Las intervenciones relacionadas con la protección del casco urbano para mitigar el riesgo latente sobre la ciudad serán terminadas antes de la finalización de gobierno”, señaló el director de la UNGRD.
El día de la tragedia, los ríos que pasan por Mocoa arrasaron 17 barrios y los lugares donde estaban construidos no pueden volver a habitarse. Por esto, los gobiernos nacional, departamental y local, se comprometieron a reubicar las familias que vivían en esos predios en 1.200 viviendas de las cuáles hasta el momento, se ha hecho la entrega formal de 300.
Según Ardila, “el embolate” de las 900 viviendas que aún faltan por construir, es debido a irregularidades en la adjudicación del contrato. “El contratista terminó envuelto en un escándalo por las licencias ambientales y de adecuación del predio que retrasó las obras de las 900 viviendas urbanas y las viviendas rurales, las cuales también estaban adjudicadas y hasta el momento no hay ninguna construida”, señaló el congresista.
Eduardo González, por su parte, aseguró que “guardará” los recursos destinados a estas obras hasta que se realice nuevamente la contratación respectiva. “Las dificultades istrativas y operativas de la ejecución de los contratos, han generado retrasos en su realización, sin embargo, es nuestro deber de gobierno, salvaguardar los recursos públicos, que hasta ahora, están en su totalidad en las cuentas del Fondo Nacional de Gestión del Riesgo y no en manos de los terceros encargados de la ejecución”, afirmó el director de Gestión del Riesgo.
Lo que se cumplió
No obstante, varios de los compromisos pactados con el gobierno nacional lograron llevarse a cabo y mejoraron la calidad de vida de los mocoanos.
La restructuración de la red vial fue una de ellas. Se logró la reconstrucción de cuatro puentes peatonales, dos de tránsito vehicular y la pavimentación de 2,8 kilómetros de vías en el casco urbano.
La puesta en marcha del Sistema de Alerta Temprana ha sido otro de los planes completados. Consta de un puesto de monitoreo, 11 sensores de río, 12 sirenas y 4 estaciones meteorológicas, el cual, según González, “logró salvar vidas gracias a que permitió, al activarse, una oportuna evacuación por parte de las comunidades en el evento presentado el 12 de agosto del 2018”, cuando se presentó una nueva creciente de los ríos que rodean el municipio.
Así mismo, se logró la implementación de planes de desarrollo social como la reactivación económica gracias a la apertura de líneas de crédito para financiar emprendimientos y el mejoramiento empresarial, que como datan las cifras oficiales, han beneficiado a más de 3.239 nativos, entre los cuales se cuenta a 169 artesanos y 5 cabildos indígenas.
Lo que viene
Según las cuentas, dos años después de la avalancha, Mocoa tiene un proceso de restructuración lento. Para el representante Carlos Ardila obedece a una desarticulación de las entidades territoriales con el Gobierno Nacional que impide la construcción de las obras en concreto.
“Hay esfuerzos de la gobernación y hay esfuerzos de la nación, pero de manera desarticulada y eso al final se ve reflejado en que no se van a llevar a cabo la construcción de las obras”, declaró el congresista.
Sin embargo, desde la dirección de la Unidad de Gestión del Riesgo, Eduardo González, afirma que seguirán comprometidos con el departamento, la ciudad y los afectados. “Tenemos camino por seguir, pero de la mano de las autoridades locales, haremos los más grandes esfuerzos sin descanso para proteger toda la ciudad y su población, como meta de este gobierno”, aseguró González.
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